Capítulo 2

2.3K 88 19
                                    

21 de febrero, 2018.

15 años.

Han pasado tres años desde que había conocido a Joaquín Cordovero y a su familia. Al principio pensé que ellos solo eran buenas personas para quedar bien, pero ahora que los conozco más a fondo estoy segura que son unas maravillosas personas. Ellos han sido la familia que nunca he tenido.

El día que salí de casa con las muñecas lastimadas, mi padre no hizo el mínimo esfuerzo por buscarme, hasta que se cumplió una semana. En ese tiempo la familia Cordovero me había dejado quedarme en su casa. Sabía que no iba a estar de gratis, así que les ayudaba en lo que era necesario y se podía.

Desde que eso había pasado ya casi no estaba en mi casa soportando los gritos y malos tratos de mi padre. Joaquín me invitaba a su casa todos los días, a veces me quedaba a dormir ahí. En ese lugar me sentía tan tranquila.

Mientras que estaba con él disfrutaba cada momento, poco a poco lo fui conociendo y cuando menos me di cuenta me enamoré de él. La verdad es que no me sorprende, desde la primera vez ha llamado mi atención.

Después de conocerlo dos años él me había confesado que sentía algo por mí, le dije que era mutuo y así fue que decidimos intentarlo. Por el momento las cosas estaban surgiendo de maravilla y ambos hemos sido muy felices.

Mi cumpleaños.

Hoy se cumplía otro año de mi existencia en este mundo. Muchas chicas en la escuela me dijeron que tenía celebrarlo y les dije que no lo haría, no quería fiestas.

Mi único plan para el día era un pequeño pastel y estar con Joaquín. En la casa de mis padres decidí invitar a Joaquín y a sus padres.

Después de partir el pastel, Joaquín y yo nos dirigimos a la sala para comer tranquilamente nuestro pastel. Había momentos en los que hacíamos pausas para hablar y reír.

–Sé que no soy lo mejor del mundo, pero al menos espero que la estés pasando bien en tu cumpleaños. –Habló, Joaquín y lo miré con una sonrisa.

–Estás aquí y eso me hace feliz. –respondí, aún con esa sonrisa– No sabes lo bien que me siento al tenerte a mi lado en este día. –Se acercó y me dio un pequeño beso.

Luego de unos segundos escuchamos como mis padres comenzaban a discutir en su habitación. No me sorprendía, ya que era algo que ambos hacían en los últimos días. Lo único que me llamo la atención fue que yo era el tema principal en aquella discusión.

¿Qué habré hecho? ¿Por qué soy el tema principal en su discusión?

–¿En qué te están metiendo tus padres? –Preguntó, Joaquín en un susurro.

–No tengo idea. –respondí– Pero estoy segura que no tardan en bajar para seguir discutiendo.

–Parece que no les importa que mis padres estén aquí en la casa. –Comentó.

–A ellos nada les importa cuando discuten. –suspiré pesadamente– Así que vas a tener que acostumbrarte.

–Supongo que sí. –sonrió– ¿Crees que lo que estén discutiendo sea algo malo?

Alcé los hombros. –No lo sé, pero la verdad espero que no.

Seguido de mi respuesta dejamos de darle un poco de importancia al tema y continuamos comiendo nuestro pastel. Después de unos minutos mis padres salieron de la habitación, bajaron las escaleras y aún seguían discutiendo.

–¿Y si ella sale embarazada? –preguntó, mi padre, con molestia– ¿Qué carajos piensas hacer?

–Desde un principio te dije que yo los apoyaría en todo. –respondió, mi madre y bufó– Además, estoy segura que se harán responsables.

CELOSO • SKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora