Capítulo 11

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Cuando terminamos de comer nos pusimos de pie, tomamos nuestros platos y nos encargamos de llevarlos hacia donde se lavan.

–¿Qué planes tienes, hermanito? –Jaden le preguntó, curioso.

–Existir.

Jason le respondió de mala gana. En ese momento pude recordar la broma de Joaquín en el desayuno y la forma en que se detuvo el tiempo por unos pocos segundos.

Ahora que lo pensaba ellos se llevarían muy bien y estoy segura que serían los mejores amigos. Si no fuera por los celos y desconfianza de él, eso ya hubiera pasado desde hace tiempo.

–Estaremos en mi habitación. –Jason les informó con tranquilidad.

–Está bien, hijo. –respondió Renata– Si necesitan algo, solo díganme. –Nos dio una cálida sonrisa.

–¡Usen condón! –Respondieron sus hermanos al mismo tiempo y él bufó.

Después de su comentario Jason tomo mi mano y comenzamos a subir las escaleras hacia su habitación. Una vez ahí cerró la puerta y se tiró en la cama.

Su habitación era grande, ordenada y muy bonita. Las paredes eran de color gris perla, su escritorio, el armario, el sillón y las cortinas eran de color negro. Mientras que la silla y las cobijas de su cama eran de color azul rey.

Me quedé observando una de las paredes de la habitación, tenía un pequeño collage de fotos de un chico. Los colores que tenían las fotos resaltaban en la habitación.

–¿Quién es el chico de las fotos? –Le pregunté y me miró.

–Lit Killah.

–Tú esposo. –Bromee y reímos.

Después de mi comentario di unos pasos para dirigirme a la cama y acostarme junto a Jason.

–¿Cómo te enamoraste de Joaquín? –Me preguntó de momento y lo miré con un poco de sorpresa.

–Desde que lo conocí habíamos estado juntos en todo momento, él me cuidaba y apoyaba mis locuras. –respondí con un poco de nostalgia– Supongo que estar tanto tiempo con él hizo que me enamorara, sin importar lo que pasaría.

–¿Desde un principio sabías lo celoso que era o como actuaba cuando estaba molesto? –Suspiré y negué.

–Su madre me llegó a decir algo, pero yo pensaba que él se comportaría y que sería diferente. –solté una risa irónica– Cada día que pasaba él actuaba tan diferente a como lo conocí, era más celoso y lo desmotraba de formas tan diferentes que me daban miedo. Él sabía que yo odio la violencia y creo que hasta el momento nunca le ha importado un carajo.

Jason no sabía que decir, así que lo único que hizo fue abrazarme, él sabía que lo necesitaba. Los primeros segundos me tomaron por sorpresa, luego puede corresponderle.

–Nunca he podido entender porqué me cela tanto y termina siendo agresivo conmigo. –murmuré con tristeza– Creí que al amarme nunca lo haría o que al menos iba a cuidar bien de mí.

Dejo de abrazarme y se acostó de nuevo en la cama, justo cómo lo había hecho minutos atrás.

–Entonces tiene problemas. –comentó, haciendo una pausa– Todo eso puede deberse a varias razones. –lo miré, esperando a que continuará– La primera es que haya crecido en un ambiente violento y es algo de lo que tú nunca te hayas enterado. –Se quedó en silencio y tomo aire.

–¡Jason, continúa! –Le pedí con un poco de desesperación.

–La segunda es que tal vez nunca te haya amado como él dice. –sentí una punzada en el pecho– Te vio tan vulnerable que se aprovechó de la situación que estabas viviendo. Él no quería estar solo y mucho menos enfrentarse a sus propios demonios.

CELOSO • SKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora