Capítulo 16

603 28 22
                                    

Desperté.

Me hubiera gustado seguir durmiendo tan feliz y tranquilamente, pero los rayos del sol entraban por la ventana y me daban en la cara.

Necesitamos unas cortinas que no sean tan delgadas y que sean oscuras.

Tan temprano y ya estás molestando.

Buenos días, querida.

Intenté levantarme de la cama para ir a preparar el desayuno, pero alguien me lo impidió: Jason. Se encontraba durmiendo sobre mi estómago, mientras una de sus manos estaba en mi cintura de forma que me abrazaba.

Sonreí con ternura y me quedé observando cada detalle que él tenía. Quizás él tiene defectos, pero eso lo hace lucir maravilloso. Mi corazón se aceleraba al tenerlo cerca.

–Jason, mi amor. –murmuré– Ya es hora de que despiertes. –Acaricie unos mechones de cabello.

–¡Mamá, no quiero ir a la escuela!

–Hoy es sábado y no vamos.

Después de mi respuesta vi como sus labios formaban un puchero, se acomodaba más y terminaba por poner su cara en mi pecho.

–Cielo, ¿no quieres desayunar? –Le pregunté, animada.

Él solo se quejó.

–¡Dijiste que hoy no íbamos a la escuela! –reclamó– ¿Por qué mientes?

–Yo no te he mentido. –respondí y solté una risita– No vamos a la escuela y nos podemos quedar el fin de semana en casa. A menos que tengas planes.

–Mamá, déjame dormir otra hora.

–Amor, no soy tu mamá.

–Ella igual me habla bonito.

No sabía cómo hacer para que abriera los ojos y se levantará, hasta que se me ocurrió una idea. Abrí un poco mis piernas, dejando que él se posicionara entre ellas, las puse en su espalda, hice un poco de presión y comencé a moverme lentamente.

Poco después él abrió sus ojos y me miró y pude sentir como esa ola de placer y de electricidad viajaba por su cuerpo. Cuando menos lo pensé el había reaccionado.

–Si te sigues moviendo así, te juro que vamos a terminar follando. –Me advirtió con una sonrisa perversa.

Hice una pausa por unos segundos y continúe moviéndome.

–¿Me estás retando?

No le respondí, solo abrí un poco más mis piernas y lo miré.

Jason se lanzó sobre mí, puso una de sus manos en mis mejillas y comenzó a besarme con desesperación. Mientras que con su otra mano recorría mi cuerpo hasta llegar a mi intimidad, me dio una mirada para introducir dos de sus maravillosas dedos y comenzar a moverlos. Me separé de él para soltar un gemido y después volverlo a besar.

Cuando ambos llegamos al orgasmo y nos miramos para besarnos por unos segundos. Saque su miembro de mi intimidad, me deje caer en la cama y me quedé observando como se encargaba de retirar el condón. Lo tiro al bote de basura y se acostó a mi lado.

Nadie nos había dado un polvo mañanero tan bueno como lo hizo él.

Lo sé, ahora silencio.

–¡Jodeeer! –murmuró– Te mueves tan bien, cariño. ¡Soy tu fan!

–Opinó lo mismo, cielo.

Luego de unos segundos sentí como me abrazaba por la espalda, pegándose lo más que podía. Cuando me abrazaba de esa forma sentía como me insinuaba hasta sus pecados.

CELOSO • SKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora