Capítulo 8

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Cuando escuché el timbre me levanté de mi asiento, tomé mi mochila y salí del salón con Ángela. Era hora del receso y tenía demasiada hambre.

Comenzamos a dirigirnos hacía las mesas. Al llegar nos sentamos una enfrente de la otra, de mi mochila saque mi plato de fruta y comencé a comer.

–¿No desayunaste, verdad? –Me preguntó mi amiga y con la cabeza negué.

–Todo esto se debe a Joaquín. –Respondí y suspiré.

Está vez mi novio no había hecho nada malo, el problema habían sido sus malditas hormonas. Prefería que todo fuera en la casa que en otro lugar.

–¿Ayer fue Jason a tu casa? –asentí– ¿Cómo te fue? ¿Tu novio no lo mató?

–No.

La miré y solté una risa al recordar el beso con Jason.

–Joaquín se comportó, solo lo miraba con ganas de querer asesinarlo. –hice una pequeña pausa– Jason estaba feliz en la casa y solo hicimos tarea.

Y también nos besamos.

Continúe comiendo mi fruta y en ese momento me quedé pensando. En lo que llevamos de clases no he visto a Jason, no había venido. Estaba segura que hacía eso para evitarme por lo que pasó el día de ayer.

–Lucía.

La voz de mi amiga me saco de mis pensamientos y le di una mirada.

–¿Ya viste con quién está tu novio? –Me preguntó, para luego mirar hacía dónde él estaba.

Solté un suspiro para luego mirar hacía dónde me indicó. Joaquín estaba con Alejandra, se veía muy feliz con ella. Me sentí mal al verlos juntos, pero no iba a decir nada para no verme como él.

–¿Estás enojada? –Me preguntó.

–No tengo porque estarlo. –respondí con tranquilidad– Él es libre y puede hablar con quién quiera.

–Joaquín no te merece. –Comentó con una sonrisa e hice una mueca.

La verdad es que si me molestaba verlo con otra chica que no fuera yo y en parte me hacía sentir mal. Me causaba algo de inseguridad. A pesar de todo eso, no estaba dispuesta a actuar como él suele hacerlo.

Solo queda fingir que no pasa nada.

Me quedé observando a mi novio por unos segundos, se veía tan feliz, tranquilo e incluso llegué a pesar que le estaba coqueteando.

Es obvio que le está coqueteando, tonta.

–¿Te sientes bien? –Me preguntó mi amiga, la miré y asentí.

No, no me siento bien. Mi novio le está coqueteando a otra chica.

–Sí, no te preocupes. –Le di una pequeña sonrisa.

Continúe comiendo mi fruta y en momentos hacía pequeñas pausas para hablar con Ángela o mirar a Joaquín. Él seguía con Alejandra, coqueteando.

Después de unos minutos el timbre sonó indicando que el receso se había terminado y en mi caso que la clase de español comenzaría. Nos levantamos, colgamos nuestras mochilas y comenzamos a caminar hacia nuestras clases correspondientes.

Mientras caminaba hacia el salón pude ver a Jason caminar hacia mí, con una sonrisa. Cuando llegó conmigo me saludo y nos quedamos ahí afuera esperando a que la clase comenzará.

–¿Por qué no me has hablado en toda la mañana? –Le pregunté, fingiendo que estaba molesta.

Soltó una risa ingenua. –No estaba en la escuela.

CELOSO • SKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora