Capítulo 28

339 19 24
                                    

26 de diciembre, 2019.

–Jason.

–Bonita, yo no quisiera ir. Me quiero quedar aquí contigo y más por la visita de Joaquín. –me explicó y soltó un suspiro– Podemos ser buenos amigos, pero hay una parte de mí que aún no puede confiar en él.

Entiendo lo que siente. Desde que nos conocimos le ha tocado ver cómo él me maltrataba.

Habíamos hecho unos planes para el día de hoy, alguna forma de incluir a Joaquín sin que se fastidie, pero por cosas de la vida hubo un cambio de planes. Su madre lo llamó, le dijo que lo necesitaba en la casa y que cuando estuviera ahí le diría lo que pasaba.

–Bonita, necesito que me avises cualquier cosa que pase. No importa lo que sea y si estoy ocupado. –tomó mis manos y las beso– No olvides que te amo mucho.

–Te avisaré todo. –le respondí con una sonrisa– Yo también te amo mucho.

Me dio una cálida sonrisa para luego abrazarme y besarme por unos segundos. No pasó mucho cuando escuchamos los pasos de Joaquín al bajar las escaleras. Al vernos puso una mala cara.

–¿Me quieren invitar a su momento romántico? –nos preguntó y le dimos una mira de pocos amigos– Ok, tomaré eso como un no.

Jason dejo de besarme para separarse, darme una sonrisa y volver a mirar al chico que bajaba las escaleras.

–Joaquín, te voy a pedir un favor. –le dijo– Quiero que cuides bien a Lucía. Es lo mejor que puedes hacer como visita.

–Ella me tendría que cuidar a mí. –le reprochó– Bueno, aún así, voy a cuidar bien de ella. –Sonrió, ingenuamente.

–Los veo en un rato.

Después de eso comenzó a despedirse, salió de la casa, subió a su auto y comenzó a conducir con dirección a la casa de su madre. 

Seguido de ver cómo se fue, volví a sentir esa extraña sensación recorrer mi cuerpo y mi piel se erizaba más que la última vez.

Querida, todavía tienes ese mal presentimiento.

Seguro son alucinaciones.

Yo no pienso lo mismo.

Solté un pesado suspiro para luego caminar hasta la sala y tirarme en un sillón. Joaquín me miró y después hizo lo mismo. No pude evitar soltar una pequeña risa.

–¿Qué haremos, Lucí?

–No lo sé. –le respondí, tranquila– Si tú quieres podemos ver una serie, pedir algo de comer, dormir o solo existir.

–Me gustan las primeras dos opciones.

No dije nada, solo le entregué el control la televisión para que buscará alguna serie que nos guste a ambos. Tomé mi celular, vi un mensaje de Jason diciendo que había llegado a la casa, le respondí y comencé a pedir nuestra comida.

–¿Joaco, ya tomaste tus medicinas?

–No. –soltó una falsa risa– La verdad es que no me acordaba.

Me puse de pie, suspiré y comencé a caminar hacia la cocina. Tomé un vaso, puse un poco de agua y en un pequeño plato puse sus medicinas. Al regresar se las entregué, hizo un gesto y terminó por tomarlas.

–¡Qué bonito, niño!

Él me dio una mirada. Su madre me había dicho que siempre le decía eso para animarlo o que no hiciera algún berrinche con los medicamentos.

¡Qué consentido!

Horas después.

La noche había caído, era fría como las anteriores y eso me gustaba. Según él pronóstico, mañana será un día de muy bajas temperaturas.

CELOSO • SKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora