La vida de Jess.

CAPITULO 14

Me encuentro a mi padre en la entrada mirando a Álvaro, me giro y hago como si no le he visto, no nos olvidemos de que tenia un vaso de vodka en las manos.
-¿crees que soy idiota Jess? Te he visto -dice mi padre con los brazos cruzados sin dejar de mirar a Álvaro, que está sentado en el sofá.-
-No, solo... Iba a dejar... Esto en la cocina.
-Jess te doy tres segundos para que se te ocurra una buena excusa de por qué estáis aquí y no en el instituto.
-Me puse enferma y Álvaro me acompañó porque el no tenia clase a esta hora... Y no es una excusa ¿a que no Álvaro?
-No lo es señor, se lo aseguro -dice rápidamente Álvaro-
-Jess despídete de tu amigo y sube a tu habitación.
Hago lo que me dice, doy dos besos a Álvaro y muevo los labios diciendo gracias sin hacer ningún sonido, le doy la mochila mientras abro la puerta. Me preparo para la bronca que me va a echar y para el castigo que me va a poner, y no te quiero contar nada cuando venga mi madre, que tiene más temperamento.
-papá, no es lo que parece en serio.
-¿Y que es lo que parece Jess? Dímelo tu.
-¿No me he pirado vale? Y no estoy saliendo con el vecino.
-Jess no te quiero escuchar mas.
-pe...
-sube a tu habitación.
Lo hago sin rechistar y subo por las viejas escaleras en caracol de madera, cruzo todo el pasillo y entro a mi habitación, es la de la izquierda. Entro y cierro la puerta, me doy cuenta de que sigo teniendo el vaso en las manos así que para no llevarme más bronca echo el liquido en las macetas del balcón y quedo el vaso en la mesita de noche. Saco el móvil de la mochila y me tumbo en la cama, lo desbloqueo y mando un whatsapp a Álvaro pidiendole perdón por lo que ha pasado, me pongo los cascos que siempre están enchufados al móvil y pongo mi lista de música constituida por Natos y Waor, Ocer y Rade, Porta, Shawn Mendes, Lana del Rey y Ed Sheeran; una mezcla explosiva, lo sé. Observo mi habitación mientras suena Pretty when you cry de Lana del rey. Describo mi habitación en mi cabeza empezando por la puerta hacia dentro, según entras se ve el balcón que da a la calle, una alfombra blanca en el suelo que odio con todas mis fuerzas, también se ve mi cama a la izquierda, un pequeño sofá de estos que están incrustados en la pared de la ventana; a la derecha esta la mesa de trabajo con unos cuantos libros y papeles, es gracioso, solo dos de ellos son del instituto. La canción ya se ha acabado, ahora suena drunk de Ed (lo tengo en modo aleatorio). Entre canción y pensamiento me quedo dormida, otra vez.