CAPITULO 34

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Ese beso cada vez se hacía más salvaje a la vez que dulce, Raúl empezó a andar en dirección en la que minutos antes estábamos corriendo. Deslizó sus manos suavemente de la cadera al culo y yo empecé a acariciarle el pelo, hacía mucho tiempo que no me sentía tan bien, pero sabía que este instante pronto iba a acabar y "Raúl el chico tierno" volvería a ser "Raúl el chico malo". Llegamos a las escaleras de incendios por las que había bajado antes a toda prisa, me bajó de su cintura con suavidad y me agarró la mano para volver a subir a mi habitación.

-¿A donde piensas ir pequeño animal? -dije desordenandole todos sus esquemas y rompiendo el momento-

-emmmm pues... a tu habitación ¿o es que no quieres probar esta belleza?

-oh ya volvió el chico pervertido ¿donde se habia metido? -dije entre risas- anda sube, pero ni te me acerques

-antes no decías lo mismo cariño

- vuelve a decirme cariño y te parto los dientes -dije mientras le mandaba un beso con la mana en forma de burla-

-no sabes como me pone cuando me hablas así

dirigí la mirada a sus pantalones, fue un acto reflejo del cual no pude resistirme

-¿te gusta? -dijo con cara de pervertido-

-eh, oh perdón no me dí cuenta. Si que te pone si -empece a reírme-

-bueno ¿me vas a dejar entrar o me cojo una pulmonía? -dijo mientras se disponía a subir los primeros escalones-

-si no hay mas remedio... -contesté mientras le tomaba la delantera para subir yo primero-

-has hecho eso para que te mire el culo, luego te quejas si lo hago

Miré a Raúl  volteando los ojos haciéndome ver molesta.

La suerte que no había tenido en toda la noche la tuve ahora, la ventana seguía abierta tal y como la dejé, así que mié dentro de la habitación para asegurarme de que no estaba mi padre dentro. Cuando ya estaba segura pasé una pierna hacia dentro de la sala e hice una señal a Raúl para que no hiciera ruido, pero como era de esperar no tuvo ningún cuidado y se tropezó con el raíl de la ventana al entrar haciendo un ruido escandaloso.

-de verdad que no se como haces para ser tan patoso -dije casi en susurros-

-¿JESS? ¿eres tu? 

oí la voz de mi padre y los muelles de la cama, señal de que se estaba levantando de ésta, otra vez.

-escóndete -dije susurrando a Raúl- si papá duérmete solo me levanté al baño y me tropecé con la asquerosa alfombra que tanto os gusta

-vale cariño, duérmete que todavía te queda casi una hora para irte.

-has tenido suerte imbécil -dije a Raúl un tanto enfadada- ya puedes irte

-¿no te vas a preparar delante mio? 

-¿estas tonto? -dije casi pegando un gritito- en eso estaba pensando yo JA 

-bueno, pues tendré que avisar a tu querido padre de mi presencia aquí. PA...

-cállate, cállate -dije cortandole para que no se le oyera demasiado- esta bien, pero te giras -dije acercándome a la mesa donde se situaba mi teléfono-

-¿y que gano yo entonces?

-tu estancia conmigo, bastante te tendré que soportar en las colonias.

-anda que no te gusta a ti eso -comenzó a reírse-

abrí el armario para sacar mi ropa de él, como no me apetecía demasiado arreglarme cogí un pantalón de chándal ancho y un top que llegaba justo por donde terminaba el pantalón, después saqué una de mis preciadas air force1 del zapatero y la coloqué junto a la cama.                                             me arrodillé para buscar la zapatilla que me quedaba debajo de la cama

-en esa posición te pondré mañana -dijo Raúl arrimándose a mi-

-ni en tus mejores sueños -dije levantándome con la bamba en la mano-      


La vida de Jess.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora