La vida de Jess.

CAPITULO 5

-Qu-qu-qué estas hacie... -me besa-
Todos sus amigos por llamarlos de alguna manera de quedan inmóviles viendo eso. Raúl no besa mal, la verdad, me gusta, pero por un beso en un momento de tensión no voy a olvidar todo lo que me ha hecho. Me intento despegar pero no me deja, cada vez me aprieta más fuerte contra el, va bajando las manos desde la cadera hasta el culo y las deja ahí. Es una sensación rara, nunca la había sentido, abre los ojos y me aparta lentamente, no parece el gilipollas de antes.
-Osea que te doy tanta pena como para dejarte besar por mi, y... Creo haber sentido que estabas excitada ¿o no es así?
Si lo estaba pero no lo pensaba admitir delante de todos, ni si quiera se lo diría a el.
-Eres un cerdo, ruin y mentiroso, no quería besarte, fuiste tú el que te acercaste y me apretabas, ¿o no es así?
Cojo la mochila del suelo y salgo con la cabeza bien alta por la puerta del bar.