CAPITULO 23

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el profesor de química entró en clase acelerado, como de costumbre, los papeles se le iban cayendo por el camino y llevaba la camisa retorcida y manchada de algo que parecía... emm... ¿café? yo que sé, de este profesor ya me espero cualquier cosa. mientras se disculpaba por el retraso como todos los días pude ver por la cristalera de la puerta gracias a mi sitio privilegiado de la última fila, a Álvaro hablando con una chica, me acerqué un poco con la silla hacia la puerta para poder escuchar mejor.

-¿Entonces esta noche no? -dice la chica con la que hablaba Álvaro-

-Claro que sí -contesta Álvaro y le da un abrazo-

en ese momento yo ya estaba tan cabreada como triste, asi que pedí permiso para ir al baño, sinceramente no tenia ninguna gana de que me vieran llorar mis compañeros de clase, en especial Raúl, seguro que me vacilaría o me jodería mas todavía. Obviamente el profesor vió que no estaba bien y me dejó ir al baño, me levanté lo más rápido posible, cogí el móvil de la mochila, abrí la puerta de clase y la cerré de un portazo, no me importa la bronca que me iba a caer después, yo solo quería ir al baño para llorar tranquila. Empecé a correr por el pasillo, ya no me aguantaban más las lágrimas y quería ir al baño lo antes posible.

-¡Joder! -grité- joder, joder, joder ¿por qué me tiene que pasar todo a mi? ¿es que no le puedo importar nunca a nadie?

se abrió una de las puertas de los baños, (cuando entré estaría tan alterada que no me debería haber dado cuenta de que había alguien en los baños) dejando ver una chiquilla con el rímel corrido, estaba claro que había ido a hacer exactamente lo mismo que yo.

-¿Estás bien? -dice la chica-

-Sí, gracias, no me he dado cuenta de que estaba ocupado

-Muy bien no estas ¿me equivoco?

-En absoluto -admití finalmente- da igual, ¿a ti que te pasa?

-Pues que estaba en clase tranquilamente cuando el profesor de matemáticas me mandó salir a la pizarra para hacer una ecuación a la que no había prestado nada de atención, y especialmente las matemáticas no son mi punto fuerte, el caso es que cuando estaba despaldas todo el mundo se ha empezado a reír de mi porque tenía el pantalón manchado, me he sentido tan mal -dice mientras se seca las lágrimas y sorbe por la nariz- no sabia que hacer y he venido aquí, ahora no quiero entrar, se seguirán riendo de mi, son así de gilipollas, supongo que ya te habrás dado cuenta de los subnormales que hay por este instituto.

-Es una putada -dije-

Sinceramente no sabía que contestarla, siempre había tenido mis amigas, mi reputación, mi todo... Hasta este año, que he perdido todo y no se ni por qué.

-Oye lo siento... -la dije- pero tengo que volver a clase, toma, unos clínex, límpiate y entra a clase como si no hubieras llorado, ah, y no hagas ni caso a los chavales de tu clase, son retrasados.

Miro el móvil, ya va a tocar, así que vuelvo a salir corriendo, ppor el camino del baño a mi clase (que no es corto precisamente) le pongo un whatsapp a Álvaro:

Si no querías nada conmigo y ya tenías novia o yo que sé, haberlo dicho, al menos no me ilusiono y gasto mi tiempo con un gilipollas como tú. Pensé que eras diferente, pero no pasa nada, no será la primera ni la última vez que me equivoco. en algo.

La vida de Jess.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora