La vida de Jess.

CAPITULO 9

Ya estaba apretando los puños y diciendo en voz baja unos cuantos insultos hacia Raúl como que que hacia el gilipollas este aquí, que me ha seguido, no le puedo odiar mas y cosas así cuando me doy cuenta que no es Raúl, es Álvaro, mi vecino buenorro. Intento esconderme entre las hojas de otras ramas, pero mis intentos no sirven para nada, aun así me ve.
-Ey Jess ¿que haces aquí? ¿Te han suspendido las clases o algo así? -dice bromeando-
-Pues hago lo mismo que haces tu, nada, ¿o me dirás que te han mandado al bosque por que si?
-Técnicamente al bosque no, pero a la biblioteca si, y como paso de estar con esos pardillos me iba aquí, es donde suelo pensar y escribir.
-Osea que el tipo malo que se pira las clases le gusta escribir, yo pensando que te iban a recoger tus amigos malotes también.
-Eh eh, escribo pero por eso no dejo de ser el chico malo.
Oyendo eso bajo del árbol, tengo ganas de estar enfrente suyo y, si surge algo, pues surgió.
-Jess que haces, no puedes estar conmigo -dice al ver que me acerco-
-Nadie ha dicho que vayamos a estar juntos, y, si eres tan malo, ¿por que te importa lo que me pueda pasar?
Se muerde el labio y mira los míos, sin duda este chico es mucho mejor que Raúl, al menos siempre me ha tratado bien y hace las cosas como hay que hacerlas. Se acerca lentamente, me agarra con una mano del cuello y me mira fijamente a los ojos.
-Dios son preciosos -digo sin darme cuenta que lo he dicho en alto-
Álvaro no dice nada y abre un poco la boca, nuestras caras solo estaban separadas dos centímetros cuando alguien aparece por detrás gritando, rápidamente nos alejamos el uno de otro, haciendo como que no ha pasado nada, pero, claramente ese alguien lo ha visto. Intento distinguir quien es, pero no lo veo, esta demasiado lejos y se camufla entre las sombras de los árboles. Después de esperar unos minutos logro distinguir que es, joder, es...