La vida de Jess.

CAPITULO 13

-Nos han mandado hacer tareas para el instituto durante un año, ves lo que has hecho -dice Raúl-
-Nos van a tener controlados lo que nos queda de insti -cambia un poco de tema Álvaro-
-Lo siento mucho chicos, os metí en mis movidas, pero fue cosa vuestra la pelea, yo en eso no tuve nada que ver, como mucho os ayudare con las tareas.
-Has picado JA -exclaman a la vez Raúl y Álvaro-
-¡Que hijos de puta! Entonces si se puede saber, que ha pasado en realidad.
-Lo asombroso es que nada, absolutamente -dice Álvaro entre risitas.
-Claro las mentiras ayudan para no llevarte una bronca.
-¡Que habéis dicho!
En lo que me lo cuentan vamos hacia mi casa, primero pasamos de nuevo por el bosque, luego cruzamos un río, un parque, unos cuantos bares y llegamos a mi urbanización; vivo en unos de esos chalets continuos unos a otros, el mio es el numero cuatro y haciendo caso a su numero tiene cuatro pisos. El de arriba del todo es la despensa (o piso desastre, como a mi me gusta llamarlo), en el de abajo de éste están las habitaciones y un cuarto de baño; en la primera planta esta el salón, la cocina y dos cuartos de baño; en el bajo esta el garaje y unas cuantas cosas del trabajo de mi padre (es administrativo).
-Ey, Jess ya hemos llegado -interrumpe Álvaro mis pensamientos de nuevo-
-ah, si muchas gracias chicos ¿queréis pasar? No hay nadie.
-Yo voy a pasar, tengo mejor plan -dice Raúl-
-Tu siempre tan majo oye, hay cosas que no cambian nunca. Tu que dices Álvaro ¿pasas?
-Me parece bien.
Raúl mete las manos en los bolsillos y desaparece entre la curva de la piscina. Abro la puerta de casa e invito a pasar a Álvaro.
-Nunca has entrado a mi casa ¿no? -digo por sacar conversación-
-creo que no me suena, es bonita, tus padres tienen buen gusto.
Caminamos hasta el sofá del salón y nos sentamos.
-¿Quieres algo de beber?
-¿Que tienes?
-¿Que quieres? -nos reímos y me levanto del sofá-
-Un vodka estaría bien, pero no tendrás.
-¿como que no? - me hago la ofendida y me río-
Entro a la cocina, abro el armario de las botellas y cojo una de vodka
-¿blanco te parece bien? -grito desde la cocina-
-vale -grita también.-
Lo hecho en un vaso y me dirijo al salón, cuando entro me encuentro...