CAPITULO 24

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Cuando finalmente llegué a mi clase, llamé a la puerta, supongo que tendría muy mala cara porque cuando el profesor me abrió la puerta se quedó mirándome fijamente, al final, pudo decir alguna palabra

-¿Jess seguro que estas bien? ¿No quieres llamar a casa o algo?

-No, estoy fenomenal, creo que tengo alergia a algo -mentí obviamente-

-Bien, entonces pasa

como me dijo el señor Clay entré a clase, separé bruscamente la silla de la mesa y me senté. Mucho tardaba Raúl en decir algo, asi que me giré desquiciada esperando alguna pregunta absurda o alguna gilipollez de las suyas que no hay otra forma de contestarle que sea con una gilipollez mayor, típico, si haces una pregunta absurda te contestarán con una respuesta mucho más absurda

-Pero ¿Qué te ha pasado en la cara? pareces un oso panda joder

-Mucho tardabas, ¿Qué que me pasa? pues me da a mi que no es asunto tuyo así que métete en tu vida, y, si no tienes te la compras en el mercadillo, pero la mía la dejas tranquilita ¿entendido?

-Joder hija, esos humos que me llevas

Si las miradas mataran, Raúl habría sido fusilado unas cuantas veces en estos minutos, es que no entiendo el problema que tiene ese chaval, ¿se supone que es gracioso lo que dice o algo? Será que yo no tengo sentido del humor, le odio mucho o yo que sé, pero de verdad que no entiendo que necesidad tiene de estar siempre jodiendo al resto.

Gracias a Dios sonó el timbre, genial, por fin podré perder de vista  durante un rato a mis compañeros, a Álvaro y a todo.

Recogí todas mis cosas rápidamente y salí por la puerta de clase incluso antes que el profesor (raro, porque él siempre entra el último y sale el primero, será que nos tiene mucho asco o algo) bajé por las escaleras y desgraciadamente me encontré a la persona que menos me hubiera gustado ver, no, esta vez no era Raúl

-Jess, espera -dice el desgraciado de Álvaro como si no ha pasado nada-

-Déjame ¿vale? eres un imbécil, como todos los tíos al fin y al cabo

-Te importaría decirme que cojones te he hecho, que yo sepa ayer estabas muy cariñosa conmigo

-Ah no se joder, tú sabrás que has hecho y con quien has quedado para hacer vete tu a saber que esta noche, pero vamos que no hay que darle mucho al coco para averiguarlo

-Te juro que te lo puedo explicar, no es lo que parece

-Si, ya, no se como coños lo haces pero nunca es lo que parece para ti, ¿sabes? siempre es lo que parece, y, si se puede saber, ¿que parece?

-Pues... joder ya sabes... que me la voy a tirar

-No me extrañaría -digo y sigo caminando deprisa hasta el hall-

Álvaro me sigue gritando, pero ni me giro ni me detengo, una vez que he llegado al hall empiezo a correr en dirección a la puerta y después hacia el bosque, no se por qué pero siempre me hace sentir mejor ese bosque, creo que tiene algo mágico.

-¡Jess! joder, no va a pasar nada con Elena si es lo que quieres saber, solo hemos quedado para terminar un trabajo de clase -grita Álvaro por el bosque- Si luego estás mas relajada vienes a mi casa y hablamos, estaré solo todo el día

Me molestó bastante lo que dijo, pero preferí quedarme callada para que no me encontrara.

-¿Jess? -dice una voz-

Ésta vez si contesté

-Álvaro joder, vete, no quiero hablar contigo vete con la puta Elena

-¿Qué Álvaro? ¿Qué Elena? ¿Qué dices?

La vida de Jess.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora