LIBERTAD

Capítulo trece.

Naruto estaba bastante furioso con Kurama por todo el desastre que había hecho con sus actos. No solo por el carácter terrorista que había desarrollado en el país de las Olas, si no, que se había cogido a Sasuke dos días por mero capricho del demonio. Estaba consciente de que el omega tardaría en aceptarlo, pero al final estaba seguro que cuando llegara a Konoha habría tiempo de desarrollar una relación.

¡Pero no!, Kurama como siempre se había ido a los extremos, junto con el omega que habitaba en Sasuke. Torturarlo de aquella manera solo para lograr su infinita atención, había sido un acto bastante extremista.

Suspiró mientras escuchaba la situación de la boca de Sakura.

Realmente había sospechado de todo, pero no estaba completamente seguro. El viaje a Konoha todavía era largo, tal vez su padrino solo le llevaba algunas semanas de ventaja, al final los mares los habían empujado cerca de unas peligrosas aguas, no serían complicados de esquivar si no por lo que habitaba ahí, sin mencionar que el clima estaba cambiando constantemente estos días.

Tenía bastantes cosas en las que pensar.

Capítulo trece.

Sasuke trataba de no pensar mucho en lo que había pasado con Naruto; Afortunadamente nadie comentaba nada de ello, ni siquiera Deidara se había atrevido a hacer un mal chiste de esa relación. No era como si de verdad tuvieran una relación, solo eran dos personas saciando una necesidad.

Sí, era necesario que se repitiera constantemente aquello..

Suspiró y Chouji le frunció el ceño.

Era una odisea todavía pelear por un lugar en la cocina. A pesar de que trataba de no perder la paciencia con el hombre aquel, su actitud déspota lo hacía más arisco que de costumbre. Le había escondido varios utensilios de cocina con el fin de que perdiera la batalla, pero estaba seguro que era cuestión de tiempo para que se ganara ese terreno.

No por nada Inari le había conseguido ciertos ingredientes. Aquella tarde todos habían estado bastantes agitados y con el reciente viento entendía el porqué, una tormenta estaba próxima. Probablemente hasta el día siguiente se encontraran con ella y se permitió relajarse.

El verdadero problema con el navío era que Shikamaru y Kiba habían salido heridos en el país de las Olas. Nara se había quebrado un brazo y el castaño cojeaba de su pierna izquierda, nadie le dijo lo que pasó y prefirió no preguntar; de esa manera se sentía menos culpable.

–¡Sasuke-kun!

De nuevo Sakura, un verdadero dolor de cabeza. Por lo menos tres veces al día le preguntaba cómo se sentía y que para cualquier cosa podría acercarse a ella, realmente se estaba convirtiendo en un dolor de cabeza. La ignoró para solo asentir cuando terminó aquel parloteó incesante.

–Inari me dijo que intentarias hacer...

–¿Necesitas algo más de la cocina, Sakura? Estoy ocupado – la interrumpió sin mucho ánimo de continuar escuchándola.

–Amm, no, realmente no. Naruto dijo que le gustaría hablar contigo por la tarde, probablemente nos encontraremos con la tormenta mañana por la mañana y quiere prevenir que te lastimes.

–No será necesario – musitó sintiendo de nuevo las mejillas arder, ¿qué diablos le importaba al dobe? – estaré en el almacén con Deidara.

–No es el lugar más seguro.

–¿Y cuál lo sería en la tormenta? – soltó sarcástico.

–Con el médico, por si llegara a pasarte cualquier cosa.