Capítulo diecinueve.
Cuando supo quién era Sasuke imaginó la venganza perfecta; pero cuando supo que era, Kurama lo estropeó absolutamente todo. Itachi había sido su enemigo por varios años; ese bastardo había matado a su madre cuando apenas tenía 16 años. Ella se había interpuesto para salvarlo a él.
El odio era un sentimiento que jamás se iría, que estaría latente hasta el fin de sus días. Sin embargo, el omega había afectado bastante sus planes. ¿Qué mejor venganza que matar aquello que más ama Itachi? Pensaba en conservarlo hasta llegar a Inglaterra, provocar al tirano y acabar con la vida del menor delante de sus ojos.
Diente por diente.
Pero pasó su celo y todo se fue a la mierda.
Kurama era su instinto, aquella mitad del Dios de los Zorros que habitaba en su interior; a través de los años se habían hecho amigos, sin embargo, todo pasó demasiado rápido. El Kyubi lo pidió y Naruto no pensó en oponerse, siempre había sido demasiado exigente referente a los omegas que tomaba. Sentía que le estaba haciendo un favor, no fue hasta que sus sentidos se nublaron cuando perdió el control de sus acciones.
Lo había marcado.
Se había enlazado de por vida... con el enemigo.
No había manera de desuniar aquella acción, por más que se arrepintiera no podía retroceder el tiempo, además de que Kurama se había encaprichado bastante con el azabache. Sus sentires se habían sintonizado bastante; lo dejó pasar, trató de dejar que sus pensamientos se tranquilizaran, pero de nuevo todo se fue al carajo cuando el demonio le confirmó que lo había mordido porque era su destinado.
¿Acaso era la vida burlándose de sí?, ¿cómo vengaría a su madre después de ello? Pero lo peor pasó unos días después cuando el zorro soltó la bomba. Aquella maldita exploción que desató todo un espectáculo en el país de los Olas. Tres días sólo para asimilarlo y volver a entrar en celo.
Al final, Kurama lo había orillado acorralar a Sasuke para beneficio de ambos. Los recuerdos lo golpearon uno por uno mientras se aferraba al delgado cuerpo del omega dormido; después de la pelea con Gaara y saciar sus necesidades el menor había caído totalmente rendido bajo sus manos.
—Es mío... —susurró la bestia en su interior.
—Nuestro —contestó el capitán ante la imponente voz de su instinto.
—Pronto llegaremos a Konoha, Naruto — cambió la conversación ante su molestia.
—Sasuke merece saber la verdad —aclaró enfrentando una vez más sus deseos.
—No está preparado para ello, sólo lograrás que quiera escapar antes de tiempo — Kurama había estado analizando muy bien los pasos de Sasuke, la única razón por la que no saltaba de nuevo al mar para escapar era porque estaba enfrentándose a sus sentimientos, a una realidad diferente, sin embargo, sí el omega se asustaba las cosas cambiarían.
—¿Qué te hace creer que no lo intentará antes 'ttebayo? — preguntó curioso mientras acercaba más al azabache a su cuerpo.
—Porque no lo ha intentado hasta ahora; después de Konoha se quedará por voluntad propia — declaró mientras sonría con sus afilados dientes.
Naruto realmente lo deseaba así; sabía que al final debía enfrentar a Itachi, pero no quería arriesgarse a perder a Sasuke. No quería pensar en la posibilidad de que se hiciera daño, había sido una estupidez dejar que se arriesgara en un batalla con Gaara, sabía que en ese punto de la partida Shukaku se convertiría en un dolor de cabeza. Sin mencionar los celos latentes del pelirrojo.
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LIBERTAD
FanfictionOh, la libertad siempre había tenido un alto costo. NaruSasu. Omegaverse. NaruSasuDay