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—Esto es malo, es muy pero muy malo.

El "viajero" no sabía exactamente qué hacer. Estaba en un mundo completamente desconocido para él, otras armas, costumbres, una magia diferente, una parte de él le emocionaba eso pero otra le aterraba ¿La razón? Si aquel mundo era otro universo donde había otro como él, significaría que también podría haber mismos enemigos de ese lado, no tenía muchas opciones a donde ir y no quería deambular por los alrededores.

—Hey, eres tú —El chico guardó su espada y se agachó para levantar a la criatura que había ayudado a su otro yo—. Que extraño eres ¿Qué clase de criaturas mágicas hay en este mundo? —Se pregunto a si mismo mientras observaba con detenimiento a Burpy quien estaba sobre la mano del doble de su dueño.

Aunque sólo podía entenderle chillidos, al menos tenía a alguien en quien poder apoyarse para no acabar en más problemas.

—Oye, si hay otro yo ¿De casualidad habrá aqui también otro Kord, Pronto o quizás Trixie? —Le pregunto, Burpy asintió rápidamente—. Tomaré eso como un si ¿Me ayudas? ¡Genial! Eh ¿Burpy, no? Bien Burpy, soy Eli, aunque eso ya lo sabías.

Burpy rodó los ojos y procedió a subir al hombro del otro Eli quien al parecer no le molestó en absoluto, a cuestas le fue indicando por dónde ir para poder reunirse con el equipo y comentarles la situación.

—Wow, otro mundo, donde los que conozco también están incluyéndome, me pregunto cómo serán mis amigos aquí...

——————

Estaba oscuro, una venda le impedía ver a dónde le estaban llevando, su boca también estaba vendada, pero supuso que evidentemente ya no estaba en Bajoterra, sus manos estaban atadas tras la espalda y su única guía eran al parecer dos de las criaturas que lo empujaban desde los hombros para que avanzara.

—¿Lograron capturarlo? —Pregunto una voz gruesa, rasposa, daba escalofríos con sólo oirlo, las criaturas chillaron de forma espantosa en afirmación—. Buen trabajo, pensé que serían lo suficientemente incapaces de hacer una tarea tan sencilla, llévatelo con el rey, el sabrá qué hacer con ese vándalo.

Una vez dicho eso obligaron a Eli a ir a otro lado, aunque el chico no sabía en concreto dónde estaba, pero la voz le sonaba tan familiar que le aterraba. Capaz avanzó por otro 5 o 10 minutos, hasta que lo empujaron lo suficientemente fuerte como para hacerlo caer de rodillas. Sus manos las esposaron con algo pesado, supuso que unas cadenas para evitar que escapara.

Con sonidos extraños, la criaturas parecían informarle a alguien su estado, tal vez al cabeza de todo esto.

—Veo que lo lograron, que impresión —Hablo  quien parecía ser el lider de todo, Eli sudo frio ¿Era...?— Quítale esas vendas, quiero comprobar algo.

Sus sirvientes (criaturas de dudoso origen) acataron sus ordenes, Eli al fin pudo detallar dónde estaba pero no podía creer a quien tenia delante de sus ojos sentado en ese inmenso trono.

Estaba en un castillo, específicamente en la sala real. El lugar era sombrío, el color negro era lo que más destacaba, las alfombras y tapicería eran color rojo y habían algunos detalles en verde esmeralda, las cadenas que poseía eran gris oscuro, delante suyo estaba la persona que menos esperaba.

—¿Tad? —Alcanzo a formular aquellas palabras, no esperaba que el Tad de ese mundo fuese un rey o siquiera alguien de la realeza. El joven delante suyo si bien era como el Tad que recordaba había algo en él que lo hacía distinto, pero no sabía qué.

—¿Y esa cara de sorprendido? No seas imbécil. ¿De verdad te dejaste atrapar por estos inútiles? —Hablo con un tono fastidiado, pero de superioridad—, es una lastima que tus días estén contados, que pena que tu libertad sólo duró unas horas después de nuestra charla.

Espadas Y Lanzadores [AU Bajoterra Crossover] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora