Espadas Y Lanzadores [AU Bajoterra Crossover]

21

—¿Han visto a Trixie? —Pregunto el viajero yendo con sus otros yo.

Era ya de mañana, el grupo se habia reunido en uno de los salones reales para debatir lo próximo que harían.

—¿Te refieres a mi o...?

—A la princesa —Aclaró el aventurero a la pelirroja, era confuso hablar de una persona cuando tienes a su doble presente.

—No, desde ayer no la vemos —Notifico el herrero.

—Que raro, por lo general no suele faltar a reuniones importantes —Murmuro el aventurero.

El peliazul se dispuso a buscarla, los demás intercambiaron miradas preocupas ¿Estará todo bien?

Tras casi 20 minutos de búsqueda, la princesa no parecía estar en el castillo, preocupando notoriamente al viajero.

"Esto no me gusta..." pensó mientras iba con el grupo— ¿Alguna novedad?

—No esta ni en su habitación, ni en la sala de entrenamiento, ni en la biblioteca —Notifico el topoide.

—Kathe dijo que tampoco le ha visto, y pidio que les avisara que ya casi termina de decifrar el libro —Notificó el mecánico.

—Pronto notó que faltaba uno de los caballos del establo, capaz haya salido a dar una vuelta —Avisó el rastrador.

—¿De madrugada? —Exclamo extrañado el herrero.

—¿A donde iría tan temprano? —Pregunto el lanzador.

—¿Será que...? —Murmuró la pelirroja, captando la atención de los presentes.

—¿Sucede algo? —Preguntó el aventurero.

—Es que anoche...

—¿Le dijiste? Creí que quedamos que lo diríamos cuando estemos todos más tranquilos —Le interrumpio Kord suponiendo lo que iba a decir su amiga.

—¿Decir qué? —Preguntó el lanzador.

—Cuando Tad nos encontró, nos dejó ir sólo porque quería que le dieramos un mensaje a la Trixie de este mundo —Explico el mecánico.

—Dijo que le espera en tierra de nadie, la esperara cerca de las 10 para hablar.

—Ay no... —Murmuró el viajero.

—¿Qué significa? —Pregunto el mecánico.

—Punto muerto, ambos van al punto muerto.

—¿Punto muerto?

—Es una tierra de nadie, debido a las guerras en épocas pasadas aquellas tierras perdieron su vitalidad convirtiéndose en una zona muerta que conecta a cada reino que hay; actualmente, nadie se atreve a pisar ese lugar por cuestiones históricas —Explicó el herrero—. No aplican leyes ahí, se dice que los bandidos así como la realeza van a...

—Hacer cosas que la corona no puede hacer —Finalizó el aventurero.

—¿Q-Qué clase de cosas? —Habló preocupado Pronto, el rastreador.

—No esperare a averiguarlo ¡Debemos irnos ya!

——————

La princesa seguía montando su caballo, a trote lento, recorriendo aquel lugar tan sombrío y oscuro. Armas de cualquier tipo, oxidadas por el tiempo, junto a esqueletos de personas que ya nadie recuerda decoraban el suelo, algunas banderas desgastadas representativas de algún bando aún seguian en la punta de algunos postes ondeando con la lenta brisa que te daba escalofríos. El olor era como un cementerio recién inauguración: a muerte. La luz del lugar era tenue, la suficiente como para no tener que depender de algún punto de luz, y por ende, la visión hacia largas distancias era un problema.