17-Nadie tocará a mi chica

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Los gritos ininterrumpidos de Scarlett porque nos levantáramos, fueron el motivo por el que abrí los ojos y al hacer esto, al instante noté como la hinchazón de haber llorado se había apoderado de mis ojos.

— Vaya, chico, apunta mejor la próxima vez—Dijo Scarlett y Cameron rió

— Siempre tan malpensada Scar—Me levanté de la cama y los cuatro fuimos hasta el salón donde se encontraba el árbol de navidad junto con los regalos.

Sonreí al mirar por la ventana y ver la nieve caer a través de lo edificios. Parece ser que a veces los sueños se hacen realidad. Cameron me cogió de la mano y los cuatro sonreímos.

— La escena parece sacada de una película de navidad—Rió Scarlett

— Una siniestra— Intervino Cameron

Pasamos una mañana agradable, entre galletas recién hechas, copos de nieve y amigos. Nunca me cansaré de repetir, que junto a ellos me sentía en casa. No en una casa en estilo literal, si no en estilo metafórico. Con ellos nada podía ir mal y me sentía segura, valorada, acogida, etc.

Miré con lástima a Cameron cuando cerca de las 7 pm salí de la casa de Scarlett. Ni si quiera sabía cuando sería la próxima vez que lo vería y eso me entristecía. A parte, también tenemos el hecho de que pasaré las vacaciones de navidad sola, en mi casa y probablemente sintiendo un vacío en el pecho cada vez que mire mi móvil y no encuentre un mensaje de él.

Volví en taxi a casa y al cruzar la puerta me quité los zapatos. Seguidamente fui directa al sofá a acostarme, pero en mi camino el timbre sonó. Me acerqué hasta la puerta y abrí al ver que un repartidor esperaba con un paquete.

— Hola—Saludé

— ¿Triana Rymer?—Preguntó y asentí— Firma aquí— Firmé donde el hombre me señaló y seguidamente me tendió el paquete.

— No sabía que el servicio de repartos trabajase el día de navidad

— Y no lo hace—Dijo el hombre guardando el bolígrafo— Es paquetería de emergencia.

— Bueno, espero que pases un buen día de navidad

— Igualmente— Contestó.

Tras sus palabras cerré la puerta y ahora sí, la cerré con llave ya que supuse que por hoy, nadie vendría a casa.

Coloqué el paquete sobre la mesa enfrente del sofá y lo miré. A mi mente, vino el recuerdo del día anterior, cuando Smith me llamó al ver que estaba Tyler en mi casa. Quizás ahora mismo también me estaba observando y solo con pensar en que alguien estaba todo el rato mirándome hacía que mi piel se erizara.

Volviendo al tema, miré el remitente que estaba en blanco, por lo que mi curiosidad crecía cada minuto que pasaba. Por lo que rápidamente lo abrí esperando encontrar una bomba o algo por el estilo. Pero me equivoqué. Dentro había una caja de Cartier junto a una nota. Abrí esta última la primera.

Traté de buscar algo tan bonito como tú, pero nada logra igualarte

Tyler Michels

Mi curiosidad crecía por segundos, por lo que abrí la caja encontrándome con un collar de rubí. No podía aceptar un regalo como ese. Inmediatamente cogí mi teléfono y marqué el número de Tyler, el cual a los dos tonos lo cogió y pude notar solo con su tono de voz que llevaba puesta su típica sonrisa.

— Supongo que Santa Claus te habrá traído muchos regalos—Dijo a través de la línea telefónica.

— Yo...—Mi voz se entrecortaba— No puedo aceptar ese regalo Tyler, es muy caro.

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