Hundí mi cabeza bajo el agua, tratando de expulsar todos mis pensamientos de mi mente. No podía seguir culpándome día si y día también por lo que había ocurrido o por lo que iba a ocurrir. A veces perdía el control de mis emociones y me encontraba llorando desmesuradamente o enfadada sin motivo. Y es que, Cameron se había llevado una parte de mi que no sabría tan si quiera como comenzar a reconstruir. Incluso me había privado de mi libertad, no podía volver a casa, y no porque no quisiera, sino, porque aquella no era mi casa. No después de que la hubieran registrado de arriba abajo y la hubieran precintado de esquina a esquina.
Añoraba mis tardes en solitario y sentir que tenía un lugar seguro donde refugiarme que no fueran unos brazos.
Perdí la cuenta del tiempo que pasé sumergida bajo el agua, cuando Tyler me sacó de la bañera.
—¿Qué haces Triana?—Me preguntó Tyler
—Estaba dándome un baño—Le contesté y me pasé las manos por la cara para secarla un poco, a continuación cogí la toalla que había a mi lado y me tapé.
—Deja de torturarte
—Vamos Tyler, no me estoy torturando—Le contesté y fui a la habitación a empezarme a vestir para ir al trabajo.
Tyler se sentó en un sillón frente mío mientras yo me vestía. Él ya estaba completamente arreglado y con uno de sus caros trajes preparado para irnos.
—Amor, hace al menos tres semanas desde que vives aquí y no soy tonto—Me acerqué y besé su mejilla.
—Estoy bien—Me limité a contestar.
—No estás bien—Tyler me hizo sentarme en su regazo—Hace tiempo que no estas bien y no soporto verte así.
—¿Así como?
—Como si hubieras perdido la ilusión en la vida—Contestó el a la vez que acarició mi mejilla—La Triana que yo conocí no se dejaba pisotear por nada ni por nadie, eras y eres la mujer más fuerte que he conocido y verte así, tan frágil me duele.
—Todo va bien—Le besé en los labios.
—Nada va bien. De un día para otro perdiste mucho
Cerré los ojos y respiré profundamente. Tyler quizás tenía parte de razón con que estaba algo triste, pero no era una persona débil ni frágil. Estoy perfectamente.
—Se nos hace tarde— Le dije dando unos últimos toques a mi pelo mientras me dirigía a la puerta.
Bajamos hasta el garaje juntos y cuando llegamos a este, el chófer nos esperaba con el coche ya arrancado. Durante el camino hacía la oficina, pillé a Tyler mirándome.
—¿Qué?—Le pregunté
—Eres preciosa—Se limitó a decir junto a una caricia en mi mejilla.
Le sonreí, y como no hacerlo cuando me miraba con aquellos ojos brillantes y oscurecidos por mi presencia. Le cogí la mano y durante todo el camino estuvo sosteniéndola.
Al llegar a la oficina, todos los empleados de Tyler nos miraban y cuchicheaban. Agaché la cabeza tratando ocultar la vergüenza que me daba, pero Tyler no me lo permitió, me agarró la barbilla e hizo que levantara la cabeza.
—Nunca agaches la cabeza, es un signo de debilidad y no sabes para que lo usarán en tu contra—Me susurró
Al entrar a mi despacho, Tyler entró tras de mi y cerró la puerta.
—Hoy tengo una reunión importante y necesito preparar unos papeles. Mientras dirige un poco este sitio y haz que te den todos los informes antes de la reunión.—Asentí con la cabeza
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Contingencia
RomansSiempre me sentí segura, tanto en mi casa, como en mi trabajo, como en mis relaciones, pero al llegar el invierno todo cambió y ya nunca más pude confiar a ciegas. Todo lo que creía conocer resultó haber sido mentira, ni si quiera conocía a mi padre...