16 - Cicatrices

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Ya eran mediados de abril, y las pruebas continuaban siendo inciertas. Akutagawa no estaba en su cama como era de costumbre; estaba dando vueltas por la manzana, acompañado de su persona más preciada.

-Solo quedan dos meses para que te vayas, y yo sigo igual.

-No te estreses por eso, no voy a irme sabiendo que estás así.

-¡No digas eso! No quiero destrozarte los planes.

-Deja. De. Pensar. Así -dijo golpeando ligeramente su cabeza-. Así me haces imposible disfrutar nuestro tiempo juntos.

-Tampoco es que tengamos demasiado tiempo libre...

-Ya, ¡pero hoy Mori me dejó sacarte! Así que no seas tan pesimista, al menos por hoy, ¿vale?

-Vale.

-Venga, ¡es primavera! ¿Te gusta la primavera?

-Me gusta la primavera -dijo con una sonrisa tonta.

-Está bien -rio-, a mí también me gusta. La temperatura es agradable, los cerezos florecen, aunque hay muchos insectos...

-Sí, opino lo mismo. Aunque me gustaría disfrutar más de ella... Es más que suficiente si puedo compartir mi tiempo contigo, Dazai.

-Aw, qué cursi eres...

Akutagawa apartó su mirada, algo avergonzado.

-Lo siento.

-¡No, no te disculpes! Me gustas así.

-No me acostumbro a que me trates así -balbuceó-... Es surrealista...

-¿Ah, sí? Pero es la verdad. Me gustas mucho, te quiero, te amo, te deseo. Si tan solo Mori no estuviera siempre en tu casa...

-Dazai -lo interrumpió, sonrojado-, por Dios...

-¡Ajajaja, pareciera que estás a punto de tener un infarto! Qué tierno.

-Me vas a acabar matando antes tú que mi enfermedad.

-¿Te gustaría? -le miró de forma pícara-. Podríamos hacer un suicidio doble...

-¿Cómo? -dijo anonadado.

-¡Era broma! Jajaja, no te tomes tan en serio todo lo que digo.

-Pero... Si realmente te fueras de esta vida... Yo...

Su mente se quedó en silencio.

-La única persona que me ha mostrado amor incondicional incluso tras haberle hecho la vida imposible... ¿Qué derecho tengo yo de vivir en lugar de él? Al menos podríamos irnos juntos de este mundo.

Dazai tomó a Akutagawa de la mano y entrecruzó los dedos con los suyos. Akutagawa dirigió su mirada a ambas manos, extrañado.

-¿Te molesta?

-No, no. Es solo que...

-Que qué.

-Nada, no importa -contestó con una sonrisa radiante.

Los dos chicos pasearon juntos hasta que se hizo tarde. El cielo se tiñó de un tono rosa hermoso antes de oscurecer, dejando paso a las luces anaranjadas de las farolas que se reflejaban en las aceras.

-Creo que ya va siendo hora de que vuelva a casa.

-Desgraciadamente.

Dazai dudó en si era adecuado sacar el tema de su enfermedad. Lo último que quería era hablar de eso, ni tan siquiera pensar en ello. Si volviera a pasar... Si perdiera a un ser querido una vez más, definitivamente perdería la cabeza. Sus pensamientos se habían nublado y ya no era capaz de verse de aquí a un par de meses, casi como si su vida se hubiera acabado. Ese comentario sobre el doble suicidio había sido una broma, obviamente, pero...
Aún existía ese «pero». ¿Cómo iba a ser su vida si huyese de esta ciudad tras su muerte? No podía ni hacerse una imagen mental porque sabía perfectamente que ya nada tendría sentido.
La angustia le perseguía. De nuevo, se sentía culpable de que Akutagawa hubiera llegado a tales extremos, igual que Oda. A lo mejor él tenía razón. A lo mejor sí que hubiera sido mejor si nunca le hubiera vuelto a hablar, quién sabe cómo habría cambiado la historia. Estaría viviendo una vida normal, con amigos que se preocupan por él, e incluso si su enfermedad empeorara, seguro que no la habría ocultado...

[𝐁𝐒𝐃]  𝓟𝓮𝓸𝓹𝓵𝓮 𝓒𝓱𝓪𝓷𝓰𝓮  | DazAkuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora