[𝐁𝐒𝐃] 𝓟𝓮𝓸𝓹𝓵𝓮 𝓒𝓱𝓪𝓷𝓰𝓮 | DazAku

14 - Cosmoworld

-Esta es una ocasión extraordinaria. Hacía años que no nos reuníamos aquí.

-Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas, Fukuzawa... -Mori tomó un sorbo de vino.

-¿Qué es lo que quieres? -dijo de manera poco amigable.

Dejó la copa en la mesa y cruzó las piernas. Clavó su mirada en el hombre. Sus ojos burdeos reflejaban una seriedad poco común en él.

-No pienso volver a perder a mi familia, y menos sabiendo que esta vez puedo evitarlo.

-Yo no tengo nada que ver con tus asuntos personales.

-Sé que sigues molesto por lo que pasó con Elise y Yumeno, pero no pude hacer nada, por eso mismo te pido que me ayudes esta vez para evitarlo.

-¿Que no pudiste hacer nada? Abandonaste a tu familia, ni siquiera estuviste ahí cuando... -no continuó.

-¡Estaba en el ejército! No podía volver... Yo nunca las abandoné. No sería capaz de hacerlo. Solo quiero hacer todo lo posible antes de que sea demasiado tarde de nuevo.

Fukuzawa vio la expresión de profundo dolor que tenía Mori, en silencio.

-La enfermedad de Ryuunosuke ha estado empeorando. Él piensa que no me di cuenta, pero he estado encontrando gotas y manchas de sangre en el lavabo y en su ropa. Además, está comiendo menos de lo que hacía, que ya era poco. No sé qué le puede estar pasando, y necesito recursos para investigarlo. Es uno de tus alumnos también, después de todo.

Suspiró, reflexionando sobre las palabras que uno de sus antiguos amigos del ejército dijo.

* * *

Qué sentimiento más hermoso, pensaba Akutagawa, aquel que sentía ahora mismo. Casi como si, por fin, todas sus preocupaciones hubieran desaparecido. Sabía que era algo temporal, que su enfermedad continuaba avanzando sin descanso y que Dazai pronto se alejaría una vez más de su lado, esta vez para siempre. Pero quería olvidarse de aquellos pensamientos, aunque fuera solo por un momento, y disfrutar del presente.

-Oh... Ahora que me doy cuenta, hacía demasiado tiempo que no vivía en el presente. Todos estos años estuve pensando en el pasado, y estos últimos meses en el futuro, pero ahora, por alguna razón -presionó su mano en su pecho-, no puedo pensar en nada más. Solo en esta sensación de calidez.

Estaba sentado en un banco, esperando a sus amigos. ¿Amigos? Esa palabra le resultaba extraña. Nunca la había utilizado antes, pero ahora le parecía correcto usarla para referirse a ellos. ¿Acaso tenía el derecho de llamarlos así? Pero realmente eran importantes para él, aunque nunca llegara a admitirlo. Dirigió su mirada hacia la palma de su mano. La abrió y cerró un par de veces.

-Este... Soy yo -suspiró-. Es tan extraño... Estar vivo. ¿Qué se sentirá al estar muerto? No, qué digo, menuda estupidez... Claro que no se siente nada. Pensar en la inexistencia da miedo, pero no me encuentro alterado. De hecho, estoy calmado, con una rara sensación de paz, felicidad y satisfacción. ¿Por qué? Bueno, pensándolo mejor, no recuerdo haberle temido nunca a la muerte. Creo que le tenía más miedo a morir sin poder cumplir con mis deseos, pero ahora todo está yendo tan bien... Como si, de hecho, existiera un Dios allá afuera y hubiese decidido darme todo lo que pedía antes de mi muerte -levantó su mirada al cielo-. A lo mejor... Debería dejar salir las palabras que siempre estuvieron atadas dentro de mí antes de mi partida. Estos sentimientos son los únicos que me han mantenido con vida hasta ahora, y esta podría ser mi última oportunidad... Pero eso sería demasiado egoísta. No es solo que le tenga miedo al rechazo, sino que no quiero importunar a Dazai, y menos aún cuando pretendo ayudarle antes de irse. Él ha confiado en mí, por eso no querría volverlo todo incómodo. Además, estoy más que satisfecho con poder estar a su lado después de tanto tiempo. No pido más, no necesito nada más así que por favor, permíteme vivir un poco más, hasta su despedida.