Capitulo 34. Fue el.

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Fue el.


2337 horas, 140256 minutos para el impacto.

Belle

Termino de cambiarme justo cuando la puerta se abre dejándome ver a un Nate muy agotado y cabreado, a pesar de lucir así no deja de sonreírme.

—¿Cómo amaneciste hoy?

—Mal, realmente extraño despertar medio aplastada por un idiota sensual.

Una carcajada brota de su garganta y deposita un corto beso en mis labios.

—¿Eso significa que ya puedo regresar a mi habitación?

Asiento.

Hace dos noches desde que sucedió lo de los vídeos. Le pedí un poco de tiempo y espacio, a pesar de que no quería dejarme sola acepto solo con la condición de que yo me quedara a dormir en su habitación mientras él se iba a la de huéspedes.

Pase las dos peores noches de mi vida. No pude llorar, no sentía absolutamente nada, me sentía vacía, mi cabeza no dejaba de dar vueltas. El primer día no pude ni levantarme de la cama, Nate como lo prometió no hizo preguntas solo me trajo el almuerzo hasta la cama y salió de la habitación dejándome sola.

Después mando a pelusa con un ramo de rosas blancas amarrado a su cuerpo. No quiero imaginar cómo lo logro si mi perro odia que Nate se acerque a él.

La segunda noche fue incluso un infierno. Mi medicamento se acabó, las náuseas regresaron, a pesar de estar a dos grados despertaba transpirada, mis manos temblaban cada vez que sentía que me iba a desmayar.

Por la mañana quise contarle a Nate pero al escucharlo discutir con alguien de seguridad, asumí que no necesitaba cargar con mis mierdas.

—¿Sabes que tienes que salir algun día de esta habitación? —Pregunta detallando mi cara como si esperara una mala reacción de mi parte—. No porque haya prometido darte tu espacio significa que voy a dejarte caer.

Sus brazos me rodean y permito relajarme en ellos. Mi cabeza comienza a pulsar tan fuerte que termino empuñando su abrigo para evitar desvanecerme.

—Hay alguien que quiere verte—informa.

Se aparta de mi lo cual hace que reúna todas las fuerzas para que mis piernas no flaqueen.

En el marco de la puerta observo a Paolo y Kelly quienes corren a abrazarme empujando a Nate de su camino.

No sabía que los necesitaba tanto hasta que los vi de nuevo.

—Kelly—me aparto para mirarla—. ¿Qué haces aquí?

—Mi mejor amiga me necesita.

Niego

—Deberías estar en New York recibiendo tu premio a la científica más joven—la observo incrédula.

—Es un simple trozo de plástico, además no necesito de algun reconocimiento para saber que soy la mejor, no es así—me guiña un ojo citando lo que alguna vez le dije.

—No puedo creerlo.

—Basta chicas van hacerme llorar—Paolo interrumpe sonando dramático y me estrecha a sus brazos, lo cual agradezco ya que no puedo mantenerme de pie por mí misma.

—¿Qué hacen aquí?

Paolo suspira— sabemos lo que estás haciendo, te dimos tu espacio pero ya es suficiente Bel— se aparta para mirarme—, puedes quedarte aquí y seguir deprimiéndote o puedes salir ahí y demostrarles a todos que te chupa un...—Nate carraspea negando.

Rojo bajo fuego  (BORRADOR)✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora