Rojo bajo fuego (BORRADOR)✔

Capitulo 63.- Recuerdos

Oficialmente comienza el conteo regresivo para el final :c

Recuerdos

Nate.

Todo esto parece una maldita película totalmente desastrosa, me parece tan irreal lo que le está sucediendo a nuestros cuerpos, si no lo estuviera viendo por mí mismo no lo hubiera creído.

—Entonces si mi sangre te sana—habla Dmitri dirigiéndose a Belle—, supongo que quizá la transfusión de mi sangre durante la operación ayudo o tuvo algo que ver ¿no creen?

Suspiro dejándome caer en un sillón trayendo a mi esposa a mi regazo.

—Si esto, lo de la sangre pudo hacer efecto en Nate—ella se levanta apartándose de mi como si la quemara—¡Nate pudo contraer el virus!—grita.

Luego pasa lo más extraño que he visto en mi vida, además de las heridas curándose solas.

Belle y Dmitri comienzan a hablar demasiado rápido en ruso, algunas maldiciones logro entender, pero están hablando al mismo tiempo que me es imposible entenderles, hacen expresiones y gestos raros, mueven sus manos con dramatismo.

¿Qué demonios ocurre con los Russell?

Observo a Wilmer quien esta incluso peor que yo con su cara todo confundido.

Me pongo de pie cuando Dmitri sale corriendo como si alguien lo persiguiera y lo fuera a matar.

—Vamos—Belle se gira tomando de mi mano.

La pelirroja nos arrastra hasta el laboratorio de mi madre en el sótano, al llegar observo a Dmitri acercarse a mí con dos agujas grandes y largas.

—De ninguna manera—niego pero Bel me empuja a una silla y me señala.

—No me hagas hacer esto a la fuerza Crawford—amenaza.

Mi propia esposa me está amenazando.

Hasta donde hemos llegado. Le recite Shakespeare es para que me esté abrazando no amenazando.

—No dejare que él me ponga un dedo encima—señalo a Dmitri quien bufa.

—Ni que tuvieras tanta suerte cuñado.

Belle pone los ojos en blanco antes de tomar ambas jeringas para extraer con rapidez sangre de mi brazo izquierdo.

Dmitri la toma y ambos se van al otro extremo de la habitación hacer cosas extrañas mientras murmuran cosas que no entiendo, un mareo nubla mi razón escuchando la voz de Belle en eco murmurando mi nombre.

"El celular de mi madre no ha dejado de sonar, siempre es así, su trabajo la mantiene muy ocupada pero nunca me habían despertado y llevado con ella. 

Esta vez es diferente vamos camino a la mansión de los Waldorf.

Le dije que no quería ir hasta que aprendiera a tocar esa estúpida canción que Belle se la pasa tarareando en clases de idioma. Ella me prometió que dejaría de cantarla el día que aprendiera a tocarla en el piano de mi abuela.

No quiero escucharla hoy. Estoy muy cansado para escuchar esa canción tan aburrida salir de sus labios.

Pero es divertido saber que la veré de nuevo y de noche.

Al entrar alguien del servicio nos recibe. Yo aún estoy en pijama ya que es más de media noche.

Papa me baja de sus brazos. Ya soy un niño grande que no necesita que lo carguen pero el aun lo hace.