Cap. 5

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Asisten a las primeras clases. Todos miran el reloj que avanza tan lento. Pensaban que nunca iba a llegar la hora, pero... suena el timbre. Es el recreo y ya saben lo que tienen que hacer. Quedan los cuatro en el pasillo en el cual Carina se encontró a Dante y la guió hacia el cuarto bajo las escaleras.

Un momento... ¿Dante la guió?

Carina hace "click" en su mente. Dante la había guiado a esa sala.

¿O se había metido ella sola?

Pero por alguna razón él tiene información...

- ¿Por qué seguimos aquí? -pregunta Adriano apareciendo detrás de ellos. Se da cuenta de que no se mueven del lugar.

- Esperamos a que Iván se compré un refresco -murmura Beatrice suspirando.

- ¿Qué? Solo se ha atascado -le da unos cuantos golpes a la máquina expendedora.

- Vamos tirando, ya aparecerás -dice Beatrice empezando a caminar con Adriano y Carina.

Iván le da una sacudida a la máquina y por fin cae la lata- ¡Ya está! -corre detrás de ellos.

- Pues, nos guías -murmura Adriano.

- Es por aquí -avisa Carina mostrándoles el camino que se sabe de memoria.

Caminan por el largo pasillo de la primera planta, y como la última vez, tampoco hay gente en los pasillos. Esa parte cada vez tiene menos luz. Carina no sabe si eso es nuevo o aquel día también iba a oscuras. Llegan a las escaleras, donde Carina se para de golpe.

- ¿Qué pasa? -pregunta Iván al chocarse con su espalda, y se frotaba la nariz.

- Es ahí abajo -señala Carina con cierto temor de volver a ver lo que vio- ¿Estáis seguros de que queréis entrar?

- Vaya, sí que da algo de miedo -admite Adriano- Pero debemos saberlo.

La pequeña escalerilla de unos diez escalones es tétrica y oscura, gris y vieja. Pone en un cartel: cuarto de limpieza. La puerta del lugar, es blanca de metal con las esquinas oxidadas, es bastante normal, pero vieja.

- ¿Cómo pudiste pensar que aquí había una clase? -pregunta Iván en tono burlón.

- Y yo que sé, soy nueva, además, no hay otra sala al final del pasillo -se enfurruña y se cruza de brazos.

Se quedan parados sin moverse delante de la puerta- ¿Alguien va a abrir? -pregunta Beatrice.

- ¿Quieres hacer los honores? -le dice Iván señalando la puerta.

Beatrice hace una mueca asqueada- No, gracias.

- Yo lo haré -Adriano alarga la mano con ciertas dudas. Pero al bajar la manivela, la puerta está cerrada.

- Vaya -murmura Carina- La otra vez estaba abierta, como si...

La esperaran.

- ¿Cómo si qué? -pregunta Beatrice curiosa.

- Nada, nada -sonríe inocentemente- ¿Alguien sabe abrir cerraduras sin la llave?

- Ahora que lo dices... -murmura Iván y por alguna razón a su hermana no le sorprende.

Iván se acerca y mete el carnet del instituto por la rendija lateral de la puerta. La pasa para poder abrir el cierre, pero se le cae dentro.

- Mierda -maldice. Pero saca un hierro del bolsillo que nadie pregunta porqué tiene eso. Supongo que se van acostumbrando a la espontaneidad del chico.

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