Carina empieza a despegar sus párpados con dificultad. La vista es borrosa, pero al pestañear varias veces se va aclarando la escena. No está en su cama en su habitación, está en un sótano extraño donde a penas entra luz.
- ¿Dónde estoy? -pregunta Carina confusa aun medio dormida.
- ¿Por qué todos en las películas preguntan eso? -es ese hombre, el mismo que la había apuñalado. El odio se muestra enseguida en la cara de Carina.
Aun tiene la cara cubierta y no se le ve. Pero es alto y aparentemente fornido. Viste con unos pantalones negros y la misma sudadera de la noche.
Carina pronto recuerda lo que pasó y su corazón comienza a latir rápido. Tiene miedo de que esa persona le vaya a hacer daño. No entiende por qué la han secuestrado. Intenta moverse, pero se da cuenta de que está atada a una silla vieja. Al intentar deshacerse de la cuerda de las manos, siente una punzada de dolor en el brazo. Recuerda la apuñalada, pero tiene el brazo vendado.
- ¿Quién eres tú? -pregunta asustada y con el ceño fruncido.
- Me presento cortésmente -se baja la capucha- Me llamo Alonzo Berlusconi.
Es un hombre muy atractivo. Realmente tiene cierto parecido a Antonella y a Aryana. Carina no puede evitar estar asustada. Su pelo es castaño y sus ojos son oscuros. Tiene al hombre que conoce a su padre delante. Es inmortal y si mal no recuerda, podría ser el asesino de su hermano, de su padre o de su hermana.
- ¿Y dónde estoy? -mira alrededor, pero la silla no le deja girarse del todo. Solo alcanza a ver una pared completamente desnuda. No hay nada en el suelo tampoco.
- Ah, eso... pensaba que lo recordarías -responde mientras se come una hamburguesa- ¿Te suena el cuarto bajo las escaleras? ¿Ese en el que te has colado... varias veces?
A Carina no le gusta para nada ese tono sarcástico e irónico que utiliza Alonzo.
- ¿Cómo sabes que ya he estado aquí?
- Bueno, pues es que yo lo sé todo... -la mira y finge una sonrisa.
- ¿Por qué haces esto?
- Bueno... vas a morir igual, así que supongo que te lo puedo contar... -duda un poco, pero se encoge de hombros y empieza. Carina debería de haber sentido terror al oír las palabras vas a morir, pero, en cambio, siente curiosidad. Y sabemos que muchas veces, eso es muy malo.
Se sienta en una silla que Carina no sabe de donde la ha sacado. Está medio podrida y cruje bastante. Ya está listo para empezar a contarlo todo, dejando con suavidad la hamburguesa sobre su rodilla.
- Bueno... todo empezó cuando encerraron a Aryana en el psiquiátrico. Se hizo fantasma y nosotros inmortales. Hemos estado vagando tantos años hasta encontrar al otro hijo de mi padre... -sonríe- Ahora vamos a poder ser libres, gracias a vosotros -Carina frunce el ceño confusa. ¿Qué tienen que ver ellos?- Gracias a vosotros, como dijo el hijo sin nombre de mi padre, Aryana ha vuelto a tener esperanza, se vengará de nosotros.
- No lo entiendo -arruga la frente.
- Es sencillo, para que podamos irnos de aquí, necesitamos un alma. Tiene que ser de nuestra sangre. Solo teníamos que secuestraros, pero enseguida empezasteis a saber cosas. Investigabais demasiado, Aryana os ayudaba, pero ahora eso da igual, porque te tenemos a ti -la señala con el dedo índice y la joven traga saliva.
- Encontré las cartas -entiende ella- Mi padre es el hijo sin nombre, ¿cómo ha sido capaz de hacerle esto a sus propios hijos?
- Fue capaz de matar a su padre -se encoge de hombros.

ESTÁS LEYENDO
Encerrados
ParanormalCarina e Iván son dos hermanos que por sus padres se han tenido que mudar a un pueblo en Italia. Parece un pueblo normal y corriente, pero esconde más secretos de lo que creían. Hacen nuevos amigos, consiguen una vida normal... Pero les cuentan unas...