Cap. 9

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A pesar de todo lo que había pasado en el cuarto bajo las escaleras y todas las investigaciones, pasan los días tranquilos. No vuelven a reventar los grifos, no se aparece ninguna mujer fantasma ni se escuchan más estruendos. Tampoco es que nuestros personajes hayan tenido mucho tiempo para pensar en eso, pues empiezan a tener que hincar codos y estudiar.

Pero sí ha cambiado algo desde la fiesta de Beatrice: Carina e Iván han ganado cierta popularidad. La gente murmura que son de España, que son muy guapos y por alguna razón se han enterado de que Carina tiene un año menos en realidad. Lo que tiene que soportar la pelirroja...

- ¿Iván tiene novia?

- ¿Puedes hablarle de mí a Beatrice?

- ¿Me haces este proyecto?

- Te vi hablando con Dante, ¿qué relación tienes con él?

- Eres Carina, ¿verdad? Me preguntaba si...

Espera, ¿qué?

- ¿Perdón? -Carina entorna los ojos para saber quién le ha dicho lo último.

- Me llamo Francesco -es un chico muy guapo rubio de ojos claros y tiene la voz aterciopelada- Me preguntaba si...

- Ajá, Beatrice es mi amiga, ¿quieres hablar con ella? -pregunta sin mirarle a la cara y recogiendo sus cosas.

- No, en realidad me preguntaba si...

- Claro, tengo un año menos -suspira.

- No, yo... -la toma del brazo suavemente para llamar su atención- Te vi en la fiesta de cumpleaños de Beatrice y vamos juntos en matemáticas.

- Lo sé, Francesco -saluda Carina un poco desconcertada y mira el brazo del chico. Francesco la suelta y carraspea- Vas con mi hermano a fútbol, ¿no?

- Exacto -sonríe- Yo... quería hablarte, pero no me atrevía -dice un poco tímido.

- ¿Y necesitabas algo? -mete sus cosas en la bolsa y se la cuelga en el hombro.

- No yo... ¿Almuerzas conmigo?

Carina duda notablemente- Iba con Beatrice, pero... Está bien.

El rostro del chico se ilumina y se va con Carina a almorzar al exterior.

- Bueno... no debo nombrar a tu amiga, a tu hermano ni tu inteligencia, ¿no?

Carina sonríe- Exactamente.

- Muy bien. En matemáticas me di cuenta de lo inteligente que eres. La mayoría aún no saben hacer sistemas de ecuaciones con matrices y a ti ni siquiera te ha hecho falta que te lo expliquen -sonríe y Carina se sonroja un poco.

Ella se encoge de hombros- No sé qué responder... Supongo que ya nací así.

- ¿Por qué viniste a este pueblo?

Ella suspira- Mi padre y su trabajo.

- Entiendo... Yo... me preguntaba si querrías quedar algún día para ir por un café o... -empieza sutilmente.

Ella se pone un poco nerviosa- Claro... Te daré mi número.

Carina prefiere hablar antes de quedar, pero al parecer el chico no tiene muchas ganas. Después de darse el número desaparece en el interior del instituto y ella se queda en la entrada pensativa.

- ¿Y ese? -se sobresalta y se da la vuelta para ver de donde viene la voz. Pone los ojos en blanco al ver a Dante apoyado en la misma verja de siempre y fumando, esta vez solo.

- ¿Y a ti qué te importa?

- Vaya humos -tira el cigarrillo que tenía en la mano y se acerca a ella- ¿Te desbordan?

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