ACCIDENTE FORTUITO [corrigiendo]

CAPITULO 1

INTRODUCCION

♫Rainmaker - Yanni♫

"Enfocaré un poco más la cámara, antes de que los tigres se vayan..."

Estaba al costado de rocas y tenía encima arbustos y maleza que eran parte de mi camuflaje. Con mucho cuidado fotografiaba a dos tigres bebes jugando con su mamá debajo de la nieve.

Tomé como veinte fotos antes que se espantasen por el sonido del obturador.

INTRODUCCION

♫Rainmaker - Yanni♫

Di un suspiro, pero obtuvelo que quería.

Me puse a revisar las capturas en mi cámara Nikon Profesional, realmente eran buenas tomas. Guardé la lente y luego la cámara en su respectivo estuche.

Un sonido estruendoso venía a lo lejos, estaba en una montaña y lo supe...

Me puse al cuello la correa del estuche de la cámara, abrí mi mochila saqué una cuerda y me la crucé. Sin perder tiempo empecé a correr cuesta abajo. Mientras escapaba aproveché para meter mi cámara dentro de mi casaca, era demasiada cara y no podía simplemente perderla. Con dificultad cerré la casaca y por culpa de esto resbalé dando volantines y resbalando, el hielo ayudó bastante al alejamiento de lo que se venía. Atiné a cubrir mi cara con ambos brazos hasta chocar con un árbol medianamente grueso.

Al querer recomponerme rápido, giré mi cuello y ahí lo vi...la gran cosa blanca bajando a gran velocidad... no tenía tiempo de pensar, me amarré con la cuerda a ese árbol grueso, utilizándolo como escudo me puse en frente de él de tal forma que le daba espalda al tronco y por ende a la avalancha.

Estaba abrazándome para proteger el estuche que tenía dentro de mi abdomen, sentí como el sonido pasó por mis costados, encima de mí, rompiendo parte del árbol y quitándome los lentes de Nieve a su paso. También me golpeó la cabeza, no fue muy duro ya que estaba casi al comienzo de una parte plana lo que ayudó a que disminuyera la fuerza de la avalancha.

El sonido, el hielo y las ramas que pasaron, hicieron que mi cuerpo temblase incontrolablemente, no podía creer que pude reaccionar y evitar que me mate la avalancha.

Gracias al árbol que se llevó toda la fuerza, la nieve solo me cubrió.

Una experiencia totalmente horrible...

Después de volver a mi realidad estaba cubierta hasta mi pecho de hielo, cuando pude limpiar mi rostro sacudiendo mi cabeza de lado a lado, logré sacar los rastros de hielo que había en mi cara, mi mano y todo mi cuerpo temblaba por el intenso frío, era como estar dentro de una refrigeradora, parte del hielo que había entrado por el impacto se estaba derritiendo, congelándome interiormente.

—¡¡Auxilio!! —empecé a gritar, no recibí respuesta alguna.

—¡¡Auxilioooooo!!—ni se escuchaba mi voz.

"Piensa, respira hondo... no estas atada por completo"

Empecé a retirar el hielo de encima y escarbar hasta mi cintura, a la par movía mi cuerpo para que no me de hipotermia. Al fin encontré la cuerda que me tenía atada al árbol. Por suerte en unos de mis bolsillos de mi casaca llevaba siempre una navaja; lo tenía "por si acaso". Bien éste era el caso.

Empecé desesperadamente a hacer fricción con la navaja, seguí cortando la cuerda hasta que por fin cedió,

—¡Estúpida navaja! —grité, no tenía filo.

A regañadientes salí de mi prisión de hielo.

Antes de irme junté mis manos y agradecí al árbol donde pude amarrarme para sobrevivir a la avalancha.

Estaba totalmente cansada pero mi cabaña estaba cerca, así que decidí tomar una foto del ahora famoso árbol, abrí mi casaca y la cámara estaba intacta. La prendí, enfoque y tomé la foto; parte de la cuerda y el hoyo es lo que pudo capturar mi Nikon, resaltaba el hermoso árbol que me salvó la vida.

Cuando empecé a bajar era totalmente difícil, mis pies se escondían en la nieve que estaba floja.

Busqué por los alrededores a ver si mis lentes estaban por ahí tontamente, sin comprender la magnitud de la avalancha. Bueno realmente me molestaba el reflejo blanco, sentía mis ojos ponerse rojos a causa de toda la nieve blanca a mi alrededor, no quería quedarme ciega...

Mientras trataba de caminar vi pelo rubio, resaltaba encima de la nieve, "quizá es de alguno de los animales que la avalancha se llevó a su paso" pensé, lamentablemente yo no podía hacer nada para salvarlo.

—a estas alturas ya debes de estar muerto amiguito—hablaba al aire alejándome del pelo rubio.

Un viento helado corrió sobre mí; como si la naturaleza me estuviera hablando, realmente ese viento apuntaba en dirección al animal, tanto que, ni cubriéndome con mi brazo, pude evitar que mi rostro se congelara del frío, veía como mi nariz cambiaba de color a rojo por el enfriamiento y lo peor, el sol ya estaba anunciando que se iría pronto.

—¡de acuerdo! revisaré...—dije regresando al animal o lo que quedaba de él.

Al acercarme más y más, jalé y no era pelo de animal. Era cabello humano, mi asombro y miedo por encontrar un muerto provocó que tiemble más.

Empecé a escarbar y escarbar la nieve.

—¡Mierda!¡Mierda! —dije escarbando y revelando el cuerpo que al parecer era de una chica peli rubia; tomé su pulso, por mi tembladera no podía notarlo—¡diablos! ¿Qué hago?

Tenía dos opciones llevarme el cuerpo y tratar de salvarla, con el riesgo que yo también muera o simplemente dejarla morir...

¡Qué hago!