2- Regreso.

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Estos últimos nueve días desde que Gale me dijo que Peeta se iba a casar he estado en la nada, sin saber que hacer, cómo hacerlo. No entiendo cómo yo puedo estar así por alguien que no es de mi familia, y, además, ¿un hombre? Me afecta demasiado, en realidad, debería no importarme, no estoy enamorada de él ¿verdad?. Gale no ha regresado desde aquel día, quizá porque querrá darme mi tiempo al igual que Sae, que viene por las mañanas pero no comenta nada, seguro ya lo sabe.
Y así, después de meses de no hacerlo, voy al bosque a despejarme un poco de mi propia jaula.

Narra Peeta

El sonido del tren me agobia, me regresa a los tiempos en los que tomábamos el mismo transporte para ir a Los Juegos, pero es necesario: hoy regresaré. En cuatro meses será mi boda, pero mis pensamientos siempre regresan a un punto: Katniss. Esta mañana le dije a Delly que quería regresar al doce, que en estos momentos estamos en el seis, no entiendo por qué Delly eligió este distrito, pero no me agrada en lo absoluto. Quiero regresar al doce porque es mi hogar, por Haymitch, y por... ella. No tengo idea de cómo será su reacción al contarle mi matrimonio.
Tomamos nuestras maletas y subimos al tren.
Fueron varias horas de viaje, lo suficiente para llegar por la noche. Luego de salir de los vagones, Delly se va a su antiguo hogar y yo a mi casa en la Aldea de los Vencedores, al fin del todo, todavía no nos casamos. Antes de llegar a mi casa, me paro frente a la puerta de Katniss, pero me doy cuenta de que no está, de seguro se hallará en el bosque. Así que ya le diré mañana.

Narra Katniss

Son casi las once de la noche, está oscuro, así que me encamino a mi casa después de pasar todo el día en el bosque. Cuando estoy en la Aldea, me doy cuenta de que las luces de la casa de Peeta están encendidas y que en su jardín, antes vacío, se encuentran Prímulas plantadas. Ya regresó. No quiero hablar con él, aunque en realidad necesito abrazarlo no lo haré. No duermo, en mi mente sólo encuentro ojos azules y cabello rubio. Hasta que mi cuerpo no puede más.

Despierto, tomo el desayuno, y me siento en el sofá a mirar a la nada junto con Buttercup. ¿Delly? Tiene sentido, ellos dos se conocen desde hace muchos años y han sido amigos desde entonces ¿porque no se iban a enamorar algún día?
Y tocan la puerta. Haymitch, claro. He de admitir que me haría muy bien el verlo, asi que me levanto de mi lugar y camino hasta la entrada. Tomo el frío pomo de la puerta y doy la vuelta hasta que está abierta. Y ahí está él.
No puedo evitar perderme en su mirada, la examino detalle a detalle, hasta que mis ojos se posan en sus labios. Y una lágrima se me escapa. Dios. Es Peeta. Ni la mas mínima palabra se escucha de nuestras bocas. Sólo nos miramos.
-Katniss. -logra decir.
-Peeta. -también digo.
Y es ahí, cuando menos lo esperaba, cuando él junta nuestros labios.

El Renacer de mí esperanza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora