Estoy tan despistada en mis días y en todo lo que me pasa que me despierto con la novedad de que hoy es veinticuatro de Diciembre. La verdad es que antes no festejábamos esto por la situación, no era lo más grande que pudieras ver. Y en serio para mi este día no significaba nada, pero a Peeta le entusiasma, así que yo haré lo que a el le haga feliz. Se decidió que la pasaríamos en la casa de mi madre (porque pues bueno, lo de la fiesta por mi hija fue en la de Finnick), y no queríamos molestarlos, así que mi mamá propuso esto. Se supone que hoy a las siete de la mañana estarían llegando Johanna, Haymitch y Fátima al distrito, y se supone también que los cinco iremos a comprar nueva ropa (Peeta y yo también, ya que nos dijo mi madre que no podemos repetir el mismo atuendo), lo cual se me hace un gasto innecesario, pero de nuevo, haré lo que a Peeta le haga feliz. Giro mi cabeza para ver la hora y me marca que son las cinco y media, entonces me encamino al baño para darme una ducha. Al salir, me pongo unos jeans muy sencillos, botas, la chaqueta de cuero de mi padre y me trenzo el cabello. Hoy es uno de esos días en los que veo a la antigua Katniss frente al espejo. La melancolía me recorre al pensar en el pasado, al pensar en Prim, Cinna, Rue,.. en fin. No voy a llorar, hace tiempo decidí no volver a hacerlo para vivir el presente, para vivirlo con Peeta, ya que, estoy segura, él es mi esperanza para seguir adelante a pesar de todas nuestras perdidas.
Me saca de mis pensamientos cuando me toma de la cintura. Su calor hace que el frío sea inexistente.
-Vayamos por ellos. Dejemos a tu madre dormir, ya que ella llegó a las once de la noche y es justo ¿si?. -me dice.
Asiento.
Bajamos y le dejamos servida una taza de chocolate caliente con una nota pegada a ella:
"Madre:
Peeta y yo fuimos a la estación de trenes por Johanna, Haymitch y Fátima.
Buenos días, te amo.
Katniss."
Y salimos a recibir a algunas de las personas mas importantes de nuestras vidas, enrollados en la tranquila mañana del distrito cuatro con invierno.
Cuando llega el tren, Haymitch y Fátima son los primeros en bajar. Primero abrazo a Haymitch.
-Feliz Navidad. -le susurro.
-Feliz Navidad, preciosa.
Y luego voy con Fátima.
-Kat, seré tía de una pequeña.
-¿Como lo sabes?
-Peeta no se puede quedar callado. -dice, con una risita.
Sonrío.
-Feliz Navidad. -le digo.
-Feliz Navidad. -me responde.
Veo que Johanna sale luchando contra sus maletas, esto me recuerda a la vez a la que fui al siete con ella. Me le acerco por detrás y le tapo los ojos, tal y como lo hizo aquella vez.
-Descerebrada, hola.
Le quito las manos de los ojos y la volteo hacia mí. Rápidamente nos abrazamos por un largo tiempo.
-Suena ridículo, pero te extrañé. -me dice al oído.
-Yo también, hermana. -respondo.
-Feliz Navidad.
-Feliz Navidad. -le devuelvo.
Así, nos dirigimos de nuevo a la casa de mi mamá.
Introduzco la llave y giro la manija, para después abrir la puerta. Me encuentro a mi madre sentada con el chocolate entre sus manos en la barra de la cocina.
-Mamá. -le saludo.
-Hermosa. -me saluda.
Entran los demás detrás de mi y dejan sus cosas en la sala.
-Bien, miren, organicé los tres cuartos de esta manera: Yo y mi madre en su habitación. Johanna y Fátima en otra, y los chicos, pueden divertirse y ser hombres en nuestra recamara, Peeta. ¿De acuerdo?. -digo la parte de los chicos como una broma y como que no me importara. Ellos la captaron en seguida y ríen.
Asienten todos a lo que explique, hasta mi madre.
-Peeta les dirá dónde ¿verdad?. -digo, dirigiéndome a él.
-Sí. -responde al instante.
-Mandilón. -dice por lo bajo Johanna, aunque todos la hemos oído y reímos a ello.
Pronto, ya estamos instalados y nos dirigimos al centro en busca de compras.
Peeta y Haymitch, como son hombres, no tardan mucho en conseguir trajes negros. Viene lo difícil: vestidos para nosotras cuatro. Como mi madre no es complicada en esto, ella elige sin agobiarse tanto un vestido gris largo, de tela gruesa y sencillo, es perfecto para ella y le queda hermoso. Ahora si que viene lo complicado. Entre las tres pasamos de una tienda a otra. Hasta que damos con una enorme, con todos los vestidos que te puedas imaginar. Fácil pasamos así una hora y media, y se nota que Haymitch, Peeta y mi mamá ya se desesperaron, en especial los chicos. Al final, Johanna se decidió por un vestido negro largo, de tela ligera, el cual, cada que va mas abajo se va haciendo aparición de encaje, y lo acompañó con unos tacones negros sencillos, es muy lindo. Fátima eligió uno color verde oscuro, largo, que de la parte de arriba tiene muchas partes negras, es de tul negro y verde, con el verde como principal, lo cual le da una apariencia sencilla. Yo me decidí por uno color blanco, que es corto por enfrente pero se va haciendo largo por atrás, con tela gruesa y la parte de arriba adornada con flores negras. Luego, vamos mas por el centro comprando regalos de navidad. Y ya que terminamos, nos vamos directo a la casa de nuevo.
Todos están arreglados y lucen realmente guapos, sin excepción. Mi madre fue la primera en bajar y después la acompañó Peeta, ya que se necesitaba hacer la comida y de más. Bajan y yo me quedo un rato mas con Johanna y Fátima en mi habitación, dando los últimos detalles. Ellas son las primeras en bajar y después de comprobar una y otra vez mi apariencia, bajo. Mi madre y Peeta han puesto una especie de pino decorado con bolitas de colores y luces que van alternando su prendido y apagado, con una estrella a la punta de este. Es a lo que llaman "Un árbol de navidad". En la mesa de la cocina hay varios platillos, que no dudo estén deliciosos ya que los hicieron los dos mejores cocineros que puedes encontrar entre todos nosotros. Bajo el árbol puedo ver los regalos que vamos a dar. Se me han olvidado, así que subo por los míos, y ya que regreso los pongo junto a los otros. Al poco rato, llegan Finnick y su familia, y también Beetee y Carolina.
Y así, empieza la noche.
Llega la hora en la que ponemos los sillones de manera en la que quede un circulo y quede un paso para el árbol. Empiezan con los regalos y no pongo demasiada atención a lo que entregan los demás. Tenemos mucho que abrir.
-Escuchen, no los abran. ¿Que les parece si los abrimos mañana para que no se acabe la diversión? Y ya saben, tengo sueño y tal. -dice Finnick.
Reímos y todos estamos de acuerdo con él. Como ya no hay espacio en las recamaras, y para no dejar a los que no tienen habitación solos en la sala, Johanna y Fátima tienen la gran idea de bajar muchas sabanas y edredones, para dormir aquí. Es a lo que Annie oí que llamó "Pijamada".
Esta noche, duermo en el piso, en la sala de la casa de mi mamá y rodeada de la gente a la que considero ya mi familia.
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El Renacer de mí esperanza.
Fiksi PenggemarUn fic después de que Katniss regresa al Distrito 12 en Sinsajo. Los rebeldes han ganado la guerra contra el Capitolio. Ahora Panem tiene paz. Pero yo no. Fui el Sinsajo, fui su esperanza, pero, ¿que con mi esperanza? ¿dónde está Peeta? ¿lo amo? ¿él...