21 - Finnick.

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Hoy Johanna, Haymitch y Fátima se van de nuevo al distrito doce. Yo ya me he recuperado del secuestro (ya han pasado tres días) y por lo tanto puedo irme con mi madre al cuatro, con Peeta a mi lado. Effie se quedará en el Capitolio, ya que, después de todo, sigue siendo su hogar. Estamos todos en nuestro departamento en una mini reunión festejo de mi recuperación. Aún faltan seis horas y media para nuestra partida. He notado que Haymitch da una cierta apreciación a Effie ¿le gusta? No lo sé. Ya le preguntaré. Peeta y yo estamos haciendo el desayuno: panqueques y chocolate caliente.
Cuando todos ya estamos desayunando, recibimos comentarios de "Está muy bueno ¿que es?" o "Quedó excelente todo, pasen la receta". Siento que eso es mas para Peeta que para mí, ya que yo solo ayude con el chocolate. Pero igual, no me voy a menospreciar. Realmente creo que el y yo somos un equipo en la cocina. Lo volteo a ver y nos sonreímos. Parece que pensamos lo mismo, ya que chocamos las manos y reímos sin evitarlo.
-Deberían tomarse en serio el echo de casarse y tener muchos mas hijitos -dice Fátima.
Yo siento mis mejillas calientes por pensar eso, y cuando miro a Peeta, noto que el igual está rojito. ¿Cuando dejará de ser adorable?. Espero que nunca.
Ya que terminamos, evado el lavar mis trastes hasta esperar estar a solas con Haymitch. Ya que estamos solos, él es el primero en comenzar a lavar lo suyo. Me pongo a un lado y por fin le hablo:
-Te gusta Effie. -eso sonó mas una afirmación que una pregunta, pero igual espero que dirá.
No responde.
-Vamos, que será un secreto. -le insisto.
Sigue sin decir nada.
-Si me dices que sí, te ayudo con ella. -le digo finalmente.
Rápidamente voltea su mirada hacia mi y por un momento pienso que me va a decir "¿En serio lo crees? No, Katniss, jamás un ella y yo". Pero recibo una respuesta que no me esperaba:
-¿Como me ayudarías, preciosa?
Sonrío.
-Bueno, no sé. ¿Acercándolos? Sembrarle interés por ti. -le propongo.
-Bien. Que no sepa nada hasta que estés segura de Effie. No quiero que se espante y nunca volverla a ver.
-Trato. -le digo, extendiéndole mi mano.
La toma y las agitamos en señal de negocio.
-Es un trato. -me devuelve.
-Debería irme a hacer mis maletas. -digo.
-Yo igual.
Entonces voy a nuestra habitación y me encuentro con Peeta empacando sus cosas.
-Hey. -le saludo.
-Hey. -me saluda igual.
Se me acerca y acaricia mi vientre, el cual está ya abultado, si que parece de cuatro meses.
-¿Te parece que en el cuatro hagamos un estudio para saber si es niña o niño?. -me pregunta.
-Claro.
Comienzo a organizar y guardar mis cosas.
-Oye. -le digo con la voz bajita. Atraigo la atención de Peeta.
-¿Que pasa?. -dice, imitando el tono de mi voz.
-¿Te digo algo y no dices nada?
Asiente.
-A Haymitch le gusta Effie. -digo, todavía aún mas bajito.
Sonríe y levanta sus cejas.
-¿Y a Effie le gusta?
-No lo sé. Pero seré su cupido. -río.
También ríe.
-No digas que te dije. Se lo prometí a Haymitch.
Ríe más y lo hago igual. Parecemos niñitas hablando de los demás.

Ya que estamos a punto de subir al tren, Effie se despide de todos, (menos de nosotros, porque vamos al cuatro) se toma un poquito mas de tiempo despidiéndose de Haymitch. Ay, estos dos. Sube al vagón y empieza a avanzar. Estoy dispuesta a juntarlos.
Unos minutos después llega nuestro tren, nos despedimos de Effie y tomamos dirección al cuatro.

Ya es por la mañana, y es hora de bajar: ya hemos llegado. Salimos de la estación y nos vamos a la casa de mi madre.
-Oh chicos. Los esperaba, pasen pasen. -nos abraza.
Nos sentamos en el sillón de la sala mientras va por agua para ofrecernos. Lo tomamos, ya que tenemos mucha sed.
-Estaba apunto de ir con Annie ¿me acompañan?. -nos pregunta mi madre.
-Sí. -decimos al unísono Peeta y yo. Nos sonreímos.
-Pues vayamos.
Cruzamos la puerta y cerramos con llave.

Tocamos la puerta, escuchamos pasos y segundos después tenemos a Annie con el pequeño Finnick en brazos.
-¡Ay! ¡Qué sorpresa! Entren ¿quieren comer algo?. -dice animadamente Annie.
-¡Annie! Claro que sí ¿te ayudo?. -dice mi madre con el mismo ánimo.
Sonríe y luego nos abraza. Primero a Peeta y luego a mí.
Mientras me abraza, me dice al oído:
-Felicidades por tu bebé.
La miro confundida.
-Tu mamá no puede quedarse callada. -me explica y suelta una risita.
Igual lo hago. Su risa es contagiosa.
Ya que estamos dentro, descansamos un poco de tanto viaje en el sillón.
-Annie, ¿podemos ayudar? Kat y yo somos realmente un equipo en la cocina. -le dice Peeta.
-Claro, claro. Aprovecharé para ir a dormir a Finnicksito -responde. No hace falta que recalque que lo dijo con una sonrisa y muy entusiasmada. Es muy alegre. Me imagino que no le queda de otra mas que ser feliz, luego de lo de Finnick.
Eso hacemos: entre Peeta, mi madre y yo hacemos un armamento de comida: Verdura con pollo, té, jugo de naranja, bollos de queso y muffins de mermelada. Todo eso en casi una hora y media. Fuimos rápidos al reconocer que es una buena comida, apropiada para mi embarazo. No niego que entre tanto olor fui a vomitar mi desayuno, crédito también de mi bebé.
Ya que es hora de comer, mi madre, como siempre, inicia una plática trivial. Y como siempre, no le pongo atención. Estoy tan ida, que me sobresalto al escuchar el timbre de la casa.
-Yo voy. -digo y asienten.
Giro la manija dorada, fría. Y al abrir completamente la puerta, acompañada por un chirrido, me encuentro con los ojos color mar de él. De Finnick.
-La Chica en Llamas. -dice, y me sonríe de lado.

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Reviví a Finnick, no lo habia podido resistir, ya que se me habia hecho muy horrible que Suzanne le matara :( asi que le he dado otra oportunidad a nuestro chico de los azucarillos <3.
¡Gracias por seguir leyendo! :)
-Ana.

El Renacer de mí esperanza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora