23 - Invitación.

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Peeta y yo ya les dijimos que será mi bebé a mi madre, Finnick y su familia. Se pusieron como locos, hasta organizaron una fiesta de celebración por ello, que será hoy en la noche en la casa de Finnick. Ahora caminamos por el centro del cuatro en busca de un traje y un vestido, porque ni el ni yo trajimos nada de eso. "Porque es formal", dijo Annie. 

Caminamos tomados de la mano, solo nosotros, de tienda en tienda, sin que nadie nos interrumpa. Peeta eligió un traje gris con corbata negra, lo que significa que ahora solo buscamos un vestido para mi. Hemos recorrido muchos puestos y Peeta siempre me muestra los mas atrevidos, y yo simplemente no encuentro uno que me guste. Aquí es cuando quisiera a Fátima y Johanna conmigo, pero están a siete distritos de nosotros. Al final nos decidimos por un vestido strapless, largo y lleno de pedrería azul eléctrico. Solo tiene sin pedrería a un listón que adorna debajo de mi busto, también azul eléctrico. Suena demasiado exagerado, pero es bastante sencillo a pesar de tener mucho brillo. Los tacones son promedio y negros, ni muy altos, ni muy bajos. Y así nos regresamos a la casa de mi madre a ponernos todo para la noche de hoy. 

Este vestido luce realmente bonito en mí, y cuando me veo en el espejo, con los tacones incluidos y un recogido en el cabello que me hizo mi madre, bastante despeinado pero peinado a la vez, elegante. No me puse maquillaje, la verdad es que prefiero estar natural. Mi pancita se sobresalta un poco, pero aún así me gusta como me veo.

-Estás preciosa. -me dice mi mamá. Ella tiene un vestido ligeramente amarillo que le deja el hombro izquierdo desnudo y el otro con un tirante encima. Se ha dejado el cabello rubio suelto, y se ve muy bonita.

-Gracias. -le respondo.

Tocan a la puerta de la habitación; es Peeta. Ya que entra, mi madre sale para dejarnos solos. Se mira realmente guapo en ese traje, pero igual, ¿en que momento no se ve guapo?. Me ve y se queda sin habla, pasa sus ojos de mis pies hasta mi cabeza.

-Luces perfecta. -logra decir.

Sonrío tímidamente.

-Pero aún no estas completa.

Dice esto mientras me pone un collar plateado por el cuello, cuelga de este un circulito, me imagino es un estuche. Lo abro y dentro veo la perla que me regaló en el Vasallaje. Es lindísimo.

-¿Te gusta?. -me pregunta.

Le beso delicadamente los labios en respuesta.

Nos separamos y solo somos capaces de sonreírnos.

Me ofrece su brazo, el cual correspondo tomándolo con el mío. Y así, nos dirigimos a la casa de Finnick.


Mi madre toca el timbre y de ahí nos recibe Annie. 

-¡Hola!, se ven increíbles los tres. -nos dice, abrazándonos- Está aquí Beetee con su prometida, los hemos invitado. Pasen, esto es por ustedes.

Eso hacemos y luego abrazo a Finnick, que trae consigo a su pequeñito. 

-Es una suerte que sea niña ¿Lo sabes? Así nuestros hijos posiblemente estén juntos. -me dice.

La cara de Peeta al escuchar eso es todo un poema: aprieta la mandíbula, pero aún así trata de sonreír. Se ve tan gracioso, guapo, celoso. Y así me encanta.

-Tranquilo, Peet. Es solo una posibilidad. -le dice Annie con una sonrisa a Peeta.

-Si, bueno,... es que.. es mi pequeña. -responde.

-Te terminará odiando si después sigues así. -le digo tiernamente, mientras le aprieto ligeramente su mejilla.

Ríe.

Todos los demás igual lo hacemos.

Luego me acerco a Beetee y le saludo con un abrazo.

-Que gusto verte, Beetee.

-Igual lo digo, Katniss.

Me paso a su prometida.

-Hola. Me llamo Carolina. -se presenta.

-Katniss Everdeen. -me presento igual. Aunque estoy segura todos los habitantes de Panem saben como me llamo.

Y así pasamos la noche, entre risas y chistes que tienen que ver con Peeta el celoso Mellark. El solo ríe de la mayoría de ocurrencias de Finnick, ya no se lo toma a mal, sabe que solo son bromas. Pasamos de tema cuando Beetee nos llama para decirnos algo.

-En cinco días Carito y yo nos casamos en nuestro distrito. Y decidimos invitarlos a todos.

Todos nos sonreímos y Annie, que estaba sentada a mi derecha, me toma las manos con las suyas y empieza a dar grititos de emoción. Me cae demasiado bien, con ella soy mas niñita que se emociona por todo que se supone debería de ser conforme a mi edad. Y creo que es con la única, ya que Johanna no se presta para eso y Fátima, bueno, es mas reservada que Annie. Decimos ella y yo al instante "¡Sí" ya que volteamos nuestra vista hacia ellos una vez mas. Como lo dijimos al mismo tiempo, nuestras risas no se hacen esperar. 


Con todo esto de las bodas, espero ahora el momento en que Peeta llegue a mi con esa pregunta que tanto deseo escuchar: "¿Te quieres casar conmigo?".

El Renacer de mí esperanza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora