19 - Dirección.

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Un timbre.
Dos timbres.
Tres timbres.
Y contesta:
-¡Haymitch! ¿Me oyes?. -le digo desesperado. Mientras veo como se aleja el coche donde va el amor de mi vida. También la veo, a ella, mirándome por el cristal de atrás.
-¡¿Que pasa?! ¡¿Están bien?!
-¡No, Hay! ¡Se la llevan!
-¿Quiénes? ¿Quién?
-Katniss, la han secuestrado.
-¡¿Que?! ¡No la protegiste!
Empiezo a perseguir al coche, para saber a dónde va.
-¡Me golpearon, Haymitch! ¡No pude hacer nada!
-¿Acaba de pasar?. -me dice, con su tono preocupado.
-Sí, los persigo.
-Anda, anda.
Sigo corriendo, con el celular en la mano. Dan la vuelta y trato de hacerlo, hasta que uno de sus hombres me detiene.
-¿A dónde crees que vas, panadero?. -me toma de la camisa y me lleva hacia atrás. Trato de zafarme, pero sé en lo mas profundo de mi que ya he perdido de vista mi objetivo, y será inútil.
-¿Que le van a hacer? ¡Déjenla en paz! ¡Llevenme a mí!. -digo gritando, con la voz cortada y las lágrimas resbalando por mis mejillas.
-Olvídalo, ahora vete. Y recuerdala bien, no la volverás a ver.
Ahí le suelto un golpe en la cara.
-¡Déjenla! ¡Serán estúpidos!
-No lo creo. Ya te lo dije, no la volverás a ver.
Se da la media vuelta y se va.
-¿Sabes dónde estás, verdad?. -me dice Haymitch al teléfono.
-Sí. -respondo.
-Johanna y Fátima lo escucharon. Estabas en altavoz. Mañana por la mañana llegaremos al Capitolio. Estamos en camino a la estación. Regresa a casa, es peligroso. Sé que la encontraremos. -me dice con la voz débil, tratando de relajarme. Puedo escuchar sus sollozos.
Y me cuelga.
Camino, tratando de controlar mi llanto, lo cual es imposible. Siento mi cara húmeda por las lágrimas y me duele ahora la cabeza de tanto llorar. Intento el meter la llave a la cerradura, pero simplemente los nervios me ganan y tiemblo demasiado. En un momento ya se me han resbalado las llaves y ahora están en el suelo. Me inclino para tomarlas, pero ya no me quedan fuerzas suficientes para hacer nada, así que me apoyo en la puerta. Miro el cielo, el cual tengo demasiado miedo el que no pueda ver mas mi familia.

Abro los ojos, y me encuentro dentro mi apartamento ¿Como llegué aquí?. Levanto mi cabeza para ver y tratar de levantarme. Me encuentro con Effie sentada en un sillón con un pañuelo en las manos y el maquillaje de sus ojos corrido por su rostro. Me ve y se para de donde estaba para abrazarme.
-Haymitch me llamó y me dijo lo que pasó así que vine contigo y te encontré dormido con las llaves en la mano al pie de tu puerta, así que decidí meterte.
-Gracias Effie.
-Me alegra el volver a verte, y sé que la encontraremos, Peeta. -me dice, con voz decidida, aunque cortada.
-Lo creo.
Ahí es cuando escucho que tocan la puerta.
Me dirijo a ella, doy la vuelta a la manija y abro.
Al instante Haymitch me abraza demasiado fuerte, nos separamos y puedo ver sus ojos cristalinos, señal de que está apunto de llorar. Después abraza a Effie.
-Tranquilo, Hay. Llora lo que quieras, te ayuda.
Y se le resbala una gotita por la cara. La cual Effie limpia con su pulgar. Jamás había visto a Hay llorar, y de verdad me sorprende.
-Ya, no hay tiempo que perder. Ahora, vamos a buscar a mi hermana. -dice con una voz bastante dura, firme, Johanna. Ella si que sabe el controlarse, y admiro el hecho de que lo haga en este caso. Yo sabía que entre Jo y Kat había una relación muy especial, sí, como dijo ella, de hermanas. Y es que se parecen demasiado, se entienden.
-Vamos. -digo yo.
Salimos de mi departamento y Johanna como toda una profesional, empieza con el plan:
-Bien, ¿dónde pasó?
Nos dirigimos al lugar donde perdí a mi vida entera.
Ya que llegamos, les muestro, cómo fue que pasó, hasta dónde corrí, en qué dirección se fueron.
-Creo que sé a donde se dirigieron. Sí, todo encaja. -dice Fa. Creo en ella, y es que fue de alguna manera la persona en la que Delly confió ciegamente, aunque Fátima tuviera otros planes.
-Tenemos que regresar y deben prestarme una computadora. Voy a entrar a su sistema de cámaras. Estoy segura de que ahí está Katniss.

Narra Katniss

Miro mis rodillas y brazos, que tienen heridas abiertas, punzantes cuando me muevo, dolorosas. Toco mi cabello, enredado, sin un orden, sucio. Aunque es lo que menos me importa.
Sé que su plan es el matarme a golpes, cada cierto tiempo lo hacen. Cada vez hay mas heridas, mas dolor. Más ardor. Y sé que llegará el día en el que mi cuerpo no resistirá más. Y tengo miedo, mucho miedo. Miedo no sólo por mi, si no por mi bebé.
Me traen comida, no es mucha, pero es lo que hay para no morirnos de hambre. He vomitado ya varias veces, mis sintomas de embarazo no es que ayuden mucho. A veces hay momentos en los que siento que mi hijo se mueve dentro de mí, y en esos momentos llega a mi una felicidad. Paso el tiempo susurrandole cosas, cantandole, comiendo, o siendo golpeada. Me siento débil. Pero aún mantengo la esperanza que están encontrando mi paradero, Peeta, y seguramente Haymitch y Johanna.
Ya no quiero llorar, eso solo me afecta más. Y conforme avanza el tiempo, ya no veo el día en el que salga de aquí.

Narra Peeta

Fátima ha entrado ya a su sistema de cámaras. Ha dado en el blanco. Va pasando de una a otra, mostrandonos imagenes de el lugar donde se encuentra mi familia. Nos detenemos un poco en la imagen que nos muestra a Katniss.
Tiene heridas, ojeras, y canta canciones a su vientre mientras lo acaricia. A nuestro hijo.
-Tenemos la dirección. -dice Fa al mismo tiempo que teclea en la computadora.
-Mañana mismo iremos por ella. -dice Johanna.
Volteo de nuevo a la pantalla y me duele verla así. No puedo más y caigo de rodillas al suelo, tapando mi rostro con mis manos, empapandolas. Johanna se arrodilla al lado mío y me susurra:

-Les daré su merecido. Y esa estará muerta mañana al anochecer, lo prometo.

El Renacer de mí esperanza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora