El Renacer de mí esperanza.

29 - Que ella sea feliz.

Afortunadamente ya no hubo novedades en el Capitolio, y espero que no haya. Todo ha ido bien y ahora nos dirigimos a casa, antes de venir hablamos de ir a citas medicas para ver que vaya de acuerdo en el embarazo. Cuando llegamos, solo hace falta tocar la puerta, ya que se escucha desde afuera que ese trío está dentro nuestra casa. Al poco, abren la puerta y estábamos a punto de reclamarles que hacían ahí hasta que vimos que ya no había mudanza en la sala y que todo estaba perfectamente acomodado y limpio.

-¡Sorpresa!. -gritó Fátima.

-Wow chicos, esto es.. increíble. Gracias. -les dijo Peeta.

-¿Como se los podemos pagar?. -les pregunto.

-Oh, ya no hace falta, preciosa. Digamos que comimos algunas cosas de su casa cada que teníamos hambre. -nos dice Haymitch.

Miro hacia Johanna y Fátima y ellas asienten a lo que nos acaba de decir Haymitch.

-Bien, yo ya me tengo que ir. -nos avisa Fátima.

-Yo creo que igual. Los vemos luego ¿De acuerdo? -la sigue Haymitch.

-Sí. -respondo por Peeta y por mí.

Cerró la puerta tras de sí.

-Yo no me voy, necesito hablar contigo, Katniss.

-Está bien Johanna ¿Quieres tomar algo?

-Ya lo hice. -dice en tono burlón.

-No lo dudo.

-Me iré a hacer unas cosas arriba. -dice Peeta, subiendo.

Nos quedamos solas y al instante empieza a hablar.

-¿Podrías actuar como una chica por un momento?. -me pregunta.

-Soy una chica. -respondo, frunciendo el ceño.

-Ya sabes a lo que me refiero, una chica tonta y fastidiosa.

-Pero claro, querida Jo. -respondo en tono infantil, enrollándome un mechón de cabello en el dedo.

-Ugh. Captaste mi idea. -dice, fingiendo asco. Río.

-Bien ¿que pasa?

-Conocí a un chico. -me dice, en plan secreteando.

Rompo la situación secreta dando grititos emocionada.

-¡No! ¿En serio? ¡Jo! ¿Cuando? ¿Como? ¡Cuéntame, linda!

-En serio das miedo, no te tomes a fondo el papel que te dije que hicieras.

-¿Doy miedo? ¿Porque lo dices, cariño?. -le digo aún fingiendo.

Reímos.

-Bien, ya ¿Me vas a decir o al carajo?

Suspira aliviada. 

-Sí, te lo diré. Gracias al cielo volvió tu verdadera yo.

Le sonrío de lado.

-Ok. -empieza- Estabas de viaje, y pues fui a comprar algunas cosas. Ya sabes: fruta, especias, en fin. Iba caminando y este chico Levi..

-¿Se llama Levi?. -le interrumpo.

-Sí. Cállate, me desconcentras. 

-Cállame otra vez y regresará la Katniss tarada Everdeen de hace un rato.

-Siempre estás tarada.. o no, descerebrada. -dice por lo bajo. 

Le golpeo ligeramente el hombro mientras le digo:

-Ya sigue.

-Y bueno, Levi se me cruzó, traté de esquivarlo y al final no lo logré. Caímos, el encima mío y yo solo decía "Vete al diablo, ¡quítate!", sabes. 

Asiento a lo que va diciendo.

-Entonces el giró su cabeza a verme y dijo "Johanna Mason", lo cual lo hizo quitarse más rápido que nada de mí, ayudarme a levantar mis cosas y ayudarme a levantarme. Al final platicamos un rato, ayer que fui de nuevo, lo encontré otra vez y me invitó a salir hoy. ¿Me ayudas a arreglarme, Kat?

-¿Estoy soñando o Johanna Mason me está pidiendo ayuda para ir a una cita hoy?

Me lanza una mirada asesina.

-Le iba a decir a Fa, pero me dió pena con ella.

-Bueno. Te ayudo ¿Tienes vestido?

-En mi casa. Si quieres vamos, puedes ir con Peeta.

-¡¡Peeta!!. -le llamo gritando.

El baja rápidamente, acelerado.

-¡¿Estás bien?! ¿Katniss?. -dice alarmado.

-Sí, estoy bien cielo.

-¿Que pasa?. 

-¿Vamos con Johanna a su casa? Es una emergencia. No preguntes de qué, cosas de chicas.

Nos mira, pidiendo explicaciones.

-Cosas de chicas. -repito.

-Pues vayamos. 

Dicho esto, nos vamos directo a la casa de Johanna.

Como está cerca, solo es cuestión de caminar un poco. Entramos, y Peeta se queda en la sala. La mayoría de la sala de Johanna es libreros y libreros, todos llenos y acomodados por colores. 

-¿Los lees?. -pregunto mirando a mi alrededor.

-He leído un poco más de la mitad de lo que hay aquí.

-No sabía que te gustara leer.

-Hay muchas cosas que nadie sabe de mí. Muy pocos saben esto. -responde.

Miro los lomos de los libros leyendo varios títulos.

-La mayoría de todos, si no es que todos, son antes de la guerra. Los recuperaron de entre los restos del demás territorio, eligieron los mejores y los trajeron. Había muchos repetidos, se nota que antes eran muy aficionados a leer.

Analizo varios títulos. Entre los que leo me llaman la atención algunos, un tal "Divergente", "Orgullo y Prejuicio", "Buscando a Alaska", "Romeo y Julieta", literatura viejísima. 

-¿Puedo tomar uno?. -pregunta Peeta.

-Los que quieras. -le responde Johanna.

Empieza a caminar entre las estanterías, mientras nosotras subimos a la habitación de Johanna. Entramos a un cuarto repleto de vestidos, zapatos, todo un armario.

-Vivo sola, y pues, poco a poco esto ya no cabía en mi ropero. Así que ¿porque no?. -explica.

Asiento.

-¿Que color vas a elegir?. -le pregunto.

-Mmm, no lo sé. Elige uno que te guste.

Recorro toda la ropa, viendo los que me llaman la atención. Al final doy con uno largo, con brillos dorados. Se lo enseño a Johanna y quedó de acuerdo conmigo.

La ayudo a vestirse y la peino con una sencilla coleta alta. De maquillaje solo usa un labial rosa claro. Lleva unos tacones un poco bajos color perla y al final se mira muy hermosa.

-Ese tal Levi se va a derretir al verte. -le digo, tal cual y como me lo dijo hace unos meses para vestirme a la venganza de Delly.

-Gracias. -se levanta de su lugar y me abraza. 

-Hora de irnos, o de que te vayas. -le digo, tomándola de la mano para evitar que se caiga al bajar las escaleras.

Estamos abajo y nos encontramos a Peeta leyendo un libro que ya había visto antes. "Romeo y Julieta". Nos mira y se levanta. Salimos y antes de que se vaya Johanna le hablo.

-Si Levi se comporta como un estúpido quiero saberlo. Si quieres que vayamos por ti nos llamas. Si estás en problemas también ¿Captaste?. -le aviso.

-Capté.

-Bien, pues suerte, hermana.

Me sonríe y sube al transporte que pidió Peeta por ella. 

Tan solo veo como se alejan las luces.