Se encontraba en el despacho de su casa, terminando algo de papeleo, cuando subió su vista para clavarla en la puerta. Todo fue silencio, hasta que la puerta fue echada abajo de una patada.
El señor Kang dio un respingo de la silla, más no pudo hacer nada cuando el cuello de su camisa fue agarrado y previamente, estampado contra una de las paredes.
Frente a el, había un chico de cabello largo y negro, lo reconocía bien. Tenia su mirada inyectada en ira, una chaqueta de los Blackhole, y una navaja apuntando directamente a su cuello. Trago duro, sintiendo su corazón a acelerarse por el nerviosismo.
- Buenas tardes, señor Kang.- saludo el adolescente, con una sonrisa para nada amable entre sus labios.- ¿Cómo ha estado?
El señor Kang trago duro sonoramente.- Esto... bien, supongo.- murmuro con un hilo de voz.
Hyunjin asintió, con rostro pacífico, antes de subir más la navaja al cuello contrario, y provocando que Kang tratara de alejarse, dándose con la cabeza en la pared.
- ¿Con qué bien, eh?- pregunto, mirándole de forma seria a los ojos.- ¿Ha dormido bien tu subconsciente, sabiendo que tu sobrino estaba siendo drogado y maltratado por un grupo de monjas locas?- le recrimino, con una voz profunda y rasposa, notablemente enojado.
Kang trago duro, sintiendo que se podría mear del miedo allí mismo.- Esto, yo... no me hagas daño, por favor...- pidió.
Hyunjin sonrió.- Ya estabas tardando en suplicar.- suspiro, aun con una sonrisa en sus labios.- ¿Qué te parece si hacemos un trato, eh?- el señor Kang asintió un par de veces. Hyunjin se acercó más a él, susurrándole en la oreja.- Esta misma tarde agarraras tus maletas y a la idiota que tienes por esposa y te marcharas de la ciudad para no volver jamás, no sin antes renunciar a la custodia de Chaeryeong y Felix.- le dijo amenazante.
El hombre pareció asentir.- Pero ellos son menores de edad...- murmuro, aparentando preocupación.
- De eso me encargo yo.- dijo una voz detrás de ellos, haciendo que Kang pasara su mirada de Hyunjin, a la mujer que había parada al lado de la puerta. Tenia el pelo naranja y unas gafas de pasta roja muy horteras.- Soy la señora Yoon.- se presentó, sonriendo con amabilidad.
Hyunjin hizo que Kang le mirara.- ¿Te ha quedado claro lo que vas a hacer, tejón de monte?- pregunto con enojo, recibiendo muchos asentimientos por parte del hombre. Separo la navaja de su cuello, pero sin soltarlo aun.- No quiero saber que intentas hacer algo, o ya sabes cuál será tu destino.- murmuro, moviendo su navaja, de forma en la que se iluminaba.
Hyunjin se separó del todo, con una sonrisa burlona en sus labios. Hizo una reverencia y se dio media vuelta, no sin antes clavar la navaja en un cuadro de la pared, rasgando el lienzo.
Kang cayó al suelo cuando aquellas dos personas salieron de su despacho. Debía irse de esa casa.
- ¡Querida, prepara las maletas!
...
Felix abrió lentamente sus ojos, sintiendo estos doler por la luz intensa que entraba por la ventana. Noto que no estaba en ningún lugar reconocible, por lo que se asustó.
Más no llego ni a levantarse de la cama, debido a la voz que llego a sus oídos.
- ¿Felix?
Las voz adormilada de Hyunjin entro por sus oídos como una melodía. Giro su rostro, viendo a Hyunjin sentado en una silla al lado de la cama, cama en la que el estaba recostado. Se colocó de forma correcta en esta, observando la habitación que le rodeaba.
Era pequeña, no habían muchos muebles, pero pudo distinguir un par de objetos que le hicieron saber que se encontraba en la casa del mayor.
Hyunjin se levantó de la silla en la que había dormido, y se aproximó hacia el rubio, sentándose a su lado. Le sonrió de forma amable, acariciando sus cabellos. Felix simplemente se dejó mimar por ese suave toque.
- ¿Has dormido bien? ¿Cómo te encuentras?- pregunto el mayor.
El rubio suspiro, contagiándose de la sonrisa que el mayor le daba.- Estoy bien.- aseguro.
Hyunjin abrazo a Felix, atrayendo este a su pecho. El menor de dejo hacer, apoyando la cabeza en el pecho del mayor. Ambos se habían sentido necesitados de ese toque durante mucho tiempo, y poder volver a estar juntos de nuevo, les traía calma a sus corazones.
Hyunjin trato de apartarse del abrazo para poder ver al menor, pero este se aferró más a el.
- Me han hecho cosas horribles, Hyun...- empezó a hablar el menor, con notable voz quebrada.- ...me ataban a una silla, y-y... me hacían daño, me encerraban en la habitación oscura, y... y me daban esas malditas pastillas, y y-yo...- su voz se terminó de romper, dejando a relucir un pequeño sollozo.- ..siempre dudaba de si eso era lo correcto.
Hyunjin escucho su corazón romperse en mil pedazos. Acaricio el cabello de Felix, tratando de calmarlo.- No pasa nada, pecas. Ahora ya no podrán hacerte daño, ya no pueden controlar tus pensamientos, eres libre de hacer lo que quieras.- le aseguro, haciendo que ambos se miraran a los ojos.
Felix sollozo un poco, bajando la mirada, avergonzado. Había dudado en mil y una veces, pensando en que pasaría si, accidentalmente, se cortaba con el cuchillo del pan, o si se tomaba más pastillas de la cuenta.
Pero al fin podía dejar todos esos pensamientos de lado, sus manos ya no temblaban y su cabeza estaba despejada de voces que le decían lo que debía hacer.
Sin esperar menos, se sentó en el regazo de Hyunjin, pasando sus brazos por el cuello de este y dejando su cabeza entre su hombro y cuello. Hyunjin sonrió por ese acto, rodeando con cuidado la cintura del rubio, y dejando un beso en sus cabellos.
- Ahora todo estará bien.
검은색 - 구멍
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Black Hole // Hyunlix
FanfictionUn pueblo en el que únicamente ocurren desgracias. Blaho era un pueblo olvidado en mitad de la nada, con su población separada en dos, Bladawn y Blaup. Dos institutos, dos bandas, dos maneras de vivir, y un asesino. Cuando en el instituto pijo de Ch...