검은색 25: ¿Esta mal? 구멍

277 61 8
                                    

Una mes había pasado y Hyunjin sentía una ansiedad horrible al no saber nada sobre el pecoso. Cada día tenia la misma rutina, ir a clase, salir de clase e ir a casa, comer, ir al pub, rondar por la calle en busca de una cabellera rubia, volver a casa con las manos vacías, llorar, llamar a Jisung, seguir llorando pero acompañado por Jisung, y después dormir.

¿Esa era su vida ahora? Definitivamente no quería eso. Pero no tenia ni idea de por donde comenzar a buscar.

Se encontraba en el pub, viendo como Changbin ganaba a Chan en el billar por décima vez en una hora. Hasta que una idea llego a su cabeza.

Se levantó de la silla, caminando directo hacia Minho, que se encontraba besándose de forma intensa con el castaño.

- ¿Jisung, sabes donde está tu hermano?- pregunto, nervioso.

Jisung se separó de los labios de Minho para responder.- En mi casa.

Salió de pub a toda velocidad, sintiendo el sol de la tarde sobre su piel. Se montó en la motocicleta y condujo hasta la casa de Jisung.

Se apresuró a acercarse a la puerta, y toco al timbre varias veces, siendo atendido por Younghyun, que tenia el cabello revuelto.

- ¿Y tú quien eres?- pregunto, ladeando la cabeza, tratando de analizar al chico frente a el.- ¿Eres amigo de Jisung?- dedujo.

Asintió.- Si, pero ese no es el asunto.- empezó a hablar.- ¿Llegaste un viernes a Blaho, verdad?- pregunto.

Younghyun parecía estar plantendose hasta cuál era su nombre, asintiendo unos segundos después.- Si, así es...

- ¿De casualidad no te cruzaste con un coche rojo y pequeño, de pintura desgastada?- pregunto, tratando de describir lo mejor posible el viejo coche del señor Kang.

Younghyun miro fijamente un punto en el espacio, hasta que volvió a asentir.- Pues ahora que lo dices, sí. ¿Por qué?

- ¿Sabes a donde fue?- pregunto Hyunjin, sintiendo su corazón ir a mil por hora.

El peli blanco asintió.- Si, venía de frente, como si quisiera dejar la ciudad, pero después giro a la derecha, metiéndose entre los árboles. Ahora mismo no sabría decirte en que salida se metió, pero si voy, podría indicártelo.- trato de explicar.

- Bien, pues vamos.- dijo el peli negro, sacando a Younghyun de la casa a tirones.

...

Ambos montaban en la moto del menor, en dirección a la salida de la ciudad. Todo estaba rodeado de árboles sin fin, como si fueran infinitos.

Younghyun alargo el brazo detrás de el, apuntando hacia un punto exacto.- ¡Allí, para!- le ordeno.

Hyunjin hizo caso, y aparco la moto en una salida entre los árboles, muy bien ocultada. En estaba había un cartel que ponía "Salida 19", y en la verja de hierro del camino, había un cartel de propiedad privada colgado.

- Fue aquí.- dijo seguro el hermano de Jisung.- ¿En qué ayuda esto?- se atrevió a preguntar.

- Para encontrar al chico que me gusta.

...

Llevaba un maldito mes en ese lugar, y le había parecido una eternidad. Cada mañana comía avena, después corrían, después llegaba la peor clase, Terapia de aversión. Después tocaba parada para comer, y después psicología con el señor Cha, algunos días les hacían mirar películas heterosexuales.

Después iban a misa y oraban, volvían a comer avena, y se iban a dormir, no sin antes rezar y leer el libro en su mesa de noche.

Cada día la misma rutina, y sin saltarse las pastillas.

Felix parecía un muerto en vida, cada día las voces en su cabeza lo atormentaban, y cuando intento escaparse al segundo día, lo llevaron al aula de castigo y lo tuvieron allí encerrado por horas mientras una de las Hermanas le rozaba momentáneamente en sus partes.

Termino cediendo a todo ello, sin saber cuanto tiempo llevaba allí. Ya no le importaba, esa era su vida ahora.

Se encontraba comiendo avena después de la Terapia de aversión. Ese dia, en vez de darle golpes en las manos, le había hecho cortes en ellas, doliendo más.

Sus pequeñas manos ahora se encontraban vendadas, con algunas gotas de sangre que traspasaban la tela.

La Hermana Kwan apareció con una bandeja llena de vasitos.- Las golosinas.- anuncio.

Le dio un vaso a cada uno. Felix lo tomo entre sus manos. Aquellas pastillas le hacían sentir adormecido, que era mejor que sentir el dolor físico y sentimental que tenia, por lo que de un trago sé las tomo, bebiendo agua después.

- Esta tarde, os dejaremos que vayáis a leer a los jardines.- anuncio una de las Hermanas.

Y dicho y hecho, salieron al patio exterior, sentándose en el césped a leer en silencio. Todos los chicos se encontraban en la parte soleada, con sonrisas amenas en sus rostros, menos Felix, quien se encontraba sentado contra la pared del edificio, en la sombra, y con las piernas encogidas en su pecho.

Sintió una presencia a su lado, notando que era Wonpil.

- Pecoso, cada día te ves peor.- comento el castaño en un murmuro.

Felix cerro sus ojos, tratando de no dejar de respirar, porque sentía que podría olvidarse de ello de pronto.- Mira quien habla.

Ambos aguantaron una risa, continuando con un silencio. Pero Wonpil volvió a hablar.

- Pecoso, no dejes que te metan ideas en la cabeza.- le dijo, esta vez sin bromear.- Eres quien eres y no pueden cambiarlo.

Felix sintió lágrimas correr por sus mejillas.- ¿Won, está mal que me gusten los hombres?

Había empezado a dudar. En los libros le decían que estaba mal, no podía ver a un hombre con otros ojos, debía tener una mujer, e hijos, ir a misa los domingo y comer avena. Eso era lo que le estaban enseñando.

Wonpil negó.- No, está totalmente bien. Puedes amar a quien quieras.

Pero la cabeza de Felix volvió a dudar.





















검은색 - 구멍

Black Hole // HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora