Raro [TodoDeku]

Capítulo 8.

¡Atención alerta de spoiler de el manga!

Leer bajo tu responsabilidad.

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—Tu casa es muy bonita Todoroki-kun—hablo el peliverde mirando el diseño de la casa.

—es lo que suele decir la gente que viene, sin embargo yo la considero un poco aburrida.

—Todo lo contrario!...¿seguro que tus padres no se enojaran?

—no suelen venir—hablo el bicolor esperando que el Omega le creyera.

Empezaron a trabajar y el bicolor le explicaba los apuntes.

—Todoroki-kun eres bueno explicando—hablo Midoriya con una de sus clásicas sonrisas, que sin darse cuenta le sacaban una pequeña a Todoroki.

—supongo que aprendí de mis maestros privados—hablo el bicolor recordando que el no asistió a la escuela como un niño normal.

—¿maestros privados? Ocupabas maestros?—hablo el peliverde sin entender, el notaba que su compañero era muy buena sin necesidad de los maestros.

—los tenia cuando era pequeño, mi padre solía decir que ir a la escuela solo me haría perder el tiempo, el me entrenaba en casa y los maestros llegaban en las tardes casi siempre.—por lo que el alfa decía, se dio cuenta que tal vez el padre de este había sido muy duro con el.

—lamento eso Todoroki-kun—hablo el peliverde triste.

—no es tu culpa.—hablo el bicolor.

Ya habían acabado la tarea y no quedaba nada por hacer así que decidieron charlar un rato de cosas triviales antes de que el peliverde se marchara.

Al estar en la sala se dio cuenta de que las fotos de la casa eran muy pocas, y las que había eran de cuando Todoroki estaba pequeño, y por lo que se daba cuenta, sin una cicatriz.

—Tu madre es muy hermosa Todoroki-kun.—hablo intentando que el ambiente fuera menos tenso.

Sin embargo al parecer empeoro.

De la nada el bicolor se tenso y empezó a bajar la cabeza.

—¿sucede algo? No quiero ser entrometido solamente quiero saber si dije algo fuera de lugar..—hablo el peliverde intentando remediar la situación.

El bicolor sentía que debía decirle esto a alguien, para sentirse liberado, sin embargo no sabia si la persona adecuada era Midoriya, apenas lo empezaba a conocer sin embargo ese chico había logrado ganarse su cariño en tan poco tiempo.

—Mi madre esta en un hospital psiquiátrico—hablo recordando el día en que su padre se lo dijo.

Ante esa confesión el peliverde se asusto, probablemente había tocado un tema delicado.

—cuando era pequeño mi padre constantemente me ponía entrenamientos demasiado pesados, y cuando mi madre intentaba defenderme le iba igual o peor que a mi.—hablo el alfa con impotencia en su voz.—el sabia que era un alfa y sabiendo eso los entrenamientos se hicieron mas fuertes haciendo que terminara con moretones o quemaduras.

Ante lo que el bicolor le estaba contando, el peliverde ya no sabia que pensar de el actual héroe numero uno.

—ella un día ya no aguanto mas, su salud mental se deterioraba y un día fue a la cocina buscándola, la encontré hablando con mi abuela, al verme solo...—el bicolor se toco la cicatriz, dándole a entender al peliverde que había pasado.—mi padre al enterarse la mando a ese hospital, fue su culpa, su maldita obsesión por que yo sea el futuro héroe número uno.