Capítulo 45.

43 1 0
                                    

Justin's POV:

Cerré la puerta de la habitación con cuidado y suspiré profundamente, bajé las escaleras completamente sumergido en mis pensamientos. Mark me miró rápidamente preguntándome con sus ojos cómo estaba, tragué saliva con dificultad y me desplomé en el sillón.

- Co.. Cómo está? -me miró preocupado.
- Se durmió, se tomó una pastilla -lamí mis labios.
- Si, su psicóloga se las recomendó hace tiempo -suspiró.
- Nunca hemos hablado sobre lo que pasó -solté.
- No es fácil para ella Justin, sólo lo habla con su psicóloga -me miró-. Ni siquiera lo habla con nosotros.
- Lo entiendo pero soy su novio, quiero ayudarla -suspiré con resignación.
- Estando con ella lo haces, Made te necesita -sonrió de lado.

Tragué saliva con dificultad y fregué mi rostro con fervor. Después de que Jason haya dicho la mala noticia Made tuvo un ataque de ansiedad y cuándo menos lo esperamos tuvo un ataque de llanto incontenible, nunca la había visto de esa forma y me rompió el corazón. Sentí impotencia por no poder hacer nada más que quedarme a su lado, se me encogió el corazón al verla así y no sabía si iba a poder seguir haciéndome el fuerte delante de todos. Ver a Made tan destrozada me partió el corazón y sentí impotencia al no poder hacer nada, sólo acompañarla pero realmente tenía ganas de ir hasta Los Angeles, buscar a ese hijo de puta y matarlo.

Aunque no entendía muy bien la historia pero no quería preguntar, sabía que era un tema muy delicado para Made y preferí dejarlo así, estoy seguro que en algún momento vamos a hablarlo, cuándo ella quiera y se sienta preparada.

Yael y Scooter no tuvieron problema en alojarnos en su casa unos días, no podíamos volver a Los Ángeles hasta que esté todo en perfecto estado, no podíamos correr el riesgo de volver y que aquel psicópata siga ahí. Vicky y Riley habían viajado a New York para quedarse ahí, aunque quisieron venir a Miami no pudieron por cosas laborales.

Habíamos retrasado los conciertos de ambos, no podía seguir con la gira si sabía que Made estaba mal, quería quedarme con ella todo el tiempo que sea necesario.

Yael entró al salón con una bandeja en sus manos, le sonreí levemente cuándo se puso a mi altura para que tome una taza llena de café. Tomé un sorbo y agradecí el sabor, necesitaba un café cargado, sabía que se venía una noche larga.

- Se durmió? -Scooter me miró.
- Si, tomó una pastilla y a los minutos se durmió -suspiré.
- Eso es bueno, tiene que descansar -comentó Yael.
- No va a despertarse hasta mañana, esa pastilla suele tumbarla -Mark hizo una mueca.
- Tal vez deberías ir a descansar cariño -Yael me miró.
- No tengo sueño -negué con mi cabeza.
- Tienes que descansar Justin, Yael tiene razón -Scooter me miró.
- Estoy bien -dije simplemente.

Nos quedamos en silencio disfrutando del café que había preparado Yael, tan sólo se escuchaba de fondo el programa que estaba puesto en la televisión.

Mi iPhone vibró en mi pierna y lo tomé con curiosidad, mi madre estaba llamando. Me levanté rápidamente y atendí la llamada, el silencio se produjo del otro lado, no podía hablar, un nudo se había formado en mi garganta.

- Justin? -dijo mi madre con cariño.

Sentí mis ojos quemar, suspiré profundamente y aclaré mi garganta.

- Hola -murmuré.
- Oh cielo, cómo estas? Cómo está Made? -preguntó preocupada.
- Está.. No lo sé mamá, nunca la vi tan mal -confesé.
-  Oh cariño, quisiera estar allí contigo -dijo apenada.
- Lo sé pero estoy bien -lamí mis labios.
- Made cómo se siente? Puedo hablar con ella? -dijo esperanzada.
- Está durmiendo -suspiré-. Se.. Ha tomado una pastilla, ella estaba muy mal mamá -tragué saliva con dificultad.
- Made es una chica fuerte cariño, lo puedo ver -dijo suavemente-. Y tú sabes que Dios está con ella.
- Si, lo sé -suspiré.
- Entonces intenta relajarte y acompañarla en esto, sabes que ella te necesita cariño.
- Si, voy a estar con ella, quiero estarlo -susurré.
- Lo sé cielo. Espero ir pronto a verte -sonrió.
- Eso espero mamá -sonreí levemente.
- Cuídate cariño y saludos a Made, prometo llamarla en estos días.
- Gracias mamá, te quiero -mordí mi labio.
- Y yo a ti cielo.

Consequences. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora