Capítulo 22.

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Monterrey, México.

Justin's POV:

Ni siquiera sabía que decir, no me salían las palabras. Sentía un nudo gigante en mi garganta, sentía una presión en el pecho que no me dejaba respirar del todo bien. Me sentía encerrado en una caja sin agujeros, estaba hundido.

Tenía miedo.

Después de colgar la llamada con Made todo se puso en cámara lenta, solo podía ver el pánico en el rostro de todos, Yael había tenido un ataque de nervios, Emma también. Fredo y los demás habían quedado helados tanto cómo yo, Scooter ni siquiera sabía que hacer.

Made estaba en peligro y sabía perfectamente que había una gran posibilidad de no volverla a ver.

Todo mi mundo se derrumbó en cuestión de segundos, todo era culpa de ese hijo de puta. Cómo había logrado salirse con la suya? Cómo había logrado entrar al estadio y llevársela cómo si nada? Dónde estaban todos?

Tantas preguntas, ninguna respuesta.

Scooter había desaparecido, Yael y Emma estaban siendo consoladas por los chicos. Me levanté de golpe llamando la atención de los chicos, salí disparado del backstage.

Corrí con todas mis fuerzas por el pasillo que parecía interminable, no me daban las piernas, sentía mi respiración más agitada y también sentía como la angustia se construía en mi pecho cada vez más.

Quería a Made.
La necesitaba conmigo.

Cómo pude haber sido tan estúpido? Por qué no fui con ella cuándo se fue al backstage? Por qué la deje sola?

Me frené en seco cuándo vi a Jason entrar, estaba algo ido todavía, su rostro seguía pálido. Me miró y yo a él, su mirada me lo dijo todo.

- Justin, yo..

Ni siquiera dije nada, pero no porque no quería sino porque no podía, si largaba una palabra no iba a tardar en largarme a llorar como un bebé.

Jason se acercó a mi y me abrazó con fuerza haciendo que pierda la batalla contra las lágrimas, no podía más.

Sabía que el me entendía por eso deje que mi mundo se derrumbe con él.

Madeline's POV:

Cuándo abrí los ojos el dolor de cabeza era imposible de aguantar, cerré mis ojos y suspiré largando un quejido. Ni siquiera sabía dónde estaba, solo entendí que seguía en el auto por el movimiento, miré por la ventanilla y solo se podía ver la oscuridad mezclándose con las estrellas, pude notar que estábamos pasando por un campo.

Dónde estaba?

Mordí mi labio para no largarme a llorar otra vez.

- Oh, despertaste -dijo su voz y supe que no se trataba de una pesadilla.

Era mi realidad.

- Tuve que dormirte porque no parabas de llorar y repetir su nombre -dijo seriamente-. Es que.. No lo entiendo -suspiró-. Qué tiene el que yo no? -apretó el volante entre sus manos-. Fama? Dinero? -soltó una risa-. Eso puedo tenerlo yo también cariño y lo sabes.

No respondí nada de lo que estuvo diciéndome desde que me subió al auto, no me salía decirle nada, se había ganado mi silencio.

- No me interesa si no me respondes, sabes que no lo necesito pero estás empezando a cansarme -suspiró-. Si te pido que me respondas lo haces, entiendes? -me miró.

Tragué saliva con dificultad y me pegue más a el asiento, abrazándome.

- No tengas miedo bonita, no te voy a hacer nada -sonrió divertido-. Por ahora.

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