Último capítulo.

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Bologna, Italia.

Madeline's POV:

Sentí cómo el aire abandonaba mis pulmones, comenzaba a marearme. Me desplomé en el sillón y abrí mi boca en busca de aire.

No.
Esto no puede estar pasando.
No puede ser.

Tensé mi mandíbula y contuve las lágrimas en mis ojos, suspiré profundamente y dejé caer mi cabeza entre mis manos mordiendo mi labio con fuerza para no largarme a llorar.

- Made? -la voz de Jason me hizo levantar mi cabeza de golpe-. Estás bien? -me miró extrañado.
- S.. Si, estaba por salir -tragué saliva con dificultad.

Me miró sin estar muy convencido pero no dijo nada más, algo que agradecí. Tomé las cosas nuevamente y salí disparada del backstage, no podía seguir un minuto más metida en ese sitio, Jason miraba todos mis movimientos pero no decía nada, respiré con fuerza el aire frío que había en el pasillo y caminé rápidamente seguida por Jason.

Me subí a la camioneta en completo silencio y me miraron con curiosidad, Jazzy se pegó a mi y eso logró sacarme una pequeña sonrisa, recién la había conocido y no podía creer que no iba a volver a verla. Mordí mi labio tembloroso y tragué saliva con dificultad sacudiendo mi cabeza para no pensar en nada, debía mantener la cabeza fría.

- Tu móvil -se lo tendí a Justin.
- Gracias cielo, lo había olvidado -hizo una mueca divertido.

Hice una mueca intentando sonreír y dirigí mi mirada al frente encontrándome con la mirada de Jaxon, le sonreí levemente y lo invité a que se siente conmigo, Jaxon saltó a mi lado haciendo que quede en el medio de ellos dos y Justin en una punta, Jeremy sonrió al vernos y Justin también.

El camino al restaurante fue silencioso por mi parte, sólo se escuchaba la voz de Jeremy y Justin, los niños iban en silencio observando las calles por la ventana. Iba completamente sumergida en mis pensamientos pero tampoco quería pensar de más porque iba a acabar llorando en el auto y no quería. La camioneta estacionó en el restaurante y pude divisar a todos bajando de las demás camionetas para entrar, se me había ido el apetito completamente.

Alfredo me sonrió nada más verme y mordí mi labio, dios, estaba completamente abrumada, quería llorar y mucho.

Estaba completamente sola aquí, no tenía a Mark, Alicia y mis amigas, estaba perdida, los necesitaba. Jason estaba conmigo y a pesar de que era de mucha ayuda los necesitaba a todos conmigo. Fredo iba a mi lado hablando sin parar pero realmente no escuché nada de lo que dijo, sólo podía asentir mi cabeza y mi atención estaba puesta en los niños. Estaban bromeando y hablando entre ellos, a veces desearía volver a ser una niña pequeña.

Desearía levantarme temprano por las mañanas, bajar a la cocina y ver a mi madre recibirme con una gran sonrisa, con mi desayuno favorito preparado en la mesa. Ver a mi padre entrar por la puerta y sonreírnos a las dos con cariño, cómo siempre lo había hecho, ir corriendo a la ducha porque teníamos un almuerzo familiar en lo de mi abuela y no poder esconder mi emoción de ver a todos mis primos para jugar y compartir mis juguetes nuevos con ellos.

Desearía volver a todos esos momentos pero debía caer en mi realidad, había crecido y todos esos momentos sólo se habían convertido en recuerdos llenos de nostalgía.

Sentí mis ojos quemar y sin querer llamar mucho la atención caminé rápidamente hacia el baño, nada más cerrar la puerta a mis espaldas las lágrimas no tardaron en salir de mis ojos empapando mis mejillas completamente, un sollozo salió de mi boca y cerré mis ojos con fuerza.

Mi móvil vibró adentro de mi bolso y lo tomé verificando quién era.

- Hola -mi voz salió temblorosa y maldecí.
- Made? -Mark preguntó preocupado.
- Ma.. Mark -sollocé.
- Made, que pasó? -dijo asustado.
- Él... Él.. -tapé mi boca tapando mis sollozos.
- Oh mierda, apareció? Hay que llamar a la policía, tienen q...
- Mark -tragué saliva con dificultad-. No volvió a aparecer, tranquilo.
- Mierda -suspiró-. Entonces por qué lloras? -volvió a su tono preocupado.
- Es Justin -mordí mi labio.
- Que pasó? Está bien? -preguntó rápidamente.

Consequences. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora