Capítulo 10.

35 4 2
                                    

Buenos Aires, Argentina.

24 de diciembre.

Madeline's POV:

La navidad siempre ha sido una fecha muy importante para mi, incluso cuando era muy pequeña ya que para mi era muy emocionante esperar a "Papá Noel" con mis primos. También me emocionaba la preparación, la música siempre sonaba en la casa de mi abuela, mis primos corriendo, mis primas buscando sus vestidos o zapatos, mis tías preparando las ensaladas junto con mi madre y mi abuela, mientras que los hombres siempre se encargaban de la carne. Las risas nunca faltaban, ni tampoco los regaños de mis tías cuando no queríamos salir de la piscina para empezar a prepararnos.

En Argentina la navidad es completamente calurosa, era realmente sofocante pero no me quejaba, gracias a eso podíamos disfrutar de la piscina todo el día, mi cuerpo se ponía más bronceado y comíamos helado hasta reventar. A pesar de que muchas personas dejan de creer en la magia de la navidad cuando crecen en mi caso no era así, más cuando me fui a vivir lejos de mi familia, había aprendido a valorar muchísimo más el estar todos unidos.

No podía evitar sonreír emocionada mientras observaba a mi familia llegar a casa de mi abuela, al recibir abrazos y besos de parte de todos. La mayoría llegaban con bolsas cargadas de comida, bebidas y ropa, había observado algunos regalos pero no quise meterme de más porque estaban mis primos pequeños y no quería robarles la ilusión.

- Ay, es hermoso -dije sosteniendo a mi primo bebé.

El niño me miró con curiosidad y luego miro a su madre, mi tía.

- Beltrán, ella es tu prima -mi tía sostuvo su mano pequeña sonriendo.

Reí divertida cuando me lanzó una sonrisa y bese su mejilla suavemente. Lo lleve a recorrer la casa mientras le hablaba, estaba consciente de que no me iba a responder pero sabía que me entendía, me miraba con sus ojos curiosos y sonreía divertida, movía sus pies pequeños y largaba pequeñas carcajadas cuando le hacía cosquillas, siempre me lleve bien con los bebés y no me molestaba para nada cuidarlos. Después de que mi tía lo tomo en sus brazos salí al patio, el calor me inundó completamente haciéndome sentir algo sofocada, me quite el vestido suelto quedándome en bikini y me tiré de un chapuzón a la pileta agradeciendo la sensación de frescura en mi cuerpo.

- Creí que estabas en la ducha -mi prima Daniela me miró sentándose en el borde.
- Aún no, quería disfrutar un poco más la piscina -sonreí levemente.
- El día está hermoso -dijo observando el cielo.
- Si, hace mucho calor -suspire.
- Oye, quería pedirte un favor... -hizo una mueca nerviosa.
- Si, dime -la miré atentamente.
- Tú podrías maquillarme? -mordió su labio-. Es que está noche hay una fiesta y seguramente vayamos, te dijeron verdad? -me miró curiosa.
- Algo me comentó Ramiro -asentí con mi cabeza.
- Y hay un chico...
- No tienes que explicarme Dani, con gusto te maquillo -le sonreí.
- Gracias, gracias, gracias!

Se lanzó a la piscina y reí sorprendida, me abrazó con fuerza y beso mí mejilla.

- Como en los viejos tiempos, cuando me maquillabas para salir -sonrió levemente.
- Siempre lo recuerdo -le sonreí.

Teníamos tantos recuerdos épicos todos juntos que era imposible no acordarme.

La noche cayó en Buenos Aires y decidí que era momento de encerrarme en mi habitación para comenzar a prepararme para la noche. Había comprado varios vestidos en Los Angeles para mi y para regalar, tome las bolsas y las puse arriba de la cama, había comprado regalos para toda mi familia y mis primos, para los pequeños también. Me deshice de la bikini húmeda y la enjuague para colgarla, me metí en la ducha y respiré con fuerza cuando sentí el agua fría hacer contacto con mi piel caliente por el sol, tome el shampoo y comencé a ducharme como siempre.

Consequences. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora