╚» CAPITULO DIECISÉIS «╝

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『[DANZA] 』
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ESE DÍA ______ ESTABA MUY EMOCIONADA.

Viktor le había dado un regalo luego del almuerzo que la hizo saltar por la alegría.
En su emoción, no pudo evitar abalanzarse a los brazos del gran hombre.
—¡No puede ser, no puede ser, no puede ser! ¡Muchísimas gracias, Viktor!

El gigante soltó una carcajada ahogada por una pequeña tos y le palmeó la espalda de manera cariñosa.

— Me costó repararla, por favor cuídalo mucho.

—¡Gracias, gracias!— Siguió diciendo cuando se separó de él— A Bruno seguro le va a encantar esto.

—¿Vendrá de nuevo?-—Preguntó desconcertado el adulto observando como la joven mujer tocaba apenas la caja sobre la mesa con sus dedos— ______... Tú-

—No,Viktor. Ya te lo dije, estoy cansada de eso y sigo firme en mi decisión.— Lo interrumpió en seco apretando los puños a sus costados, su vista fija al suelo ignorando completamente el sentimiento de hace unos momentos—... Pero somos amigos nada más. Creo que es incluso el primer amigo real que tengo.— mencionó con una leve sonrisa intentando desviar el tema, volteando su rostro para ver al hombre.

Viktor abrió y cerró la boca, con la intención de decir algo, pero luego simplemente se quedó callado.

»Voy a estar bien... Te lo juro...—dijo en un susurro tranquilizante colocando una de sus manos en su brazo— Ahora, ¿por qué no me dices que quieres cenar?— preguntó dando una palmada. — Hay una receta que quiero probar, seguro va a fascinarte, pero tendrías que traer algunas cosas.

—Lo haré, no te preocupes...—aseguró el pelinegro despeinando aún más el cabello de la muchacha.—Pero ya es hora de irme a trabajar, los veré en unas horas.

—¡Okey! ¡Cuídate mucho, Vik, te quiero!— le gritó viéndolo partir entre la espesura del bosque.—Oh, sé que aún tengo el disco que me dió Armando, pero sabrá Dios donde lo dejé.

...ᘛ⁐̤ᕐᐷ...

Bruno llegó quizás veinte minutos después.

Su rostro estaba con algunas gotas de sudor a causa del maratón que había hecho para escapar de los constantes mandatos de su madre.

Hernández por su parte solo estaba de rodillas al suelo, jugando con algo que Bruno no pudo identificar.

—_______...— la llamó Madrigal, tanteando su reacción.
Estaba increíblemente ansioso por lo que ella diría.
Oh, de todas las personas ¿Por qué tenía que ser Pepa?
Seguro ella le contaría historias terribles de él, y entonces____ dejaría de hablarle solo por el miedo colectivo que todos en el pueblo tenían en su contra.

🄳🄴🅂🅃🄸🄽🅈 | 🄱🅁🅄🄽🄾 🄼🄰🄳🅁🄸🄶🄰🄻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora