╚» CAPITULO DIECINUEVE «╝

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『[OTRA PRESENTACIÓN FAMILIAR] 』
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______ LE EXTENDIÓ EL VASO A BRUNO PARA QUE  LO TOMARA.
Este silenciosamente bebió el agua, evitando cruzar miradas con su acompañante.
Por su parte la morena pasaba su mano por la espalda del varón buscando tranquilizarlo.

—Lo siento...—Susurró cabizbajo.

—¿Por qué?

— Siento que me hayas visto así... Nunca... Nunca me había pasado, no sé porque-

—No te disculpes por eso, Bruno... Mejor dime si te sientes mejor ahora.

Un asentimiento de cabeza fue lo único que recibió la muchacha, que hizo una mueca ante el gesto.

Intentó sacarle plática para que el suceso fuera reemplazado en su cabeza, pero el hombre solo respondía con monosílabos o asentimientos.

—¿Quieres que te lleve a tu casa?— cuestionó al verlo dejar de temblar.

—No. No, estaba con mi hermana, tengo que ir por ella, mejor ve con Nicolás yo estoy bien— Negó intentando ponerse de pie. La joven quiso detenerlo tomando su muñeca.

—Pero-

—¡Bruno! ¿Qué pasó? ¿Por qué te fuiste? ¿Estás bien?
Preguntaba velozmente una pelinegra de ropas azules que llegó corriendo tomándolo por los hombros y escaneando rápidamente su rostro.

— No pasó nada, Julieta. Solo un golpe de calor.— Mintió al sentir las manos de la contraria dejar su cara.

—Me preocupé al no verte, la canasta estaba tirada y pensé que te había pasado algo, Dios.

La de ojos oscuros entonces posó su mirada en la mano sobre la muñeca de su hermano, apenas notando la presencia de Hernández, quien al sentir que la miraban de arriba a abajo saludó con una de sus manos.

—Lo siento, ¿Te conozco?

—Creo que no, mi nombre es ______ Hernández. Un gusto.— se presentó sonriente extendiendo su mano para que la otra pelinegra la tomara con cautela.

—Julieta Madrigal... Encantada.

Ambas mujeres se separaron para ahora mirar a Bruno, el cual empezaba a sentir que emanaban vibras de duda e incomodidad.

—Uhm... Julieta, ella es _____, la muchacha de la que Pepa habló el otro día. ______, ella es Julieta, mi otra hermana.— las presentó señalando con sus manos.

—Claro... La muchacha del bosque.

—Ella me ayudó a llegar aquí cuando... El golpe de calor.

"Por alguna razón siento que a ella no le caigo bien" Pensó ______ sintiendo el sudor correr por su nuca.

—Te agradezco por cuidar de mi hermano.—dijo simplemente mirando de reojo.— ¿Puedes ponerte de pie, Bruno? Te llevaré a casa para que descanses.

—Yo...

…ᘛ⁐̤ᕐᐷ...

¿Cómo fue que pasó?
Él ni siquiera registró como fue que _____ se las había arreglado para que su hermana la invitara a su Casa.

Ella era demasiado buena haciendo relaciones o solo era muy buena manipulando.

— Siéntate, Bruno. Te traeré un poco de chocolate por si acaso.

Sentados en el sillón grande de su casa, Bruno observaba como la muchacha veía impresionada la propiedad.

"Tu casa es muy bonita" había dicho.
"¿Cómo te sientes ahora, bonito? Dime la verdad." Cuestionó mirándolo seriamente.

Bruno sonrió a medias.— Me siento mejor, gracias por quedarte.— Le dijo palmeando su rodilla de manera amistosa, tratando de ignorar por completo lo que había ocurrido.

La morena sonrió de lado al escucharlo.
—Que te puedo decir, eso hacen los amigos.
Le respondió.

No fue mucho tiempo para que la sala de empezara a llenar con más personas. Primero, fue Julieta quien traía chocolate con queso en una bandeja, e intentó comenzar una conversación con ______ para saber que clase de relación tenía con Bruno sentada en un sillón frente a ellos.

Luego, fue Pepa, quien casi se abalanza a los brazos de la nombrada para abrazarla, llamando prontamente a su prometido- que andaba casualmente de visita- para que la conociera, sentándose a un lado de ella.

La pelinegra trataba de mantener las charlas con todos sin prestarles por completo su atención porque aún se mantenía al pendiente del hombre de prendas verdes a su lado, dando leves apretones en su mano para preguntarle si realmente estaba bien.

Cuando la sala parecía más alborotada por las risas - Mayormente de Félix y Pepa, el primero viéndose encantando por la personalidad de la nueva amiga de su amada, e increíblemente de Bruno que soltaba risitas al ver a la chica hablar de sus viajes- apareció entonces la matriarca de la familia.

Alma Madrigal.

Su postura imponente descendiendo por las escaleras hizo que todos se callaran y tomaran posturas rectas en sus lugares.

—Mamá— inició Pepa.— Uh, Bruno trajo a la amiga de la que te hablé el otro día. ¿Quieres conocerla?

—Buenas... Buenas tardes señora, mi nombre es _____ Hernández, encantada de conocerla.
Se presentó  titubeando de pie sintiéndose intimidada por la mujer mayor.

—______...—Repitió escaneando de arriba a abajo sus vestimentas comunes acompañadas ese día de unas botas negras.—Tú eres la amiga de mi hijo... Él no habla mucho de tí, en cambio Pepa sí lo hace, es curioso.

"Oh, señora, a mí Pepa también me habló mucho de usted"

—Bueno, uhm. Creo que mi padre se presentó ante usted cuando llegamos meses atrás. Estamos muy agradecidos con usted y con el pueblo por su ayuda.— trató de decir jugando con sus pulgares.

— Siéntate, cariño, hablemos un poco tu y yo. — le pidió - o más bien ordenó- a la pelinegra.

Bruno no evitó pensar que se le hacía graciosa la forma tensa que había adoptado a su lado en el sillón.

Las preguntas que su madre empezó a hacer, no fueron muy diferentes a las que una vez le había hecho Viktor al llegar de imprevisto a la cabaña.
¿Qué edad tenía? ¿Cómo se conocieron? ¿Cuál era su nombre completo? Y otras más.

—Má, la estás poniendo incomoda, son muchas preguntas— intentó decir al verla empezar a ponerse más roja conforme las preguntas se volvían más personales.

— Espérate, Bruno.— Reprendió severa— ______, dime ¿Estás casada?

—¡Ok, fue suficiente!
Interrumpió avergonzado tomando a la muchacha de su antebrazo y llevarla escaleras arriba, antes de escuchar el cuchicheo de las mujeres en la planta baja.

"¡Te dije que ella era muy agradable!"

"¿Crees que Bruno esté interesado en ella?"

"Tal vez lo esté, seguro que si se casaran le harían un gran bien al Encanto"

"Mi hermanito finalmente tiene novia"

—¡Ella y yo solo somos amigos!

Gritó Bruno antes de cerrar de golpe la puerta.

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🄳🄴🅂🅃🄸🄽🅈 | 🄱🅁🅄🄽🄾 🄼🄰🄳🅁🄸🄶🄰🄻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora