╚» CAPITULO OCHO «╝

580 102 21
                                    

┏━━━━━━ ☪ ━━━━━━┓

┗━━━━━━ ☪ ━━━━━━┛『[ROPA] 』

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

┗━━━━━━ ☪ ━━━━━━┛
『[ROPA] 』

»──── « ❀ » ────«

BRUNO SIGUIÓ OBEDIENTE A LA MUJER.

Con apenas una pequeña distancia entre ellos, el caminaba detrás de ella.
Su espalda encorvada y el jugueteo de manos que hacía, ponían nerviosa a ______ cada que lo veía de reojo.

— Quítate la ropa— Ordenó cuando entraron a una habitación.

Bruno se quedó de piedra ante su petición.

—Er- ¿Qué?

— Quítate la ropa ¿No estás escuchando?— dijo de nuevo mientras empezaba a hurgar en unos cajones.— Mierda ¿Dónde están?

— ¿Para que quieres que me quite la ropa?— la mente de Bruno empezó a volar en todos los posibles escenarios, incendiado su cara en el proceso sin quererlo.

— Bueno, estás mojado ¿No? Necesito que te quites la ropa para secarla.— Explico con una voz calmada finalmente encontrando lo que buscaba.

El hombre se vio a si mismo ofuscado. Avergonzado de sus ideas, empezó a quitarse rápidamente su poncho, que luego de toda la travesía, pesaba menos que antes.

— No puedo creerlo, ni dos semanas de conocernos y ya te estás quitando los pantalones por mí.— lo molestó burlona mirándolo con las manos en las caderas.— ¿No quieres invitarme un café primero?

— ¡Basta! ¿Cómo es que puedes ser tan desvergonzada?— le cuestionó Bruno, cubriendo su pecho con sus brazos. ______ por su parte carcajeó antes de golpearlo con unas prendas secas.

— Creo que tenemos la misma talla, eres muy delgado para ser un hombre, pero es mejor así— guiñó un ojo para luego salir por la puerta— Hay una canasta en la cama, pon tu ropa mojada ahí— le dijo una vez fuera de su habitación.

Bruno se desvistió velozmente, colocando la ropa en el lugar mencionado. Luego arrastró la canasta a través de la puerta entreabierta ocultando la mayor parte de su cuerpo en el proceso.

Apenas pudo ver cómo la mano de _____ la tomaba entre sus dedos.

— Lamento no poder darte calzones secos, en eso no compartimos forma.

—¿Siempre tienes algo que decir?— Preguntó cubriendo la parte inferior de su cuerpo con el pantalón que le habían dado.

—Tal vez.

Luego de no seguir escuchando su voz, Bruno, con el rostro ruborizado, descubrió que, en realidad, la ropa no le quedaba tan holgada como la que solía usar.
Se sentía extraño no estar usando su poncho, pero estaba bien.

Se dedicó a observar el lugar en donde estaba, era una habitación pequeña, pero lo suficientemente grande para que dos personas delgadas como lo eran ellos dos estuvieran de pie hablando sin estar tan pegados el uno del otro. Había una cama individual, parecía que la persona que dormía ahí había hecho el intento de arreglarla solo superficialmente.

Además de eso, habían unos pequeños retratos encima del cajón donde la muchacha buscaba las ropas que estaba usando ahora.

Bruno apenas estaba cayendo en cuenta de que estaba usando la ropa de esa mujer.

Cubrió su rostro con sus manos, soltando un grito ahogado al notarlo.
¿Su madre lo notaría? ¡Era obvio! No podía llegar usando otras ropas y esperar a que nadie en su casa se diera cuenta, con suerte, todos estarían ocupados en sus asuntos y no lo notarian.

—¿Tomas café?— fue la pregunta que lo recibió una vez salió de las cuatro paredes.
Acompañado de la respuesta positiva, Bruno encontró una taza humeante de líquido negro y un platillo lleno de galletas.

—Gracias...—Dijo antes de darle un sorbo. Soprendiendose de que estaba en un punto perfecto para su paladar.

— Las hice yo— comentó la morena señalando con sus labios el aperitivo.—es una receta de avenas, pruébalas, por favor.

Tomó una y la llevó a su boca receloso, la masticó con lentitud antes de murmurar— Están muy buenas.

La muchacha sonrió y tomo asiento frente a el, Bruno, dudando, preguntó:—¿Ustedes viven aquí?.

— Si, hace menos de un año, quizás.

—¿Por qué no los había visto antes?

Con un encogimiento de hombros volvió a responder luego de un sorbo— No salimos mucho, no hay nada interesante en el pueblo y a Nicolás le gusta estar en el bosque.

—....

—....

—...

— ¡Sé que estás pensando que soy una irresponsable! —le acusó, golpeando su cabeza en contra de la mesa—¡Pero no es así! ¡Yo cuido mucho a ese niño!

El pelinegro no pudo evitar soltar una risita nasal, antes de cubrirse la boca con la mano, carraspeó para decir— Bueno... Para estar mucho tiempo en el bosque creí que al menos había alguien más con él.

—¡Él siempre duerme! ¡Dura dos horas durmiendo después del almuerzo y luego simplemente se pone a jugar y a ensuciarse! ¡No puedo esperar a que despierte para salir y hacer mis cosas!— lloriqueo con la frente aún en la superficie.

— Tranquila, tranquila. Además, seguro que el no lo hizo con malas intenciones, dijo que quería sorprenderte con algo.

— Lamento haberte lanzado al río.— Se disculpó de repente dándole la cara al más joven de los Madrigal.— Soy impulsiva y no pienso dos veces antes de actuar, lo siento.

Bruno se dió cuenta de que era la primera vez que alguien le ofrecía disculpas de manera tan sincera.
Ni siquiera su familia le pedía perdón con la transparencia que esa muchacha extraña tenía.

— No es nada. Después de todo lo que pasó, ya hasta lo había olvidado.— Desestimó tomando lo que quedaba en su taza.

La morena sonrió a medias. Miró por la ventana, y agregó— Creo que no se secará hoy, está anocheciendo y no hace tanto calor... ¿Quieres... Tal vez... Venir mañana por ella?

Bruno asintió agachando la cabeza, tratando de ocultar esa pequeña sonrisa que estaba ocupando su rostro.

≫ ──── ≪•◦ 💚 ◦•≫ ──── ≪

🄳🄴🅂🅃🄸🄽🅈 | 🄱🅁🅄🄽🄾 🄼🄰🄳🅁🄸🄶🄰🄻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora