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╚» CAPITULO VEINTE «╝

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『[CONVERSACIONES] 』
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BRUNO CERRÓ BRUSCAMENTE LA PUERTA DE SU HABITACIÓN.
Avergonzado, intentó apagar el fuego en sus mejillas que se creó gracias a los comentarios de las mujeres de su familia.

—¡Bueno, tengo que decir que eso fue terrible!—Rió _______ a sus espaldas palmeando con fuerza su hombro.— Tú mamá se parece a mi abuela, pero sin canas.

—¿Qué estás diciendo...?—Le preguntó, resignado a su actitud extraña. Bruno al verla sonreír tan ampliamente negó con la cabeza antes de empezar a caminar hasta su habitación, siendo seguido por la fémina. Se quedó de piedra al notar esto.— _____... No sé si quieras ir a mi cuarto mientras, uhm, ya sabes, se desocupa la casa; podemos ir y hablar ¡O podemos quedarnos aquí, si quieres!— Balbuceó moviendo las manos de un lado a otro.

—Podemos ir a tu cuarto, no me molesta—Le respondió a sus tartamudeos calmada, encogiéndose de hombros.

Bueno, el esperaba que dijera que no.
Que podía quedarse ahí y luego irse porque en su casa la esperaban.
Pero poco a poco entendía que las cosas con ellas no siempre eran como él esperaba.

Bruno le ofreció su mano antes de pasar por la fina capa de arena que servía como entrada a su cuarto.
Pudo escuchar como al bajar esos pequeños escalones ______ exhalaba sorprendida por la vista.

"Wow" fue lo único que salió de sus labios.
Bruno resopló divertido.

El cuarto, en aquél entonces, era magia en su más pura expresión.

Las escaleras, largas e imponentes, llovían una dorada arena que parecía no tener fin.
En la parte más alta apenas podían divisarse las columnas que separaban un pasillo vacío de la cueva de visiones de Bruno, el cual, en ese momento, era el único que sabía que estaban grabados en piedra relojes de arena que parecían girar si las mirabas de arriba a abajo.

—¿Entonces duermes en el suelo o tu cuarto está subiendo todo eso? Eso explicaría porque estás tan delgado.—Habló sin dejar de mirar el lugar.

—Tengo un cuarto, no duermo en el piso— Replicó aún sin notar sus manos entrelazadas.
Ahora la guió hasta una de las paredes, _____ divertida pensó que el sujeto realmente dormía en el suelo, hasta que colocó su palma en el lugar mencionado.
La gran piedra se dividió en dos partes, mostrándole el pequeño cuarto.
De nuevo, parecía haberse quedado sin palabras para decir.

El pelinegro casi salta al ver sus manos juntas, pero trató de verse relajado antes de separarlas con fingido desinterés.
Sintiéndose vacío al perder el contacto.

Si hubiese prestado atención, hubiese notado como la contraria arrugaba el ceño, en su lugar solo se sentó en la que era su cómoda cama.
Observando como _____ husmeaba entre sus cosas, Bruno sobre pensaba las palabras de su hermana mayor "¿Crees que Bruno esté interesado en ella?" La escuchó decir en su cabeza.