╚» CAPITULO SIETE «╝

564 97 7
                                    

┏━━━━━━ ☪ ━━━━━━┓

┗━━━━━━ ☪ ━━━━━━┛

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

┗━━━━━━ ☪ ━━━━━━┛

『[FUEGO] 』
»──── « ❀ » ────«

¡NICOLÁS!

El grito que ambas voces soltaron hizo que Bruno se estremeciera de pies a cabeza.

Apenas había salido del agua cuando la morena había tomando rumbo a toda velocidad al lugar de donde había salido tan angustiante chillido.

No tuvo tiempo de pensar dos veces antes de verse a sí mismo siguiendo los pasos de la mujer frente a él.
Era más lento debido a su ropa húmeda, pero aún así corrió tanto como sus piernas lo permitieron.

Mientras más lejos llegaba, más podía notar la estructura de una cabaña.

Una nube negra se desprendía de una de las ventanas cuando finalmente detuvo su andar.

La chica rápidamente pateó la puerta, cubriendo su rostro con un brazo, soltando manotazos entre la niebla.

—¡_______!—Escuchó nuevamente la voz, reconociendo ahora que se trataba de un niño.

La pelinegra rápidamente tomó al niño en sus brazos y se lo lanzó al Madrigal, logrando que ambos cuerpos cayeran al suelo debido al impacto imprevisto.

Bruno apenas estaba procesando que acababa de pasar cuando el infante en sus brazos empezó a chillar descontroladamente.

—Hey, hey, amiguito, ¿Qué fue lo que pasó?—Quiso saber, arrullando con cuidado al pequeño de tez morena, tratando de calmar sus sollozos.

— Yo-yo— Empezó a hablar entre lágrimas.—Quería pre-preparar una sorpresa para ______, y-y entre a la cocina, pero-o no sabía y-y-y— y nuevamente, empezó a llorar, ocultando su rostro en el cuello de Bruno, quien le daba palmaditas en la espalda buscando tranquilizarlo.

El niño, que ahora que su mente se encontraba más calmada recordó que se llamaba Nicolás, se separó de el para tomar el poncho que aún llevaba húmedo para limpiarse la cara, y, de paso, sonar su nariz que estaba llena de mocos.

Bruno hizo una mueca de asco.
Luego, miró a la casa de madera, y pensó que, de no haber llegado antes, la cabaña se hubiese incendiado con el menor dentro de ella.

El humo parecía disiparse lentamente, para después dar paso a una joven mujer sudada saliendo de manera más calmada por la puerta.

Lo primero que hizo, fue acercarse al niño, quien se encogió en su lugar en los brazos del hombre, y tomar su rostro entre sus manos, examinando detenidamente cada parte de su pequeño cuerpo.

—¿Te lastimaste?¿Te hiciste daño?— Le cuestionó tomándolo de los hombros con una expresión de preocupación marcada en sus facciones, el moreno negó.

La chica suspiró aliviada.

—¿¡En qué coño estabas pensando, Nicolás?!—Demandó saber, alzando la voz, completamente llena de furia.
El propio Bruno Madrigal se encogió ante el grito a pesar de que no era para él.— ¡Pudiste haber muerto! ¡Incendiado la casa!

—¡Quería darte una sorpresa!— Se defendió el pequeño con lágrimas brotando de sus ojos.

La muchacha se separó, se dió la vuelta y caminó hacia atrás, Bruno escuchó tenuemente como empezaba a contar hasta diez repetidas veces.

—No vamos a hablar de esto,— le dijo— con suerte puedo decir que se me quemó tu comida por irme de descuidada.

Nicolás asintió.

—Quiero que te vayas a bañar, te vayas a acostar, que reflexiones lo que acabas de hacer y que no te vuelvas a acercar a la cocina sin mi permiso.— instruyó de manera lenta al menor.
El cual simplemente asintió otra vez y se limpió la nariz con la manga de su camisa, separándose finalmente de Bruno.

La azabache observo al muchachito con el ceño fruncido, hasta que esté desapareció de su vista entrando nuevamente a la casa.

— Y tú— Habló dirigiéndose al Madrigal— Te vienes conmigo.

≫ ──── ≪•◦ 💚 ◦•≫ ──── ≪

🄳🄴🅂🅃🄸🄽🅈 | 🄱🅁🅄🄽🄾 🄼🄰🄳🅁🄸🄶🄰🄻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora