Unos días después...
—Ey despierta- Una voz bastante insoportable sono en mi habitacion.
—Déjame dormir- Susurre tapandome hasta no ver ni un rayito de luz.
—Georgy ya debes despertar, hay muchas cosas que hacer y tus plantas tienen sed- Mis plantas murmure, ¡MIS PLANTAS!. Y de golpe me levante de la cama, notando que Teo estaba parado frente a la cama, mirando su móvil.
—Oh buenos días, duermes mucho, ya levántate que tengo algo para ti- Ordeno abriendo las cortinas.
—Son las nueve de la mañana, que bicho te pico- Murmure somnolienta.
—Nada me pico, levántate y deja de quejarte- Bien, me levante e iba a desvestirme pero el seguía observándome. —Vamos sal si no estaré aquí toda la mañana-
—Oh claro, lo siento- Dijo como si hubiera sido muy obvio y salio del cuarto. Al cabo de unos minutos, el golpeo la puerta preguntando si ya estaba, en el momento exacto en el que lavaba mis dientes. Por lo que al salir, cubrió mis ojos con una cinta y tomo mi mano. Con dificultad, baje las escaleras, sintiendo un rico aroma a café recién preparado. Aunque ademas, se sentia el olor a otra cosa pero no supe que era.
—¿Qué es lo que huele tan bien- Cuestione.
No se como lo hizo pero ayudo a que me sentara en una silla de la cocina y al fin me destapo los ojos, viendo ampliamente en la mesa, un platillo en el que habían wafles de arándanos y en otro tortillas de chocolate. Según el me explico, eran de vainilla pero había preparado una salsa de chocolate, la cual se veía deliciosa.
Jamas nadie supo preparar mi cafe tan bien, ni tan fuerte ni tan suave y con la medida justa de azucar.
Me estire hasta donde el estaba -Frente a mi- y con mi dedo indice quite la salsa de chocolate restante en la comisura de sus labios, al terminar chupe lo restante de mi dedo. —Lo siento, amo el chocolate- Dije sintiendo el calor en mis mejillas, ¡que mierda me pasa!.
—¿Puedo probar tu café?- Inquirió observándome, lo raro de su pregunta es que bien sabemos que odia el café.—Quiero saber si quedo rico- Pruébalo en mis labios, espera que.
Asentí y tendió su mano para tomar mi taza, bebió un poco de este mientras me miraba.
—¿Y?- Consulte con emoción.
—Sigo odiándolo- Murmuro creando una media sonrisa en su rostro.
—Que mal gusto- Expuse entre risas, de la nada recordé que debía llamar a Sophie ya que tal y como lo pensé, había estado enviándome mensajes y ni caso conmigo por que no le he respondido. Al instante contesto.
⁽Conversación entre Sophie y Georgia⁾
No entendía por que no escuchaba lo que al otro lado de la linea ella decía por lo que decidí ponerlo en altavoz. —Oh al fin, ¿me escuchas?- Dije.
—Claro, dime como estas... ¿Todo en orden?-
—Todo mas que bien, ¿tu? Te dignaras a contarme que pasa entre tu y Ethan?- Tome un sorbo de mi café, y descubrí que no había sido buena idea decir eso.
—Ooh cierra la boca, tu tampoco te dignaste a decirme si "es muy guapo"- Repitio mis palabras de unos días atrás —Si te gusta o no- Oh no, discreción, Sophie, ALTAVOOOZ.
—No se de que hablas, ya cierra la boca, hablamos mas tarde, debo atender a mis niñas- Declare algo nerviosa.
—Vamos evade el tema, adiós cuídate besitos- Y colgó al instante.
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Al final, ¿caerias conmigo?
Teen Fiction«Quien diría... Quien diría que una noche lo arreglaría todo. Quien diría que llegarías tu a sanar mis heridas, y sin saberlo yo he curado muchas que monstruos del pasado han dejado. Quien diría que en ese bar, repleto de personas... Tu me elegirás...