Recordatorio sobre de que iba el anterior capítulo:
¿Recuerdan que alguien misterioso andaba acechando a la pobre de Georgia? Bueno, aquí sabrán quién era.
Estaba bien fácil la adivinanza igual *pone los ojos en blanco como diva*
Ahora sí, disfruten!Matthew:
Dios le da voz a las personas inadecuadas.
La muchacha que atendía la heladería no dejaba de hablar sobre que su padre amaba nuestra compañía, y que incluso ha estado intentando comprar acciones desde hace mucho tiempo.
Como si me interesará.
Algo me decía que no todo andaba bien, si un vistazo hacia fuera y la luz de mis ojos hablaba por teléfono animadamente.
Volví mi vista hacia la charlatana, ví enseguida que estaba terminando de preparar claramente el helado.
Solo son un par de sabores, ¿tanto se tardaba?.
Repiquetee los dedos en el mostrador impaciente, cuando algo alertó todos los sentidos que tuviera.
El sonido de un teléfono crujir.
El grito de susto de alguien.
De ella.
Salí de la heladería enseguida y vi cómo un imbécil intentaba meterla a un coche a la fuerza. Sin pensarlo, lo tome de la chaqueta tirándole con fuerza hacia atrás, el soltó un gruñido.
Se giró sobre si mismo hasta quedar frente a mi.
Se veía diminuto e insignificante ante mí.
-Oh el capricho de Gigy ha llegado a rescatarla- Un puñetazo voló hacia su rostro por decir su nombre con tanta perversidad.
—Oh, te jode que el si este conmigo como algo más que un capricho a diferencia de ti? Cretino- A todo volumen lo soltó, y solo pude pensar... Esa es mi chica.
Y no, su rostro no se torno furioso, el solo soltó una risa.
—¿Estás segura Georgy?, estás segura de que... ¿es así?, tu no puedes vivir sin mi-
-No vuelvas a decir su nombre- Musite con desprecio, golpeándole la cara a puñetazos una y otra, y otra vez.
-Maldita perra, mira lo que me ocurre por tu culpa- La adrenalina y el odio que tenía, corrió rápidamente por mis venas.
Lo mataría y nada me detendría.
-A ti no te han enseñado que a las mujeres se les respeta, pedazo de mierda- El soltó un golpe hacia mi estómago, eso ni si quiera dolió. -Ridículo- Dije con una media sonrisa en la cara.
Eso sí pareció enfadarlo, por qué soltó un puñetazo con más fuerza, repitiendo su movimiento, dejándome en el suelo.
Pude escuchar el quejido de Georgia.
Me levanté de golpe, el la tenía del cuello.
Está vez, no pararía.
Y se lo dejaría en claro.
Nadie se mete con mi mujer.
Y está vez, no haría lo que hice con Mark, no lo metería a la cárcel, si no que lo mataría.
Lo haría pagar, lo haría sufrir.
-No vuelvas a tocarla- Dije antes de tirarlo al suelo y comenzar a golpearlo sin parar.
El sonido de las patrullas llegó a mis oídos.
Mis palpitaciones sonaban con fuerza, mi pecho subía y bajaba.
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Al final, ¿caerias conmigo?
Teen Fiction«Quien diría... Quien diría que una noche lo arreglaría todo. Quien diría que llegarías tu a sanar mis heridas, y sin saberlo yo he curado muchas que monstruos del pasado han dejado. Quien diría que en ese bar, repleto de personas... Tu me elegirás...