Capitulo Treinta y cuatro

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"Noticias inesperadas"

Georgia:

—Sophie iré a comprar unas cosas del almacén que me faltan, ¿quieres ir?- Mire a la morena que jugaba con el pequeño Oliver.

—Claro, buscare mi abrigo- Musito ella levantándose con cuidado.

Termine de un sorbo mi café, sentí náuseas por un momento entre al baño expulsando de mi estomago lo poco que había. Un sabor amargo fue sentido en mi boca.  

Lave mis dientes y quite el sudor de mi frente, pero las nauseas regresaron. Me arrodille frente al retrete, exhausta por las arcadas, alguien detrás mío tomo mi cabello. Baje la tapa y me senté sobre esta, Teo estaba parado mirándome.

—¿Algo me habrá caído mal?- Dije confusa.

—No comiste nada hoy- Dijo con seriedad.

Negue con la cabeza, tire de la cadena y salí del baño.

Sophie me esperaba en la puerta con su abrigo ya puesto. Ethan entraba por la puerta con una expresión de victoria, tomo de la cintura a Sophie y le clavo un beso en sus labios.¡¿ESPERA QUEEE?! de que perdí.

—Hola hermosa- Dijo levantándome en brazos y abrazándome, dejando un beso en mi mejilla.

—Hola Ethan- Dije sonriendo —Tenemos una larga trayectoria al super mercado, así que me explicaras todo, ¿okey?- Avise arqueando una ceja a lo que ella asintió con la cabeza riéndose.

—¿Puedo ocupar tu auto?- Dije con algo de vergüenza hacia Teo.

—Si, por que no- Respondió el.

Le di un beso y salimos hacia el auto.

—Explícame todo- Exigí abrochando el cinturón de seguridad.

—El me pidió ser su novia- Musito mirando sus manos.

—¿Así sin mas?- Dije con curiosidad, ajustando el asiento del coche.

—Dijo que estaba muy enamorado de mi y que quería estar conmigo, y yo... siento lo mismo- Dijo sonrojándose.

—Quien lo diría, pensar que en cuarto grado le pegaste con pegamento el culo en la silla- Comenzamos a reír —Pensar que se llevaban peor que perro y gato- Dije parando en el semáforo.

—No obstante, el no acepta que esto, en cualquier momento- Señalo su pecho —Deje de funcionar con normalidad- Advirtió con firmeza.

—No digas esas cosas- Dije.

—Es la verdad, y la verdad no debería doler- Mascullo emitiendo un sollozo.

No pude evitar sentirme mal, pero todo en mi ser se revolvió cuando las nauseas volvieron, abrí la puerta ignorando los bocinazos de los coches de atrás y despedí todo.

—HAY ALGO QUE SE LLAMA CONDON, INGENUA- Grito un señor desde el auto, levante mi mano sacando el dedo corazon.

Limpie mi amarga boca con la manga del suéter 

—Oh oh- Murmuro Sophie.

—Cállate- Dije.

Luego de comprar lo que faltaba en casa, fuimos a una farmacia. Sophie no dejaba de decir que quizás yo podría estar embarazada y que irresponsable me sentía, había dejado de tomar las pastillas anticonceptivas. La campana que colgaba de la puerta sonó al abrirla, con pasos nerviosos avance al mostrador donde una señora que rondaba los cuarenta años mostraba una sonrisa mientras charlaba con su colega. Sophie venia atrás mío, hablaba por teléfono con Ethan diciendo cursilerías. 

Al final, ¿caerias conmigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora