Capitulo Veinticuatro

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Georgia:

Este día estaba lleno de cosas extrañas pero me agradaba, mayor parte del tiempo me la pasaba ocupada. Siendo las seis de la tarde, Matthew se sentó a mi lado y me explico que hoy había una cena en casa de su madre, que me arreglara como gustara y que me preparara emocionalmente para conocer a Emma.

Ya terminando de preparar mi maquillaje, proseguí a ponerme el vestido. Era negro con detales dorados y una manga que, era transparente y tenia líneas doradas también, al rededor de todo el brazo. Terminaba de preparar mi cabello cuando Teo entro a bañarse, baje rápido las escaleras al notar que el teléfono estaba sonando.

—Lamento lo que hice, feliz cumpleaños- Declaro con voz ronca del otro lado Liam.

—No quiero que me llames mas- Murmure enojada, pero a la vez me sorprendía que el si se haya acordado —Gracias- Fueron mis palabras antes de colgar.

Pasaron los minutos y me encontraba sentada en el sillón con la vista fija en un punto inespecífico. Mi distracción desapareció, al ver bajar las escaleras a Matthew, quien lucia elegante en un esmoquin negro con una corbata de detalles dorados. Es como si hubiera intentado combinar nuestros outfits. —¿Nos vamos?- Demando, tomando mi mano.

—Que hermoso estas- Confesé besando su mejilla.

—Tu igual, luces radiante- Respondió el, abriendo la puerta de copiloto.

Nos encaminamos a la casa de Nat. Al llegar, una gigantesca casa - Mejor dicho mansión- nos recibió, con sus puertas marrón cobrizo, rodeada por paredes inmensas de un color oscuro, ventanales gigantes acompañaban y un jardín exorbitante, que adornaba el lugar. Hasta había una cascada de agua en el centro del lugar.

En la entrada, un señor de traje oscuro y mirada seria, nos recibió. Matthew, abrió la puerta con su juego de llaves, al entrar todo estaba oscuro. Se filtraban por las ventanas, las luces que afuera iluminaban el terreno, los arboles de las inmediaciones, generaban figuras extrañas a través de sombras que se plasmaban en el suelo de este.

Una luz que iluminaba toda la gran sala se encendió y una trompeta de juguete, comenzó a sonar. Esa intensidad nada mas la maneja Sophie, pero cuando mi vista busco a esta ultima, se encontró con una niña de ojos verdes, que me miro expectante, dejando de hacer ruido. Todos gritaron ¡Sorpresa! y mi corazón solo supo bombear. Cada latido del corazón resuena en mi pecho, como un tambor que marca el compás de mi emoción, todos me observan y de mis ojos, lentamente descienden lagrimas.

Estaba muy sorprendida, no creía que todo esto fuera para mi, siempre había deseado una fiesta sorpresa. Había en la sala, una mesa con sillas decoradas de color blanco, cerca de la chimenea, una mesa llena de cajas que parecían ser de regalo.

—Yo les agradezco, disculpen, no se que, como reaccionar- Dude de que decir, esto merecía mas que un gracias.

Todos se acercaron a saludarme, Ethan y Sophie peleaban para saludarme, luego Nataly me tendió sus brazos, generando un ambiente de paz, mi corazón bombeo mas y mas, fue el abrazo mas sincero que tuve en toda mi vida. Alex me saludo sin mucha emoción, y luego el cómplice de todo, Teo me miro y dijo: —Feliz cumpleaños princesa-

—Te mereces esto y mucho mas- Dijo Nat.

—Bueno dejen de ser tan cursis y dejen presentarme- Dijo la niña que rondaba los 8 años supongo —Soy Emma, desafortunadamente hermana de este- Dijo señalando a Teo quien la miro con cara de pocos amigos.

—Y-yo soy Georgia- Dije nerviosa.

—Deja los nervios muchacha- Dijo tendiendo su mano para que la saludara, juro que creí que seria mas, simpática. —Ahora dime cuanto quieres para seguir soportando a mi "hermano"- Remarco esto ultimo entre comillas, haciendo reír a todos.

Al final, ¿caerias conmigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora