Esa noche, cenamos sushi todos juntos , decidimos comer afuera para disfrutar de la noche estrellada. Las luces tenues creaban un ambiente cálido y acogedor mientras saboreábamos cada bocado. El suave tintineo de las copas y el murmullo de conversaciones animadas llenaban el aire, mezclándose con el suave rumor del viento que acariciaba nuestras mejillas.
Luego, salimos en el coche de Ethan, un sedán negro que nos llevó por una larga avenida bordeada de árboles y un bello espacio repleto de rosales que, iluminados por farolas, eran el gran atractivo del lugar. Los pétalos de las rosas parecían brillar bajo la luz tenue, creando destellos de color en la penumbra.
Finalmente, decidimos aparcar el auto y caminar por los extensos parques que nos acompañaban. El suave murmullo del viento nos acariciaba mientras el aroma embriagador de las flores nocturnas llenaba el aire. Mi cabello danzaba en la brisa fresca que jugueteaba con los mechones sueltos. Teo me abrazó tiernamente, pasando su brazo por mi espalda, y juntos caminamos hasta un pequeño puesto de helados donde pedimos uno cada uno. Siendo la medianoche, volvimos a casa, Ethan y Sophie decidieron quedarse un rato mas, ya que ninguno tenia responsabilidades que cumplir al día siguiente.
Estaba en el mejor momento de la noche, bebiendo un café... cuando un montón de recuerdos vinieron a mi... Tenía muchas heridas en mi, no solo las que el había dejado si no también, los insultos de mi madre hacia mi cuerpo. Los golpes que mi padre me dejaba cuando no quería terminar mi comida de pequeña, los gritos de mis padres peleando por qué ninguno de los dos, quería quedarse conmigo eran otro daño peor.
Sentí como mis ojos se llenaron de lagrimas, acto que hizo que Teo me mirara fijamente para saber que me pasaba, pero Soph al notar la situación, se acerco preguntando: —¿Qué ocurre cielo?- Murmuro ella sentándose a mi lado.
Como en efecto domino, todos se acercaron a ver que me pasaba. Soph me abrazaba pero Ethan la hizo a un lado y me abrazo, teniéndome en su pecho: —Que pasa pequeña Gigy- Dijo, golpeando su aliento contra mi cabello.
—No lo se es que de la nada vienen recuerdos de cuando era una niña y eso, eso duele ¿saben?- Solloce sintiéndome cada vez peor —Quisiera ser mas suficiente para cualquiera-
—Permiso- Dijo con voz ronca Teo, antes de mirarme fijamente, sus ojos conectaron con los míos —Probablemente duele mucho recordar aquellas cosas que de pequeña te dolieron, pero cariño, ahora estamos aquí para protegerte y ayudarte... ¿sabes?- Dijo enternecidamente, y no pude evitar chillar mas, por la palabra "cariño".— Me siento muy intensa llorando por cosas que ya debería haber superado hace mucho -
—Mira como nos robo a Gigy ese- Susurro Titi, como si no la escucháramos, lo dicho causo gracia.
A pesar de que Teo no entendía a que me refería al llorar de cosas de mi niñez, el seguía estando conmigo.
"Esa noche fue algo caótica, ya que cuando lograba dormirme, muchos recuerdos golpeaban mi memoria, por lo que cada vez lloraba más. 'Me estaba secando por dentro', pensaba, hasta que supuse que Teo golpeó la puerta. Se sentó en un borde de la cama y preguntó si podía ayudar en algo, cosa que consideré complicada, ya que no sabía si contarle todo lo que me estaba atormentando.
Después de un debate exclusivo en mi cabeza y un silencio insoportable, decidí contarle fragmentos de mi infancia. ⟪Desde muy chica, mi madre principalmente era bastante agresiva conmigo, me dejaba sola por horas. Hasta que comenzó a notar que me volvía independiente con 5 años y medio. La primera época festiva en la que me dejó sola fue la que más me costó afrontar, ya que ella había decidido cortar la luz de toda la casa para que nadie supiera que había alguien dentro, ya que eran muy conocidos en la ciudad y sabían que iban a un pueblo a festejarlo con el resto de la familia. Mi padre era, y creo sigue siendo, una persona muy egocéntrica que solo se interesa por el dinero y las cosas que logra, siempre deben ser deseadas. Me tomé un respiro antes de seguir hablando, dándole espacio a Teo para que se sentara a mi lado — Esto lo supe desde muy chica, luego de que mi madre trajera una empleada a la casa, él dijo muy enfurecido: 'No te pedí que la trajeras ni tampoco la necesito, y lo que no quiero, será algo que desprecie siempre.' Comprendí que quizás yo era algo despreciable para él, ya que siempre actuaba de forma cruel conmigo. Son cosas que aún rondan por mi cabeza, yo era obediente y respetuosa, jamás creí merecer eso. Mi madre, en parte, lograba hacerme sentir insuficiente con su forma de ser, con sus insultos y con el simple hecho de haber tenido el valor de abandonarme no días enteros, sino de por vida teniendo nueve años. Ahí es donde Mary se tomó el tiempo de cuidarme y hacerse cargo de mí. A pesar de que con diecinueve años, decidí irme a vivir sola porque ya no me interesaba esa cruel niñez. Pero en fin, años después, comencé a salir con Liam, y aquí estoy, sufriendo las consecuencias de no haber decidido bien. Es que, si conocieras al Liam que logró conquistarme, creerías no sé- Murmuré esto con gracia, 'que en realidad, este Liam que se tomaba el valor de hacerme daño, era un doble o hermano perdido y en realidad no el que se tomaba días enteros para que estuviéramos juntos⟫- Concluí el tema con eso último.
—Es horrible por todo lo que has pasado, pero me atrevo a decir que eres una persona grandiosa por seguir adelante a pesar de haber estado tan sola- Sus ojos estaban llenos de lagrimas, por lo que con algo de temor de que esto le molestara, me subí a horcajadas sobre el y lo abrace.
—Perdona el atrevimiento pero no quiero que te sientas mal por lo que te acabo de contar - Murmure algo avergonzada, esperaba que el no se, me apartara pero no, solo tomo un mechón rebelde de mi rostro y lo ubico detrás de mi oreja.
—Tu acercamiento jamás podría molestarme-
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Al final, ¿caerias conmigo?
Novela Juvenil«Quien diría... Quien diría que una noche lo arreglaría todo. Quien diría que llegarías tu a sanar mis heridas, y sin saberlo yo he curado muchas que monstruos del pasado han dejado. Quien diría que en ese bar, repleto de personas... Tu me elegirás...