Capitulo Quince

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Georgia:

Una semana mas tarde...

Luego de que la pequeña hermanita de Teo volviera con su madre, gracias a la prueba de ADN que demostraba su parentesco, Mark obtuvo una demanda por posible acto criminal al haber secuestrado a una menor, este mismo, pago una fianza para claramente no ir a la cárcel. Acto que enfureció mucho a todos, notamos que incluso siendo el empresario mas importante ya habia dejado de ser conocido por eso, ya que en todos los títulos salía como el secuestrador de la hija de su ex esposa, una de las contadoras mas conocidas de la región.

Mark, evitaba que se siguiera propagando lo que había hecho, dando conferencias de prensa simulando ser la victima, justificando sus actos con que su hijo era una persona agresiva y muy violenta. Fue capaz de justificar mi entrada al hospital -Cosa no sabemos como supo- Mintiendo con que el culpable de mi estado físico era Matthew. Le propuse a este ultimo, desmentir estos hechos pero el considero no era lo mejor ya que correría ciertos riesgos. 

Mary dio la gran idea de que Luzy su hija, ingresara al sistema para darle a Nat, copias de las denuncias las cuales extrañamente se habían perdido.

Hoy me encontraba en la caja superior de mi trabajo, en media hora ya salía pero primero había que vaciar la caja registradora y desechar los tickets que quedaban trabados en la diminuta maquina que los desprendía. Esta noche, saldría a cenar con Matthew, algo similar a una cita. Su nerviosismo al preguntármelo fue muy tierno, le pedí a Sophie que me esperara en casa para ayudarme a elegir que ponerme.

Unas horas mas tarde, me encontraba indecisa por que lo único mínimamente formal que tenia, era un vestido de tirantes beige con detalles dorados. Por lo que proseguí con el maquillaje, ya que mi cabello lo arreglaría en una coleta alta. Tenia cierto nerviosismo por esta cita, ya que presentía tenia otro fin, ya que si era por cenar, solíamos cenar en casa o en un puesto de comidas que quedaba a unas calles de donde vivía.

Bajando las escaleras, mi mirada se acoplo con la de el, lucia perfecto en un traje y corbata. Ambos exhibiamos cierto nerviosismo, pero ignorando esto, el ayudo a que bajara de las extensas escaleras y declaro: —Estas preciosa- 

—Tu igual, luces genial- Murmure ensanchando una sonrisa.

Minutos más tarde, nos encontrábamos en un restaurante el cual era muy elegante. Sus puertas eran doradas y los detalles de la decoración exudaban un encanto clásico, ya que parte de dicha decoración, habían rosas blancas y un rico aroma era fácil de notar. El ambiente era cálido y acogedor, perfecto para una velada especial. Matthew y yo nos sentamos en una mesa junto a la ventana, desde donde podíamos apreciar las luces de la ciudad. El brillo en sus ojos mientras me miraba me hacia sentir algo extraño en el estomago. 

—¿Ya sabes que pedirás?- Indago, apartando la carta para entregármela a mi.

—Sinceramente aun no lo se, pero lo que tu pidas, para mi esta mas que bien- 

—¿Pizza?-

—¿Un lugar así de delicado y tu quieres pizza?-

—Poco importa el entorno cuando estoy a tu lado-  Declaro el, juro que esto suena tan cliché pero me encanta.

—Eres muy tierno- Susurre sintiendo el calor en mi mejillas —Dime a que se debe el honor de estar en este lugar- Interrogue queriendo saber ya que ocurría.

—Lo sabrás mas tarde- Concluyo, a continuación el ordeno lo que íbamos a comer y el mesero, nos miro de manera extraña. Igual lo comprendía, mientras tanto fui al baño.

Mientras tanto, teclee el numero de Sophie ya que tenia un presentimiento sobre esto y necesitaba su opinión.

⁽Conversación telefónica entre ambas⁾ 

—Hey, que ocurre.. ¿No deberías estar en tu cita?- Respondió al instante ella.

—Tengo el presentimiento de que el va a confesarme algo y no se que responderé en ese caso-Murmure sintiendo que mi corazón iba a salirse de mi pecho.

—Tu solo responde en torno a lo que sientes, ahora intenta calmarte y disfruta la velada- Dando por finalizada la llamada, solo supe agradecerle.

Volviendo a la mesa en la que estábamos, Matthew me observo y una sonrisa broto de sus labios.

Habiendo degustado la deliciosa pizza y bebido un fino vino blanco, el cual era dulce. El pago la cuenta y luego caminamos por un sendero que tenia lavanda y también otras flores que ciertamente no reconocía. Pero a pesar de que lograba distraerme con el bello paisaje, algo en mi precisaba que el hablara de una vez por todas... —¿Y bien? Disculpa si mis ansias arruinan tu plan pero veras, soy ansiosa- Exclame con algo de nerviosismo y gracia.

—Bien, lo dire- Soltó un suspiro y prosiguió —Nos conocemos hace posiblemente tres meses, y estoy feliz de que estes en mi vida, debo aceptar que fue extraño vivir contigo pero fue una gran experiencia- Se tomo un respiro y solo pude pensar en que quizás, el volvería a su casa. Algo de tristeza me invadió por que me había acostumbrado un poco a el... —Debo confesarte que me enamore de ti, es difícil saber si es certero por lo poco que nos conocemos... ¿pero sabes? mi madre afirma que si estoy así  y es extraño por que es la primera vez que me pasa... Yo comprendo en lo absoluto si no te correspon- Se quedo en silencio al escuchar mi respuesta.

—Si me correspondes. Mas de lo que te imaginas, incluso creí que estas cosas solo pasaban en los libros- Destaque, dejando de caminar. 

—Lo siento pero es que tu, tus ideas y lo rara que puedes llegar a ser, me vuelve loco. Maldición Georgia que hiciste conmigo-Su declaración, me sorprendió.

—Ey yo no soy rara- Exclame golpeando con suavidad su brazo.

—Bien no lo eres. Yo sinceramente no pensé en pedirte que seas bueno, mi novia por que entiendo puede ser difícil luego de todo lo que pasaste- 

—Gracias por comprender, de todos modos todo siempre fue distinto contigo, nunca salieron a flote mis estúpidos  traumas contigo... Por lo que, si así lo quieres, no me molestaría ser tu novia- Concluí, intentando no salir corriendo de los nervios.

—Si fuera por mi, iría ya al registro civil a casarnos por lo que- Se tomo un momento- Me permito decir... ¿puedo ser tu novio?- Dijo, avergonzado sacando un pequeño estuche de terciopelo. Tomo mi mano abriéndola, dejando el diminuto estuche.

—Claro que si- Dije sonriendo.

Al abrirlo, me encontré con dos anillos refinados en pequeños diamantes.

—¿Esto es real? -

—Claro que lo es... ¿me permites?- Tomo nuevamente mi mano, colocando uno en mi dedo, invitándome realizar la misma acción. 

—¿Tu también usaras uno? ¿Dios esto es posible?- Indague viéndolo, para luego colocarle el anillo, sacando una sonrisa.

—O es mutuo o es nada- Expreso mirándome.

—¿Ya me besaras?... ¿O cuanto mas falta?- Declare con gracia.

—No planeaba hacerlo debido ante tu indudable intento de ponerme nervioso aquel día en mi antiguo cuarto. Pero si tanto deseas que lo haga, pídelo- Argumento mirando mis labios.

—Bésame- Replique, rogando mentalmente que ya lo hiciera.

Y de la forma mas atractiva y seductora que existe, unió nuestros labios en un apasionado y dulce beso que desee se repitiera. 











Al final, ¿caerias conmigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora